Vitoria. ¿Debería presentar su dimisión el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, tras la mediática quiebra de su empresa Air Comet? ¿Es su gestión un buen ejemplo para el resto de empresarios a los que representa? ¿Traslada la imagen más adecuada este dirigente en un momento tan delicado? Éstas y otras cuestiones similares continúan alimentando un debate social, político y empresarial que, días atrás, la propia CEOE zanjó con el respaldo casi unánime a la gestión de Díaz Ferrán al frente de la patronal. Fuera de ahí, sin embargo, sindicatos, gobernantes y profesionales siguen cuestionando hoy su permanencia en el cargo.
En un escenario distinto y a un nivel diferente, Álava y sus empresas se enfrentan desde hoy a un debate parecido. En este caso, con Juan José Azurmendi, presidente de la patronal alavesa SEA, como protagonista y a quien ayer, a través de un duro comunicado, el sindicatro ELA acusó de haber despedido al 50% de su plantilla de Omega Elevator, una empresa dedicada a la fabricación y mantenimiento de ascensores. La central censuró ayer que desde 2009 Azurmendi ha ido realizando "despidos sistemáticos" en las empresas que forman el grupo para evitar que éstos sobrepasasen el mínimo establecido por ley para formalizar un ERE.
ocho despidos Gracias a esta maniobra, aseguró ELA, el presidente de SEA "ha evitado la autorización administrativa para realizarlos así como el consiguiente impacto mediático que llevaría". La central explicó que Omega se disgregó hace años en varias sociedades que conviven en las mismas intalaciones de Jundiz, una "ingeniería empresarial para ir haciendo despidos individuales en cada una de ellas sin tener que presentar despidos colectivos", añadió. Asimismo denunció que el pasado viernes despidió a ocho trabajadores que se suman a otros 51 más en Álava y a los que habría que añadir los de las delegaciones de Burgos, Miranda y San Sebastián. Estas cifras suponen, según ELA, el despido del 50% de la plantilla. "Si el presidente de SEA tiene que ser un ejemplo para los empresarios alaveses, sus dictatoriales formas de funcionamiento están generando un situación insostenible en la empresa. Parece que el triste ejemplo del presidente de la CEOE está siendo caracterizado en Alava por Azurmendi", criticó la central.
Dura respuesta de Omega A media tarde, el propio afectado respondió con otra nota igual de dura. En ella, Azurmendi acusó al sindicato de mentiroso y de "manipular" un proceso de reconversión cuyo objetivo sólo pretende "salvaguardar el mayor número de puestos de trabajo y garantizar la viabilidad de la empresa". Respecto a los despidos, el empresario aclaró que 30 trabajadores han sido reubicados en otras empresas con las mismas condiciones que tenías hasta entonces, mientras que a otros 43, "que suponen el 23% y no el 50%", corrigió, se les ha despedido pagándoles lo estipulado por ley. Esta medida, concluyó Omega, ha supuesto un enorme "esfuerzo" para la empresa de más de 1,5 millones de euros en indemnizaciones.