Una gran montaña de arena en Vitoria
Pese a la falta de instalaciones o el mal clima, el vóley playa se abre paso en Vitoria gracias al talento de Julen Chavaris y Hegoi Arribas
El hacer una montaña de un grano de arena puede tener una connotación positiva y eso es precisamente lo que están consiguiendo los vitorianos Hegoi Arribas y Julen Chavaris. Ambos jóvenes están ayudando a impulsar el vóley playa en la capital alavesa gracias a su carácter y, sobre todo, sus destacadas actuaciones en los torneos.
Ambos jugadores, que forman parte del club deportivo de voleibol Udapa Jatorkide, se proclamaron subcampeones de España en julio del año pasado en la categoría sub-19 en La Puerta de Hierro (Madrid).
Un torneo del que Hegoi tiene buenos recuerdos porque, como recuerda, “llegamos con buenas sensaciones, pero sin el objetivo de ganarlo. Es cierto que veníamos de jugar a un gran nivel en el vóley pista, pero una vez llegamos a cuartos de final, ya fue como dejarnos llevar y no nos lo esperábamos para nada”.
El boom del voley playa en Vitoria
Para Julen, aquella experiencia fue fascinante. “Cada partido que ganábamos era una sensación maravillosa. Además, nuestros familiares fueron llegando cuando alcanzamos la final y vinieron desde Vitoria a Madrid esa misma noche para vernos”.
A quien no le sorprendió su éxito fue a su entrenador, Gerardo Méndez, quien lleva trabajando con ellos por espacio de cuatro años. “Les conozco desde que son cadetes y ambos tienen un talento increíble y además los dos son muy trabajadores y han sabido aprovechar las oportunidades que han tenido”.
El también preparador de la selección de Euskadi no quiere pasar por alto que su éxito tiene mucho más mérito que el de otros compañeros. “Partimos de la base de que estamos en una comunidad donde al vóley playa aún le queda mucho por recorrer. Por ejemplo, aquí no contamos con instalaciones adecuadas para entrenar todo el año en la arena”, lamenta Méndez.
En este sentido, y teniendo en cuenta la dura meteorología de Vitoria, Gerardo aclara que “aunque entrenemos y juguemos en pista, en la arena como pronto empezamos en mayo y partimos con desventaja respecto a otras comunidades que sí entrenan durante todo el curso”.
El inconveniente del clima
Tanto Hegoi como Julen son conscientes de que tienen que dar el do de pecho en sus entrenamientos a causa del poco tiempo que tienen para entrenar en la arena.
“Hemos conseguido buenos logros teniendo muy poco tiempo de preparación y es que con el clima en Vitoria es difícil, porque hay pocas horas de trabajo y las canchas suelen estar ocupadas”, subraya Hegoi, quien recuerda que alguna vez les ha tocado trabajar bajo la lluvia. “A veces es casi imposible entrenar, porque la bola está mojada y se cae más rápido”, denuncia.
“En Vitoria no existía voleibol hace 8 años en categorías inferiores, pero en este tiempo ya ha crecido mucho y es un deporte en auge; el problema es que aquí no tenemos las instalaciones adecuadas para entrenar en arena”
Por eso mismo, su entrenador les elabora un calendario especial para prepararse en las mejores condiciones posibles. “Entrenan tres veces a la semana y luego yo también quedo a parte con ellos para trabajar diferentes aspectos. El resto del entrenamiento, por así decirlo, son los campeonatos”, admite Gerardo.
Como buen pupilo, Julen no duda en ensalzar la meritoria labor de su entrenador. “Nos prepara muy bien físicamente fuera de la pista y gracias a él hemos conseguido estos logros”.
Respecto a las instalaciones, el descontento de ambos jugadores es absoluto y reclaman soluciones de algún tipo. “Ese tema está muy verde y es muy difícil competir contra algunas comunidades como Canarias que trabajan todo el año. Aunque también es cierto que hay lugares donde el calor te puede pasar una mala jugada, como una vez que jugamos en Murcia con 40 grados y también es muy difícil adaptarse a eso”.
A la pregunta de qué les gusta más, si la arena o la pista, ambos lo tienen muy claro. “Son dos deportes diferentes y no tienen nada que ver. En el vóley pista se comparte entre seis jugadores y en la playa entre dos y nosotros preferimos la arena a la pista”, comenta Hegoi. A juicio de Julen, “nuestras características como jugadores se adaptan mejor a la arena, porque se pide más resistencia en el salto, más cabeza para buscar los huecos y jugar con inteligencia”.
Por caminos distintos
La vida profesional de un deportista de voleibol es más larga que en otros deportes. “Por ejemplo en la playa hay algún profesional que ha aguantado hasta los 47 años, mientras que en la pista se juega hasta los 56 más o menos”, puntualiza Hegoi.
Una situación que les obliga a mostrar buenas dosis de paciencia, ya que tienen toda la vida por delante para conseguir más éxitos en la arena. De momento, en el club Udapa Jatorkide están centrados en el vóley de pista para subir a Primera Nacional.
“Tenemos opciones de poder ascender y estamos intentando conseguir patrocinadores y ayudas porque económicamente es muy difícil”, recalcan ambos.
Lo más duro de asimilar es que el futuro más cercano les va a separar, ya que Julen pasa a ser sub-21, mientras que Hegoi repite categoría. Aun así, su técnico Gerardo no pierde la esperanza de que el futuro sea halagüeño. “Hay compañeros de gran nivel en la selección y hay posibilidades de repetir logros”, revela.
Ambos alaveses también exponen su tristeza por tener que emprender caminos distintos. “Dificulta un poco el separarnos, ya que esa conexión que tenemos no continuará fortaleciéndose en el futuro”, destaca Hegoi. Eso sí, también tienen claro que deben ser compatibles con otros jugadores. “Hay que saber jugar con todo el mundo, porque siempre se aprende del que tienes al lado y así es como se mejora”, precisan.
A la espera de lo que les depare el futuro, ninguno olvida cómo empezaron en este deporte. “Fue un poco inesperado, ya que después de haber probado en muchos deportes, de repente empecé a jugar con mis padres y me vine a Mendizorroza. Ahí ya me dijeron de apuntarme a Jatorkide y hasta ahora”, rememora Hegoi.
Doble éxito del Jatorkide, referente del voleibol en Vitoria
“Yo empecé sin saber qué era este deporte y ahora estoy enamorado. Al principio comencé en otro club y luego me contactó Gerardo y me vine ya para aquí”, asegura Julen, quien anima a la gente a probar en este deporte. “Si prueban una vez, seguro que repetirían, ya que se enamorarán de este deporte como hemos hecho Hegoi y yo”.
Gerardo Méndez, por su parte, muestra su orgullo por el hecho de que cuando llegó hace 8 años “en Vitoria no existía vóley en categorías inferiores, pero ya ha crecido mucho y está en auge y sería interesante que fuera contando con más apoyo”.