Si hay algo que de verdad está encajando mal el presidente de la Caja en todo este mediático proceso judicial es la mala imagen que se está dando de la entidad. Asociar la Vital -una de las cinco cajas más solventes del Estado, con beneficios a pesar de la crisis y unos rendimientos económicos significativos- con las visitas al juzgado como parte demandada es algo que no casa bien ni beneficia a ninguna de las dos partes. Ayer fue un día duro para Rojo. Lo pasó hasta última hora de la tarde prácticamente recluido en su despacho de la sede de Salburua, atendiendo llamadas de ánimo y recibiendo muestras de apoyo, señalan desde su entorno. Para no publicitar más las cosas y transmitir, sin embargo, normalidad, está decidido que no haya declaraciones oficiales ni, por supuesto, entrevista alguna. "Esta circunstancia no afecta ni afectará a la actividad de la Caja en relación con sus clientes", es todo cuanto pudieron recabar ayer los medios.
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