vitoria. El presidente del Gobierno tanteó el terreno, el lehendakari apostó por ello y el diputado general alavés lo concretó. Elevar la presión fiscal sobre las rentas más altas está sobre la mesa desde que Rodríguez Zapatero anunciara su plan de ajuste. Ninguna de estas tres instancias ha tomado aún una decisión, pero sí lo han hecho Andalucía y Extremadura, que no han esperado a que el Estado marque senda con su anuncio nuevo impuesto para rentas altas del que poco más se sabe, ni tan siquiera su fecha de nacimiento, si es que éste llega.
El Gobierno andaluz ha decidido elevar el tramo autonómico del IRPF a las rentas con bases superiores a los 80.000 euros, al tiempo que creará un impuesto sobre los depósitos de las entidades de crédito con presencia en la región, que oscilará entre el 0,3 y el 0,5%, según anunció ayer el presidente de la Junta, José Antonio Griñán. El Gobierno andaluz creará a partir de 2011 tres nuevos tramos en el IRPF autonómico, uno de ellos para bases liquidables de entre 80.000 a 100.000 euros, que tributarán al 22,5%; el segundo entre 100.000 y 120.000 euros, que tributará al 23,5%, y el último para las rentas superiores a los 120.000, que tendrán que tributar al 24,5%.
La Junta de Extremadura, por su parte, subirá en 2011 el tramo autonómico del IRPF a las rentas superiores a 60.000 euros en un porcentaje del 0,5%, que se incrementará hasta el 3% en el caso de aquellas de más de 120.000 euros, además de aumentar en un 15% el impuesto sobre los depósitos bancarios.