bruselas. La Comisión Europea (CE) considera que no ha llegado el momento de activar el mecanismo que acordaron los líderes de la zona euro con el fin de ayudar a Grecia a superar su grave crisis financiera pese al castigo que infligieron ayer los mercados al euro, a las bolsas europeas (sobre todo a la griega) y a la deuda del país heleno.
Las palabras del presidente del BCE, Jean Claude Trichet, quien descartó la quiebra de Grecia, no pudieron tranquilizar del todo a los mercados, aunque lograron amortiguar los descensos. Ante la reiterada desconfianza de los mercados sobre la capacidad del país heleno para pagar la deuda, Trichet consideró "muy serio" y "factible" el compromiso del Gobierno griego de reducir su déficit fiscal.
Un portavoz del órgano ejecutivo de la UE aseguró ayer que, a juicio de la CE, "no hay verdadera evolución" en cuanto a la cuestión de saber si debería ponerse en marcha ya la ayuda financiera de los socios europeos a Grecia. En su última cumbre, celebrada en Bruselas los días 25 y 26 de marzo, los gobernantes de la Eurozona se comprometieron a no permitir que Grecia caiga en bancarrota y acordaron los principios de un mecanismo de emergencia al que se recurriría, llegado el caso, si Atenas no puede seguir financiando normalmente su elevada deuda en el mercado.
Según el acuerdo del 25 de marzo, los socios del euro están dispuestos a conceder préstamos bilaterales coordinados en el marco de una operación conjunta en la que el Fondo Monetario Internacional (FMI) tendría una implicación "sustancial" y los europeos aportarían una financiación "mayoritaria". Dicho mecanismo sólo sería activado si el estado miembro afectado lo solicita y siempre que los dieciséis miembros de la Eurozona lo decidan "por unanimidad".
Los problemas de Grecia llevaron al euro ayer cerca de su mínimo de 2009 frente al dólar. La moneda europea caía un 0,2%, hasta 1,3308 dólares, levemente sobre su mínimo de 2010 de 1,3267 dólares.
El parqué madrileño rompió ayer la senda alcista de los últimos tres días al caer un 1,03%, lo que situó al Ibex 35 en el nivel de los 11.076,3 puntos, en una nueva sesión de máximos para el diferencial de la deuda pública de Grecia. El resto de plazas europeas también sumaron una nueva jornada de descensos.
La bolsa ateniense, que se derrumbó hasta el 5%, volvió a cerrar ayer en números rojos, por tercer día consecutivo, con una caída del 3,11% (1.925,82 puntos), debido a las dudas de los inversores sobre el poder de recuperación de la economía griega.
Al mismo tiempo, la rentabilidad de la deuda griega se ha disparado: sus bonos a diez años pagan intereses superiores al 7% y los de los bonos a dos años están castigados con cerca del 8%. Este récord histórico encarece aún más los préstamos que necesita el Gobierno para atender los próximos vencimientos de deuda de mayo, que ascienden a 8.500 millones de euros y que, según muchos economistas, Atenas no va a ser capaz de atender.