Carlos Alcaraz no dio ninguna opción al tenista canadiense Felix Auger-Aliassime y se clasificó para la final individual masculina de los Juegos de París. El murciano se garantiza así la plata olímpica. Su rival en la final saldrá del duelo entre el italiano Lorenzo Musetti y el serbio Novak Djokovic.

Con 21 años y 91 días, Alcaraz se convierte en el jugador más joven en alcanzar la final individual masculina desde que el tenis regresó a los Juegos Olímpicos en Seúl 1988, por delante ya del suizo Marc Rosset, que ganó el oro en Barcelona 1992 con 21 años y 275 días. Le tiene tomada la medida a Felix Auger Aliassime, hasta no hace mucho uno de los jugadores más prometedores del circuito que se incrustó precozmente en el top ten de la clasificación ATP.

Tiene más talento pero menos empuje y coraje que el ruso Roman Safiullin o el neerlandés Tallon Griekspoor que en el segundo set llevaron al límite a Alcaraz. Tiene un gran tenis el norteamericano, más variedad de golpes y se mueve con soltura en la pista. Pero no llega al nivel del español, situado en un escalón superior tal y como demuestra en cada gran envite.

Por la vía rápida

El campeón de Wimbledon y Roland Garros, el poseedor con veintiún años de cuatro Grand Slam está en otra cosa. Solo ciertas desconexiones cuando tiene el compromiso aparentemente solucionado complican el desarrollo. Dio esa sensación en los partidos de octavos y cuartos. Pero no en semifinales, donde la distancia que fijó desde el principio fue evidente. Y no perdió la concentración.

En el primer parcial se impuso por la vía rápida. Veloz de piernas y acertado con los tiros, extramotivado, dejó sin recursos a su rival. Rompió ya en el tercer juego, se anotó cinco seguidos y cerró el parcial en cuarenta minutos. Lejos de aflojar después, como le pasó en los otros partidos, mantuvo el nivel, sin florituras, con solvencia. Se le notó a Alcaraz más fresco, más descansado. Fue el del jueves el primer día que tuvo solo un partido y tuvo tiempo de relax, para la recuperación, para el tratamiento.

La película se repitió en el inicio del segundo parcial, cuando quebró en cuanto tuvo ocasión y alcanzó un desnivel a su favor en el marcador de 4-1. El canadiense no encontró argumento para inquietar. Mucho menos para iniciar una reacción. Resignado, se distanció punto a punto de la lucha por el oro. Tomó el camino hacia el bronce. Igual que en el dobles mixto.

Alcaraz brilla. También su metal. Asegurada la estancia en el podio espera rival. El ganador del partido entre el serbio Novak Djokovic y el italiano Lorenzo Musetti será su rival el domingo.