El caso del viajero vasco que tuvo que ser hospitalizado y repatriado desde Tailandia en avión medicalizado la pasada primavera o del valenciano que terminó pagando una factura de más de 200.000 euros tras su paso por la UVI de un hospital de Cancún tras un corte de digestión han sido noticia la pasada primavera.

Aunque casos tan graves no son muy frecuentes, estas historias han puesto de relieve la necesidad no solo de contar con un seguro, sino de que sus coberturas sean las necesarias y adecuadas. Aunque no estamos acostumbrados a pagar por la asistencia sanitaria en nuestra tierra, estos mismos cuidados pueden suponer un desembolso que alcance los cientos de miles de euros en caso de hospitalización grave en el extranjero. E incluso pequeños incidentes como fisuras, esguinces o lipotimias nos pueden acabar costando más que las mismas vacaciones si no se cuenta una cobertura. 

¿Con qué seguros cuento?

El primer paso es conocer si ya contamos con algún seguro que nos cubra cualquier problema que podamos tener durante las vacaciones o viajes, y en caso afirmativo, conocer el alcance de la cobertura que ofrecen.

  • La Tarjeta Sanitaria Europea, que se puede pedir gratuitamente en la web del Ministerio de Seguridad Social, da acceso a los servicios de salud públicos de los países de la Unión Europea, Islandia, Reino Unido, Suiza o Noruega en las mismas condiciones que un nacional de dichos países. En algunos países se exige el copago de algunos tratamientos, en cuyo caso deben abonarse al momento y luego pedir el reembolso. La TSE siempre es una ayuda, pero contar con un seguro médico adicional también para moverse por Europa es algo que no hay que descartar totalmente. Para estos casos las coberturas de las tarjetas de crédito o los servicios complementarios que suelen ofrecer los seguros de salud privados podrían ser un añadido suficiente, aunque cada viajero debe valorar su propio riesgo.
  • Tarjetas de crédito. Es habitual que, si el billete de avión, tren o autobús se ha pagado con una tarjeta de crédito, los viajeros cuyos billetes hayan sido abonados por este método estén cubiertos por un seguro de asistencia en viaje. Suelen ofrecer cobertura de gastos médicos durante las vacaciones, y algunos también incluyen coberturas para casos de cancelación o regreso anticipado por enfermedad de viajeros o familiares, e incluso por retrasos de aviones o pérdidas en las maletas.

La cobertura suele variar dependiendo del nivel de la tarjeta de crédito (clásica, oro, etc) y en general suelen presentar coberturas no muy altas, de hasta 10.000 euros por viaje para gastos médicos para las tarjetas clásicas. Estos montantes pueden ser de utilidad para pequeños accidentes, pero no llegan a cubrir los gastos de una hospitalización. Mucho menos en destinos como Canadá, Japón o en especial en EEUU, donde las facturas médicas se disparan a cifras muy superiores.

Según una web del Gobierno de EEUU, la urgencia por una pierna rota supone una factura de alrededor de 7.500 dólares, y tres días de hospitalización alrededor de 30.000 dólares. El hecho de llamar a una ambulancia supone entre 500 y 1.000 euros, incluso aunque sea para atender una simple lipotimia in situ. En Canadá ir al servicio de urgencias por una herida que necesite unos puntos de sutura no baja de 2.000 dólares más el coste de ambulancia si fuera necesario.

En ambos casos, es recomendable pedir a la entidad bancaria el documento de la póliza de seguro de asistencia que incluye la tarjeta de crédito, tanto para estudiar bien las coberturas incluidas como para conocer el teléfono al que hay que llamar en caso de incidencia. Y no está de más imprimirla para tenerla a mano durante las vacaciones. También resulta recomendable hacer todos los gastos del viaje utilizando una misma tarjeta. Por lo general, las de débito no suelen contar con esta cobertura de seguro de asistencia en viajes.

