“Con un poco de agujetas, pero bien. Estuvo muy divertida la carrera”, apunta entre risas Mikel Ustaran desde Cardiff, ciudad en la que el pasado domingo completó la media maratón de la ciudad galesa. Otra gesta más para este veterano maratoniano gasteiztarra, que el próximo 27 de octubre cumplirá 82 años.
El fondista vitoriano ha vuelto a demostrar que la edad no es un límite. Solo es cuestión de tener ganas y constancia para poder llevar a cabo este tipo de locuras deportivas y de eso Ustaran anda sobrado. Un deportista constante, con vitalidad a raudales y al que le ha “picado de nuevo el gusanillo” por calzarse las zapatillas y completar pruebas de gran fondo.
Y es que hay que recordar que el maratoniano alavés volvió a presentarse a la línea de salida de un Maratón en noviembre del año pasado tras acudir a Nueva York para correr en la Gran Manzana después de haber estado 22 años sin completar los 42,195 metros.
Pues bien, tras su experiencia en la ciudad de los rascacielos, prueba en la que cubrió la mitad de la carrera, le han vuelto las ganas por correr este tipo de carreras de fondo, como apunta el propio Ustaran. “Sí, sí. Sí que me ha picado el gusanillo”, insiste.
Por eso, su participación en la media maratón de Cardiff, una de las cinco Super Halfs, el circuito de medios maratones más prestigioso del mundo que también incluye las carreras de Copenhague, Lisboa, Praga y Valencia, no ha sido algo aislado sino que ahora tiene en mente completar las otras cuatro, tal y como está realizando su mentor y maestro Martín Fiz, quien ya ha ganado tres de ellas, las disputadas en la capital danesa y portugesa y la del pasado domingo en la ciudad gaelica. “Voy a por los Super Halfs. Ya he hecho el primero y quiero hacer los otros cuatro”, aclara.

PRAGA, EN EL MES DE ABRIL
Ambición máxima. Un reto de altura para el que ya tiene incluso fijado un calendario. “El año que viene voy a Praga en abril”. Hay tiempo hasta que se celebre la media maratón de la capital checa para preparar esta exigente distancia en condiciones, pero Ustaran va más allá e incluso aspira a correr también en Copenhague en septiembre y en Valencia en octubre.
Tres de una tacada en un plazo de solo seis meses y ya con 82 años cumplidos. Una carga notable y más para un atleta de su edad. Sin embargo, Mikel Ustaran tiene un arma secreta que le ayuda a poder estar listo para estos retos de gran envergadura.
Su mujer Sole, su compañera infatigable de aventuras fallecida ya hace cuatro años y con quien compartía tantos entrenamientos, es quien le da esa fuerza extra para no venirse abajo en los malos momentos. Un depósito extra de gasolina con el que seguir y seguir. “Sigue siendo mi motivación”, explica.
Y es que Ustaran reconoce que no es fácil prepararse. Sufre y mucho durante los meses previos.
“Se hace muy duro. Hay que entrenar mucho y cuesta”, desvela. Martín Fiz, quien lleva sus sesiones de entrenamiento, le ha diseñado un plan de trabajo específico para su edad en el que de los tres días a la semana que sale a correr, uno lo dedica a intercalar carrera con paseos, otro hace una tirada larga, nunca superior a los 16 kilómetros, y el tercero hace series, mientras que otro día a la semana acude al gimnasio para hacer fortalecimiento de brazos, dorsales, abdominales y piernas. “Se trata de tener todo el cuerpo preparado”, argumenta Mikel Ustaran.
Martín Fiz le programa los entrenamientos y sale a correr tres días por semana alternando series y tiradas largas con un cuarto día de fortalecimiento en el gimnasio
DOLORES DE RODILLA AL FINAL
Gracias a ese exigente trabajo, durante los meses previos ha podido completar con éxito la Media Maratón de Cardiff. “Me fue bien. En los últimos kilómetros me empezó a doler la rodilla, que no me había molestado durante las semanas previas, y tuve que bajar el ritmo para poder llegar, pero llegué”, relata eufórico.

En esta ocasión, Ustaran completó los 21,097 kilómetros en tres horas, marca muy por encima de su mejor registro, tal y como recordó el propio atleta. “Tardé tres horas. Justo el doble de lo que tardaba cuando tenía la mitad de edad, por lo que no está mal”. De hecho, Ustaran añade con orgullo que detrás suyo “llegaron miles de corredores”.
"Tardé tres horas. Justo el doble de lo que tardaba cuando tenía la mitad de edad, por lo que no está mal"
Satisfecho y orgulloso de sí mismo. Al vitoriano le dio igual la marca y la clasificación. El objetivo era llegar y lo hizo. “Mi categoría ya es a partir de 65 años, por lo que compito con gente que puede ser hasta 15 años más joven que yo. No sé ni cómo he quedado, pero eso y el tiempo en meta es algo que no me preocupaba. Solo quería llegar”, insiste.
“TODOS ASOMBRADOS”
Pues lo hizo. En meta, además de la satisfacción y la medalla de finisher, tuvo también la recompensa de reencontrase con su hijo Edorta, que vive en Inglaterra y quien ya le estuvo animando hace un año en Nueva York, y uno de sus nietos.
Un final feliz para la última gesta de Ustaran, que no ha dejado de sorprender a quienes compartieron con él la carrera este pasado domingo en Cardiff. “Se quedaban alucinados”, destaca.
No es para menos, ya que es poco habitual ver en este tipo de competiciones a corredores que ya superan los 80 años. El propio atleta vitoriano lo confirma. “De los cerca de 30.000 atletas que participaron, no sé si habría alguno mayor que yo. Se quedaron asombrados”, añade.
Es lo que tiene hacer este tipo de locuras. Así las entiende el propio protagonista. “Mis amigos me dicen que estoy loco y me da igual, ya que es algo que me lo digo yo a mí mismo mucho más a menudo”, concluye. Puede ser. Viendo la energía que tiene, seguro que habrá más. Praga ya está en el horizonte.