Frente a Tadej Pogacar, dios pagano del ciclismo, el hombre capaz de todo, el resto asume su inferioridad como esas tercas certezas que enmarcan la vida más allá de eslóganes vacuos o lugares comunes. Conviene saber dónde está uno o al menos reconocer los lindes y límites. Esa mentalidad está impresa en Pello Bilbao. A partir de ahí escala el vizcaino en busca de las fronteras.

En Montreal, en Canadá, nadie que no fuera el esloveno pudo derrotarle. Ese hecho, irrefutable, sitúa a Pello Bilbao ante una estupenda oportunidad para mostrar su estrella en los Mundiales de Suiza (29 de septiembre), donde se espera el impacto del meteorito esloveno.

Pello Bilbao quiere estar cerca de la supernova Pogacar en el Mundial. En la cita helvética también es fija la presencia de Mikel Landa y tienen posibilidades de acudir Alex Aranburu y Oier Lazkano. El de Ezkio parece otro de los fijos. Las opciones del gasteiztarra son menores. La convocatoria definitiva se conocerá este martes.

¿Cuál es su balance de las clásicas de Canadá?

—El balance es positivo. Volé a Canadá con buenas sensaciones tras el Tour de Gran Bretaña, que lo acabé bien, y con la idea de hacer un buen trabajo. En la clásica de Quebec, en una carrera que no era ideal para mis características, pude hacer un top-ten y tuve muy buenas sensaciones. Era consciente de que en Montreal, en una recorrido que era perfecto para mis características, tenía claro que podía estar luchando por el podio y así fue.

Fue segundo en Montreal tras Tadej Pogacar, que parece inalcanzable. Desde ese punto de vista, ¿es como una victoria?

—Ser segundo tras Tadej sabe casi a victoria porque todos sabemos que en las carreras en las que participa Tadej es casi imposible ganarle si todo le va bien y no comete un error o tiene un problema. Es inalcanzable. Cuando arrancó nadie tenía la capacidad de seguirle y luego tampoco de organizarse como equipo para poder recortarle tiempo. Aproveché ese desgaste general que había para arrancar y asegurarme una plaza en el podio. Vi que mi opción era atacar de lejos porque sentía que era el más fuerte en el grupo trasero e intenté hacer lo mismo que hizo Tadej en la vuelta anterior al circuito.

Pello Bilbao comparte podio con Pogacar y Alaphilippe. Bahrain / Sprint Cycling

Más allá del esloveno, usted dejó al resto de competidores con una ataque en la zona más dura del circuito. ¿Cómo vivió la carrera?

—Viví la carrera con muchísima concentración y estudiando cada movimiento. Eso sí, mi idea era ahorrar lo máximo en cada vuelta porque esa es la clave en esta carrera. Hay que entender muy bien el circuito y saber cuáles son las intenciones del equipo que domina la carrera. Tiré de experiencia. Es la cuarta ocasión en la que corro en este circuito, que se adapta muy bien a mis características, y eso también ayudó. Era cuestión de ahorrar, ahorrar y ahorrar. Por suerte, en el equipo teníamos muy claro cuál era el plan y todo nos enfocamos en lo mismo. Así pude ahorrar muchísimas energías y logramos un objetivo que buscábamos. Creo que en el futuro es algo que nos va a ayudar mucho, porque veníamos de una dinámica negativa. En el Tour no pudimos cumplir con las expectativas. En la Vuelta tampoco logramos lo que queríamos, así que conseguir un buen resultado en una clásica del WorldTour nos servirá como impulso para el equipo. 

Ser segundo tras el esloveno, a las puertas del Mundial, con un circuito que tiene semejanzas con el de Montreal, es una buena señal.

—Este podio es muy bueno de cara al Mundial, da mucha moral. Llega en el momento justo. No conozco aún el recorrido de Zúrich al detalle, pero sí puede ser una carrera similar a la que vivimos en Montreal. Estar con esta condición con el nivel que había en la carrera me da mucha moral de cara al Mundial. Creo en mis opciones. En una carrera como el Mundial, en la que se llegan con las fuerzas justas porque es una carrera agónica en la parte final, creo que puedo tener buenas opciones para pelear entre los diez mejores.

En el Tour no rindió como quería. Tuvo que abandonar. ¿Le ha tocado reinventarse?

—Soy alguien que hace los planes muy precisos y en ocasiones me cuesta cambiar el chip y adaptarme. Eso es lo que me ha tocado este año. El Tour no salió como esperaba. Ni para mí ni a nivel de equipo. Después, simplemente he querido recuperar bien, descansar el cuerpo, que respirara y no apretar demasiado. Tuve que forzar unos días sin estar bien de salud y luego es algo que pagué cuando estuve en casa. 

¿Está en el mejor momento de forma del año?

—Una vez que recuperé las buenas sensaciones he ido creciendo poco a poco. No diría que estoy en mi mejor momento de la temporada, porque antes del Tour estaba muy bien preparado, pero sí creo que estoy en el momento óptimo para afrontar una clásica de un día. Tengo ese puntito de frescura que a otros corredores les pueda faltar y quiero aprovecharlo. He competido menos que otros años a estas alturas de la temporada y creo que estoy en las circunstancias ideales para disputar el Mundial.

Usoa Ostolaza y Eneritz Vadillo, al Mundial femenino


Usoa Ostolaza y Eneritz Vadillo, ciclistas del Laboral Kutxa, estarán en el Mundial femenino, según anunció Gema Pascual, seleccionadora española. La zarauztarra, campeona de España élite y una de las revelaciones del curso, y la de Gorliz, vencedora en sub’23 y podio en el Tour del Porvenir, serán de la partida en la cita mundialista que aguarda en Zúrich. Ambas estarán en la prueba de ruta femenina que constará de 154 kilómetros y más 2.400 metros de desnivel positivo acumulado, con la particularidad de que las selecciones deberán llevar un equipo formado por ciclistas de élite y sub’ 23. La carrera se disputará el 28 de septiembre.