Madrid. Decenas de miles de personas tomaron ayer las calles de Madrid, Barcelona, Oviedo, Valencia y Alicante, convocados por CCOO y UGT, para rechazar la propuesta del Gobierno de aumentar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. Además, instaron al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero a dar un giro a su política económica frente a la crisis.

En Madrid, la manifestación convocada bajo el lema En defensa de las pensiones. No al retraso de la jubilación. La solución no es recortar la protección social, y que transcurrió en medio de una tregua concedida por la lluvia, congregó a alrededor de 70.000 personas, según los sindicatos -la Delegación del Gobierno no se aventuró a aportar cifras-. UGT y CCOO proclamaron además el éxito de las manifestaciones convocadas en Barcerlona (50.000 personas), Oviedo (40.000), Valencia (25.000) y Alicante (25.000).

Por su parte, según el cómputo efectuado por la empresa Lynce para la Agencia Efe, la cifra de asistentes se situó en 15.381 personas. El margen de error, según el presidente de Lynce, Juan Manuel Gutiérrez, es de un 10%, con lo que la cifra no podría elevarse a más de 17.000 personas.

CABECERA DE LA MARCHA En el trayecto desde la plaza de Cibeles hacia la Puerta del Sol, los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, encabezaron la marcha, mientras que también se pudieron ver personalidades políticas, como el coordinador general de IU, Cayo Lara, y el portavoz de la misma formación, Gaspar Llamazares, así como el histórico sindicalista y ex máximo dirigente ugetista Nicolas Redondo.

En la primera protesta contra la política de Zapatero y en el vigésimo noveno aniversario del golpe de Estado de Tejero, con lemas como Luché contra el PP y me estafó ZP, Robar al viejo es obsceno o Así no, no toques las pensiones ZP, los manifestantes entonaron cánticos para expresar su malestar por la reforma de las pensiones e incluso llegaron a pedir la convocatoria de una huelga general.

En un ambiente festivo, poblado de banderas rojas, y al son de los tambores, partidarios del PCE reprocharon a los líderes sindicales su "pasividad" ante la escalada del paro y espetaban: "¿Cuántos parados hacen falta más para convocar una huelga general?". Muchos de los congregados portaban pancartas contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en algunas de las cuales se leían críticas hacia las medidas económicas para paliar los efectos de la crisis.

Una vez finalizada la marcha Toxo y Méndez tomaron la palabra en una abarrotada Puerta del Sol para lanzar diversos mensajes al Gobierno y su presidente, que en algunos momentos se vieron interrumpidos por gritos de "huelga general". Ambos exigió a Zapatero que retire la reforma de las pensiones y "demuestre" así que está con la inmensa mayoría de la población.

El primero en hablar fue Toxo, quien dijo que los sindicatos defenderán "con uñas y dientes" los derechos de los pensionistas y aseveró que "la crisis no se va a saldar con un transferencia de rentas ingente" desde la clase trabajadora a las rentas del capital, "al menos sin resistencia". Así, denunció que el Gobierno pretende "arrebatar un girón" de las pensiones mientras las empresas siguen obteniendo beneficios.

Por su parte, Méndez se mostró severo: "Recorte de pensiones, no". Además, respondió al presidente del Gobierno que el aumento de la edad de jubilación "es una propuesta, pero significa una amenaza". "Es como un trozo de carne ante la nariz de los tiburones, para que se devoren el sistema público de pensiones", añadió para decir a renglón seguido que sirve para que "quien se aprovechó en la época del frenesí económico, se vuelva a aprovechar en la recuperación económica", en alusión al sistema financiero.

Méndez reivindicó que los sindicatos están "arrimando el hombro" en la lucha contra la crisis y dijo que para mejorar la recaudación habría que "aumentar los impuestos a quienes más tienen". "Decimos rotundamente no. Nosotros no somos los culpables de la crisis", dijo, tras criticar al Gobierno por poner "una vela a Dios y otra al diablo". Además, pidió al gobernador del Banco de España, que "deje de echar tinta como el calamar y mire hacia su negociado", que los sindicatos "saben qué tienen que hacer".