En las asociaciones de consumidores lo tienen claro. La nueva Ley de Servicios de Pago, que a partir del próximo 1 de enero permitirá a los comerciantes trasladar a los clientes las comisiones que pagan por operaciones electrónicas con tarjetas de crédito, no sólo contribuirá a retraer aún más el consumo, sino que supone trasladar "a la parte más débil del mercado" el contencioso entre comerciantes y empresas de medios de pago.

"Esta iniciativa nos parece un auténtico despropósito; algo realmente incomprensible, especialmente en mitad de una crisis económica y de consumo como la que estamos sufriendo. EKA/OCUV piensa y defiende que el precio de las cosas, el que marca la etiqueta, no puede ser distinto en función de cómo se paguen. No estamos hablando de un precio mayor por comprar a plazos, lo cual (por los intereses) es lógico; sino de un precio mayor por pagar con dinero de plástico en vez de hacerlo con dinero en metálico. Hay que tener en cuenta, además, que los consumidores ya estamos pagando, y bien, por utilizar las tarjetas, puesto que los gastos de mantenimiento (comisiones, etcétera) no dejan de subir. En lo que llevamos de año se han encarecido una media del 15%. El único agente de los implicados (comercios, consumidores y entidades financieras) a quien podría beneficiar esta nueva ley es, quizá, la banca", señala contundente un portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios Vasca.

Según los datos del Banco de España disponer de una tarjeta de débito en estos momentos tiene un coste de casi 17 euros al año (sin incluir las comisiones por extraer dinero del cajero), mientras que la de crédito tiene una cuota anual media de 33 euros, un 7% más que en noviembre de 2008. Precisamente por este encarecimiento muchos usuarios han decidido reducir su número de tarjetas.

La nueva Ley de Servicios de Pago, aprobada recientemente por el Congreso, transpone a la normativa española una directiva europea de 2007. Aunque está concebida para igualar en eficiencia, seguridad y transparencia las operaciones de pago efectuadas mediante tarjeta con los pagos internos de los estados miembros, lo cierto es que en la práctica reconoce a los comerciantes la posibilidad de aplicar recargos a las operaciones con tarjeta. La nueva ley, de hecho, elimina la prohibición que existía para trasladar al consumidor la comisión por uso de tarjeta, así como la de realizar descuentos por pago en efectivo. De esta forma, aunque una gran parte del sector comercial ha manifestado que no piensa aplicar esta posibilidad, a partir de enero los comerciantes podrán cobrar a los clientes la comisión que la banca y las empresas de medios de pago les aplican a ellos en cada operación con tarjeta y que oscila entre el 0,9 y el 1% del importe abonado. Actualmente en el Estado español hay 75 millones de tarjetas de crédito y débito, lo que supone dos de media por cada ciudadano mayor de edad. Además hay millón y medio de terminales punto de venta, con lo que las posibilidades de pagar en comercios con tarjetas en lugar de en efectivo son bastante altas. De hecho los españoles pagan con tarjeta más del 16% del consumo privado. El artículo 24 del proyecto de Ley de Servicios de Pago autoriza al comercio a fijar cuotas adicionales siempre y cuando "no superen los gastos diferenciales en que efectivamente incurra el beneficiario es decir, el comercio por la aceptación de tales instrumentos de pago". Ese "coste diferencial" es la diferencia de coste que para el comerciante tiene tramitar un pago con tarjeta frente al ingreso en efectivo. Esa diferencia viene marcada por la comisión que los bancos cargan a los comerciantes por cada transacción que procesan sus datáfonos o terminales de punto de venta.

palo al consumo Preguntado por las previsibles consecuencias de la nueva ley, el portavoz de la Organización Vasca de Consumidores afirma que "el parón del consumo es una de las consecuencias más graves de la crisis, y al mismo tiempo la realimenta. Y este nuevo recargo frenará todavía más el consumo, porque se presume un incremento de los precios (en el pago con tarjeta) de aproximadamente un 0,9%. Y cualquier incremento de precio, por definición, retrae el consumo. Y más en un momento como el actual. Esta medida, además, contribuirá a que se use más dinero en efectivo. Los ciudadanos llevarán más dinero en efectivo encima y en las cajas de las tiendas habrá más dinero en efectivo. Toda una tentación para los amigos de lo ajeno, que además en estos tiempos de crisis son más y más activos que antes. Los consumidores sacarán, por fuerza, más dinero de los cajeros automáticos, lo que seguramente animará a los bancos a incrementar aún más las comisiones por el uso de los cajeros, con lo que compensarían lo que hipotéticamente perderían por el menor uso de las tarjetas para comprar. Más aún: empezará a circular más dinero negro (el de las tarjetas está controlado)".

