leÍa por enésima vez, entre las políticas económicas que se manejan en Euskadi, la preocupación por el tamaño empresarial. El razonamiento que soporta esa inquietud es que hay un tamaño crítico para abordar ciertos objetivos. Que para sobrevivir se necesita un tamaño mínimo. Estoy hasta el moño de oír siempre la misma cantinela. Y para colmo, a los mismos que proclaman la importancia de la Innovación, que están muy convencidos de la seriedad de sus propuestas.

Vivimos, cierto, en una sociedad en la que se puede afirmar casi cualquier cosa, un apunte y su contrario, sin mediar justificación. La simultaneidad de mensajes, todo el mundo está haciendo declaraciones, lo disimula. Queremos soplar y sorber. Está bien, pero todo tiene su límite. ¿Es compatible empujar la Innovación y quejarse del escaso tamaño de nuestras empresas?

Porque, vamos a ver, la innovación no suele ser grande desde el principio. Vamos digo yo. Algo nuevo, en la naturaleza, en la vida que conocemos, en el mundo empresarial, nace habitualmente pequeño, aunque luego crezca. A propósito, estos argumentos del tamaño crítico, del tamaño mínimo, no arredraron ni a Bill Gates, ni a los pirados de Google, tampoco al los primeros cooperativistas de Mondragón, ni a todos los emprendedores e innovadores. Afortunadamente. Quede claro además, que todas las empresas grandes, que hoy son grandes, alguna vez fueron pequeñas.

Pues a pesar de proclamar la importancia de la Innovación, se sigue insistiendo en que nuestras empresas tienen un tamaño insuficiente para los tiempos que corren. Ya saben, lo de la globalización y todas esas zarandajas de la competitividad. La mayoría diría, a estas alturas del escrito, que bien: hay que tener empresas grandes, y además hay que innovar. Vayamos despacito.

Dos acontecimientos recientes han puesto en cuestión la conveniencia del tamaño empresarial y su crecimiento. En EEUU, ¡¡¡en el templo del crecimiento!!!, el presidente Obama ha declarado la conveniencia de trocear los bancos más grandes.

O sea, hacerlos más pequeños. Yo, le entiendo. Y para justificarlo me remito a lo ocurrido desde 2007-08, y que sigue ocurriendo.

Segundo acontecimiento: en España, el ministro de Industria, puso dificultades ante la absorción de una empresa nacional por parte de otra extranjera. O sea que lo de que más grande es mejor queda en entredicho.

Pero sobre todo en nuestro país, Euskadi, constituido mayoritariamente por pymes, ¿es coherente mantener una permanente frustración por el tamaño de nuestras empresas?

Yo creo que no, y que más nos vale impulsar la práctica de la Innovación en todas las empresas que preocuparnos de su tamaño. Si tienen que crecer ya crecerán, pero lo que tenemos que empujar es la estrategia de Innovación. Aportemos unos datos: en Alemania innovan el 60% de las empresas pequeñas y el 89% de las grandes. En España, el 16% y el 33% respectivamente. Aquí será algo mejor. Hay camino por recorrer.

Por cierto, en una clasificación llamada Índice de Globalización 2009 publicado recientemente, los 10 primeros clasificados eran por este orden: Singapur; Hong Kong; Irlanda; Bélgica; Suecia; Dinamarca; Suiza; Holanda; Israel; Finlandia. Los primeros países un poco "grandes", venían a partir del puesto catorce con Canadá, seguida de Reino Unido.

¿Dónde queda el argumento del tamaño aquí?

Lo que se ve es que todos ellos son lugares en los que la Innovación tiene un papel relevante. Concluyamos pues que lo del tamaño, como necesidad imperiosa para sobrevivir es una falacia. Así que dejemos de preocuparnos de ella y respetemos a las pymes y a todas las empresas. Que para ser global, o sea, pasárselo más o menos bien en el mundo complicado de la globalización, no hace falta un tamaño crítico. Y entonces se preguntará usted, ¿por qué se repite tanto el argumento del tamaño? Eso es para otro próximo trabajo.

Lo que es importante, nos va el futuro en ello, es la tarea de Innovar, de buscar nuevos caminos, de emprender nuevos proyectos, de ambicionar tener un sitio en el mundo global siendo nosotros mismos, o sea, pequeños. Conclusión: a nosotros NO nos importa el tamaño, nos importa la Innovación. Nada de soplar y sorber.