  • Seguro de hogar y seguros médicos. Algunos otros seguros que solemos tener contratados habitualmente, como el de hogar o los seguros médicos privados (Sanitas, Adeslas, etc) suelen incluir en algunos casos algunas coberturas en el exterior. Esto suele ser más común entre los seguros de salud, y en general ofrecen primas relativamente bajas (10.000 euros) para gastos médicos durante unas vacaciones en el extranjero. Algunos seguros de federaciones deportivas o de automóvil pueden incluir algunas coberturas de salud en el exterior o de asistencia en viaje.

Dos turistas, tras sufrir una intoxicación. Freepik

¿Necesito un seguro de viaje?

Los seguros de viajes suelen ofrecen habitualmente diferentes coberturas agrupadas en tres categorías. La primera es la relacionada con las coberturas médicas, para casos de enfermedad durante un viaje que incluyen desde consultas y pequeñas actuaciones médicas, pasando por la hospitalización o la repatriación urgente. 

Las otras dos categorías suelen estar relacionadas con problemas con productos del viaje (retrasos, pérdidas de maletas, robos) por un lado, y con la compensación por la cancelación o regreso anticipado de vacaciones, generalmente asociadas a la imposibilidad de disfrutar el viaje por enfermedad del viajero o un familiar o, por ejemplo, por una avería de gravedad en el domicilio, como una fuga de agua.

De estas tres grandes categorías, la más relevante es la de asistencia médica al viajero, tanto por la importancia de tener asegurado un buen servicio médico en caso de necesidad como porque puede ser la más onerosa, ya que los servicios sanitarios en gran parte del mundo son muy costosos. Y en algunos países los turistas enfermos pueden ser también un cliente muy apetitoso aprovechando su estado de necesidad.

Leer la póliza y analizarla

Cada seguro es diferente. Suelen cubrir diferentes incidentes o situaciones, hasta un importe máximo que puede variar mucho y exigiendo condiciones y procesos diferentes. Por este motivo, y en caso de necesitar contratar un seguro de viaje, es importante profundizar más allá del precio de la prima (el coste del seguro) y el resumen de coberturas, y leer la póliza completa. Hay que tener en cuenta que, aunque una cobertura por atención médica de 100.000 euros pueda parecer suficiente, no lo es tanto en el indeseado caso de tener que ser hospitalizado en ciertos países.

Las oficinas de corredurías, las oficinas de seguros o bancos de nuestros pueblos y ciudades también pueden ofrecer una explicación más personalizada. En general, contratar todos los seguros con la misma aseguradora o banco puede ser una buena opción de cara al servicio y la atención que se reciban.

Hay que saber qué actividades y deportes de riesgo cubre el seguro. Freepik

Aspectos importantes que hay que considerar

Los seguros de viajes no suelen cubrir los riesgos asociados a alquilar un coche, ni los daños materiales ni la asistencia médica en caso de accidente. Es importante comprobarlo antes de alquilar un coche y valorar si resulta conveniente contratar un seguro específico. Si se hace, es mejor contratarlo con la misma compañía de alquiler de coches.

Los seguros de viajes no suelen cubrir los problemas de salud derivados de enfermedades preexistentes. Eso significa que si se ha tenido algún problema de salud importante semanas o meses antes puede que la aseguradora ponga problemas si la recuperación descarrila estando de vacaciones. En destinos tropicales hay que ponerse las vacunas obligatorias y también las recomendadas, ya que en caso de no seguir las pautas establecidas por las autoridades, el seguro podría concluir que el accidente se debió a negligencia del viajero y no cubrir los gastos.

Es importante verificar qué deportes y actividades de riesgo cubre el seguro, ya que depende de la compañía y puede interesar contratar las ampliaciones específicas de esas actividades. Si se está federado, consultar si el seguro local tiene vigencia internacional.

Excepto en caso de riesgo vital, hay que llamar siempre a la compañía de seguros antes de acudir por cuenta propia a un médico, centro de salud u hospital, porque las aseguradoras suelen trabajar con centros médicos específicos en los grandes destinos turísticos.

Por último, es vital llevar siempre a mano la póliza durante el viaje en papel o en el móvil, y dejar una copia a familiares y amigos.