La EKA/OCUV se está planteando realizar alguna campaña de información para concienciar a los consumidores vascos de que pronto se pueden encontrar con el cobro de unas comisiones que hasta ahora no eran cosa suya. Además, a través de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), de nivel estatal, con la que la asociación de consumidores de Uribe Kosta URKOA (miembro de EKA/OCUV) está federada, esta asociación ha apoyado algunas enmiendas que se han presentado en la tramitación de la ley. "También hemos dejado oír nuestra voz en contra de esta ley en el Consejo de Consumidores y Usuarios, al que se consultan estos cambios. Pero, por desgracia, parece que la idea va adelante", apunta el portavoz de EKA.

menos uso En principio, la Confederación Española de Comercio (CEC), a través de su secretario general, Ángel Fraile, ha indicado que los comerciantes no tienen intención de aplicar recargo alguno por el pago con tarjeta. "Ni aconsejamos ni creemos que vaya a haber repercusión directa en los precios de los comercios. No vamos a hacer ningún tipo de diferenciación entre los que pagan en efectivo y los que usan tarjetas", afirmó Fraile. En el País Vasco parece que la tendencia va a ser la misma, aunque las asociaciones de consumidores no las tienen todas consigo. Desde EKA señalan que han hablado con algunas asociaciones de comerciantes vascas, con comerciantes de Bizkaia y de otras zonas, "y vemos que tampoco a ellos les hace ninguna gracia la idea, por más que la Confederación Española del Comercio (CEC) diga que le parece bien la nueva ley, que les servirá para equilibrar sus cuentas con las plataformas de medios de pago... Que se arreglen entre ellos, entre los banqueros y los comerciantes, y no nos carguen sus desavenencias a los consumidores. No hay que olvidar que los gastos financieros de los comercios (como los de personal, de electricidad, etc.) ya están repercutidos en los precios de venta al público. Pensamos, no obstante, que muchos comercios no aplicarán ese recargo, porque sería tirar piedras contra su propio tejado".

Las organizaciones de consumidores españolas ya han anunciado que van a aconsejar a los usuarios que dejen de utilizar las tarjetas de crédito "porque no tienen que pagar un sobrecoste por una modalidad de pago que venían utilizando toda la vida", según señaló Eustaquio Jiménez, de la UCE. Por su parte, Rubén Sánchez, de Facua-Consumidores en Acción, considera que se ha optado "por la vía fácil" en el conflicto que desde hace tiempo enfrenta a los comerciantes y las empresas financieras por las altas comisiones. Según Sánchez, en lugar de imponer limitaciones "al poderoso sector" se ha trasladado el problema "a la parte más débil del mercado: los consumidores". La recomendación general de todas las organizaciones es que "se usen menos las tarjetas", que se opte por el pago en efectivo y se penalice a los comercios que trasladen la comisión al cliente.

Para Ángel Fraile, sin embargo, la nueva normativa permitirá al sector comercial contar con una nueva "arma" para negociar con la banca las comisiones de las tarjetas de pago, que "son elevadas y han de seguir bajando". En concreto, detalla que los comerciantes soportan comisiones medias de 0,9% del importe de la operación, cuando, en opinión de la CEC, el promedio debería situarse entre el 0,1% y el 0,2%. "Hasta ahora las comisiones eran difíciles de negociar, pero ahora tenemos una nueva herramienta", recalcó el secretario general de la CEC, quien señaló que ahora los comerciantes pueden alegar que si se imponen comisiones "abusivas" tendrán que trasladarlas al consumidor, lo que frenaría el gasto de los clientes.

l Tarjetas. El número de tarjetas en circulación en el Estado español descendió en el tercer trimestre de 2009, con un caída del 3,17%, hasta los 74,73 millones.

l Tipo. Del total de las tarjetas, 43,71 millones eran de crédito, un 3,64% menos, y 30,99 millones de débito, un 2,56% menos.

l Uso. El 85% de los titulares de tarjetas de crédito en España las utiliza para realizar compras, y la tendencia de crecimiento también se extiende a su utilización para la retirada de efectivo en cajeros, que registró un avance del 10%.

l Perfil. Los jóvenes de entre 18 y 34 años siguen siendo los principales poseedores de tarjetas con un 85,4 por ciento en 2009.