Cualquier medida para ahorrar o gastar menos en tiempos de crisis como los actuales es bienvenida a la hora de economizar en la cesta de la compra o de llegar sin tantos agobios a fin de mes. Incluso cuando se trate de darte un pequeño capricho que puede desequilibrar tu presupuesto.

Por que muchas veces estamos hablando de compras compulsivas o innecesarias las que nos inquietan y nos destrozan nuestras previsiones habituales de gasto.

Firmeza, decisión o fuerza de voluntad son claves para no incurrir muy a menudo en este tipo de gastos. Pero además puedes confiar en una fórmula conocido como el truco de las 72 horas

Es tan sencillo como eficaz y su éxito se basa en la paciencia. Lo único que deberás de hacer cada vez que quieras comprar algún artículo, producto o servicio que realmente no necesites de forma clara es esperar tres días antes de realizar la compra, ya que en ese periodo de tiempo te dará tiempo a reflexionar si realmente es necesario o en realidad se trata de un capricho u ocurrencia. Esa pequeña espera y reflexión deberá llevarte a descartar adquisiciones inconvenientes y ahorrar así ese dinero.

Esa reflexión de tres días te permite ver si ha sido un impulso o si es necesaria la compra. También valdría una reflexión 24 horas o 48 horas en función del tipo de desembolso, de la cantidad, de la importancia de la compra etc. pero el hecho de que sea de tres días, supone un extra de tiempo para madurar la compra que puede incluso hacerte olvidarte de ella o repensar mejor las condiciones de adquisición, plazos, fórmulas de pago etc.

Mayor gasto, más reflexión

En realidad, esta regla de las 72 horas puedes hacerla extensiva a otros periodos de tiempo: la regla de la semana, la regla de los quince días, etc. cuando la compra sea más compleja, las circunstancias sean más complicadas para tomar una decisión inmediata y el desembolso mayor.

Ahorrando en una hucha. Freepik

Por eso muchos expertos de la conducta humana aconsejan seguir la regla de los 30 días. Es para compras de bienes o servicios que cuesten mucho dinero (un fantástico viaje, una moto, una bicicleta especial, una prenda de vestir exclusiva, etc) y no sean imperiosamente necesarios. Esperar esos 30 días significará abrir un periodo de reflexión que puede llevar a replantearte la compra y ahorrarte ese dinero. Pasado ese espacio de tiempo, u otro que te hayas marcado, menguará las ansías que tenías por hacerte con ese artículo e incluso se habrá evaporado la necesidad de realizar ese desembolso.

Puestos a rebuscar, hay alguna regla un poco más rebuscada, pero que también funciona y está basada en la misma idea de esperar unos días antes de volver a plantearte si quieres o necesitas comprar algo. Solo que el número de horas o días a esperar equivale al precio del producto. Por ejemplo, si quieres unos deportivas que cuestan 90 euros, espera 90 horas antes de preguntarte de nuevo si lo necesitas. 

Obviamente estos consejos son sólo aplicables a las compras que no sean de primera necesidad o ineludibles. Prueba a aplicarlos y verás cómo ahorras.