Nuevo éxito para los hermanos Pou, que tras ascender tres nevadas importantes en la Cordillera Blanca como Yanapaccha (5.450 metros), Shacsha (5.700 metros) y Ranrapalca (6.164 metros) han ascendido la vía Made in France en la expedición que han llevado a cabo en los últimos meses en Perú.

Al ser una vía trazada por la montañista francesa Melissa Le Nevé, Iker y Eneko han decidido bautizarla así en su honor. Asimismo han propuesto para ella una dificultad de 8c, con lo que junto a Tres Leches (8c+), que él mismo encadenó en 2022, pasaría a ser una de las líneas más duras de Perú.

Los intrépidos hermanos vitorianos han dedicado sus últimos días de estancia en los Andes a aportar su granito de arena a la comunidad local en la disciplina de escalada deportiva. “En estos países siempre andan faltos de material para equipar y agradecen mucho que echemos una mano. Por no hablar de que al tener más experiencia en la alta dificultad, dejarles líneas complicadas siempre ayuda a subir el nivel del país”, explican los escaladores alaveses, que acaban de finalizar con un éxito indudable su quinta expedición al corazón de los Andes.

Iker y Eneko han dejado su huella en la zona de Inkawaqanqa, ubicada a 4.200 m de altitud, donde han abierto cuatro vías nuevas llamadas Solo, Viejo, Pelón y Panzón (7b+), Más Pajuelo que Vicuña (8a+/b), Mejor Solo que Mal Acompañado (8?) y Singel (8?).

A la dificultad intrínseca también habría que añadir que este lugar se encuentra a una considerable altura sobre el nivel del mar. La zona se encuentra ubicada en la región de Ancash, a una hora al norte de Huaraz y a únicamente 20 minutos de la más conocida zona de escalada Hatun Machay.

Con esta actividad, los Pou cierran un verano con dos rutas de alto nivel en alpinismo como han sido Whaa Shakir en el Himalaya, donde además abrieron otras cinco rutas más de roca, y Ya Pe Cholo en los Andes, además de recibir su quinta nominación a los Piolet de Oro, los bautizados como Oscars del alpinismo.

A por su segundo libro

Los hermanos vitorianos protagonizaron semanas atrás la primera ascensión a la inescalada cara noroeste del Ranrapalca, una imponente mole de casi un kilómetro vertical que alcanza de manera vertiginosa esta famosa cumbre de 6.162 metros.

Eso sí, coquetearon con la tragedia, ya que un enorme bloque de piedra impactó sobre la cabeza de Eneko cuando rapelaba. Fue el incidente más grave en una ascensión que los Pou, por otra parte, calificaron como brillante y que supuso una de las más significativas de su larga y extensa carrera.

El otoño tampoco viene falto de proyectos a partir de ahora para los alaveses, pero esta vez tendrán que combinar los entrenamientos con los encuentros con patrocinadores y las habituales conferencias. Además, Iker y Eneko ultiman su segundo libro al que llamarán Los Cuatro Elementos, con el que esperan alcanzar el mismo éxito que tuvo el primero. – DNA