Aventura alavesa en el Dakar
Nekane Abin e Iker Etxebarria competirán con un camión Mercedes en la categoría de clásicos, formando equipo con el asturiano Jaime Martínez
Con todo lo necesario preparado y a punto de coger este domingo el avión con destino a Yeda, Nekane Abin cuenta las horas para el arranque de su tercer Dakar.
La vitoriana volverá a subirse a un camión, en este caso más pequeño, un 4x4 y no un 6x6. Repetirá experiencia al lado del asturiano Jaime Martínez Cantelli y suma para esta edición al también alavés Iker Etxebarria, que desde el taller ‘Más Motor’ pondrá sus manos para cualquier contingencia mecánica que pueda surgir.
“A Jaime y su mujer Raquel les conocimos en un viaje a Marruecos. Hicimos amistad y luego hemos mantenido la amistad y encuentros en rallys pequeños y hace tres años fue cuando surgió la oportunidad de ir al Dakar con un camión y hasta hoy”, desgrana la vitoriana, quien cuenta de paso el porqué del cambio de camión. “Queríamos cambiar de proyecto porque el 6x6 es muy pesado para la arena. A partir de marzo empezamos a buscar otro camión hasta que en octubre nos llegó uno de Italia, en alquiler con derecho a compra. Es un Mercedes”, describe Abin.
Pasarán de manejar un vehículo de 16 toneladas a otro de 11. Esa diferencia la notarán en zonas comprometidas, las temidas dunas sobre todo. Además, el hecho de que sea más corto les permitirá maniobrar mejor en determinados momentos y eso les alberga esperanzas de ser más competitivos y poder optar a un puesto mejor que el tercero logrado el pasado año.
Los alaveses competirán en la misma categoría que en 2025, la de camiones clásicos HT-1, con otros trece rivales y se suman los coches alcanzan los cien participantes en la parrilla de salida.
“El objetivo de salida es terminarlo porque es el Dakar. Pero la idea es mejorar la general del pasado año y estar entre los quince primeros en la general. Es una categoría que ha subido bastante de nivel”, cuenta la piloto vitoriana.
El camión está ya en Arabia desde el pasado día 13 de diciembre. La cita comenzará y acabará esta vez en la ciudad de Yanbu, al Oeste del país. Arrancará el 3 de enero y terminará el 17, con una jornada de descanso en medio.
VÍVERES A DISPONER
Eso sí, los y las participantes se toparán con un itinerario distinto al de la pasada edición. “Hay dos etapas maratón y la previsión es que las dos semanas van a tener una complicación parecida, con piedra y arena. Son casi 8.000 kilómetros de especial, de los que casi 5.000 son cronometrados. El trazado apenas tiene que ver con el 2025, con lo que apenas habrá ventaja para ningún participante pese a haber sido el mismo país el que albergó el anterior Dakar”, apunta Nekane Abin. Incluso si la organización varía las velocidades a permitir también puede cambiar mucho la clasificación.
Otra de las aventuras, y nunca mejor dicho, que suelen encontrarse los equipos reside en los víveres a disponer. Tantas horas sobre el vehículo y etapas maratonianas dejan a más de uno exhausto y en ocasiones sin reposición alimenticia.
“Somos amantes de la aventura, aunque no se puede dejar nada al azar. Aunque la organización te da una bolsa en la salida de cada etapa, nosotros llevamos conservas y cecina por si alguna noche nos toca pernoctar a la intemperie. A nosotros eso no nos ha pasado nunca, pero en 2024 en una etapa que sacamos a seis coches llegamos de noche al campamento, pero otros diez se quedaron abandonados a su suerte en el desierto y entonces imagínate la situación”, narra la piloto alavesa.
En esa circunstancia casualmente es donde surge otro debate a la vez que problemática. ¿Ser solidario a costa de ser descalificado? Cumplir el reglamento en base a perder la esencia del espíritu ‘edakariano’ es una disyuntiva que se ha dado en multitud de ocasiones y pese a las quejas de algunos participantes la organización tiene claro su normativa.
“Si no nos ayudamos nosotros en el desierto, estás vendido. El año pasado hicimos una queja formal al respecto. Si en la primera especial por ejemplo te paras a ayudar a un competidor y te pasas de tu hora, todas las siguientes penalizan el máximo total y entonces es como si no hubieses salido del vivac. Ahí es donde radica la controversia”, admite Abin. Es la ley que ASO como empresa organizadora marca y a ella deben ajustarse, aunque no les guste.
MUCHO DINERO PARA EL BOLSILLO
Además de la reglamentaria hay otra que tampoco es plato de buen gusto, la económica. Las pretensiones económicas para tomar parte en el rally más conocido de todos son más que exigentes. De entrada, apoquinan 23.000 euros por inscribir el camión y a partir de ahí otro tipo de tasas que sufragan con diferentes patrocinadores y en algunos casos con su bolsillo propio.
Hay que añadir las licencias de los tres tripulantes o la equipación de cada uno de ellos, que ronda otros 4.000 y que tiene una validez de cinco años. Todo ello sin olvidar el costo de su viaje hasta Arabia, el alquiler del propio vehículo, los repuestos necesarios para en caso de avería poder seguir en carrera o un equipo de asistencia. Eso es lo mínimo.
En suma, que cada uno tiene el Dakar que se puede costear. A más presupuesto más ventajas, como la de dormir en una autocaravana o hacerlo en tienda de campaña. Y si no queda la opción de conciliar el sueño en el propio camión.
“Nosotros así lo hemos hecho estos dos años, porque teníamos literas preparadas, pero en una etapa de parque cerrado no está permitido salvo que penalices con 800 puntos. Como este año lo vuelven a poner hemos decidido quitarlas”.
Lo cierto es que de 140.000 euros no baja lo que cuesta estar en la línea de salida. Y esa cuantía les ha sido posible obtenerla gracias a instituciones y empresas como el Principado de Asturias, Construcciones Segurola, Alquileres Rubel, Plasma 4x4, Mas Motor o el Ayuntamiento de San Zadornil.
PERICIA EN LA CARRERA
Esfuerzo económico y también personal, porque los días de competición son a descontar de las vacaciones de cada uno. Contactos y peripecia para cuadrarlo todo al máximo. Y ya en carrera, pericia. Porque para cubrir el recorrido marcado no sólo hay que tirar de brújula, sino que muchas veces la intuición juega un papel importante.
Ahí Nekane jugó el pasado año un papel importante en su estructura. “Siempre tienes la referencia del último punto por el que has pasado, pero todo se consigue. Luego tienes el respeto por las dunas, porque el año pasado subieron de nivel y tuvimos que ayudar en un par de accidentes. Es importante saber leerlas para no volcar. Recuerdo que el primer año les decía a mis compañeros que en la primera duna teníamos que quedarnos trincados, para ir viendo cómo comportarse en esa situación y no pasarnos de frenada y dar vuelta”, relata entre risas la deportista alavesa.
Es parte de la experiencia adquirida ya. Todo ello lo pondrá en práctica a partir del día 3 junto a Jaime e Iván, sus compañeros de aventura en el Dakar 2026.