El Fundación Vital Zuzenak acusó la falta de efectivos en su visita al Puertollano y acabó encajando una derrota por 75-67 tras un disputado partido. Las bajas supusieron todo un hándicap para Sergio González, que apenas dispuso de seis jugadores y, por tanto, una sola rotación, lo que significó una auténtica minutada para el quinteto inicial en el que destacaron dos jugadores Gandía y Ramos que fueron el sostén ofensivo de los vitorianos, anotando 55 de los 67 puntos del equipo.

Un auténtico partidazo de los jugadores alaveses que pudieron llevarse el choque ante un rival directo como el Amiab Puertollano siempre con Zavala al rescate (25 puntos). En un enfrentamiento de máxima igualdad, el acierto en el tiro con porcentajes en ambas escuadra por encima del 50% fue vistoso para el espectador.

Un primer cuarto de máxima igualdad e intercambio de canastas (18-16) dio paso a los mejores minutos de los locales, que fruto de su dominio en el rebote (15 capturas más), lograron ventajas de hasta seis puntos (32-26, minuto 16). Una distancia que siempre controló el conjunto de González, merced al buen trabajo de equipo y las aportaciones de Ibai Castro, de nuevo luchador en el trabajo defensivo. Con una primera parte de mucha brega y desgaste, el choque seguía abierto (34-32).

Los mejores minutos visitantes llegaron en el tercer cuarto, gracias al trabajo en el rebote ofensivo y los puntos que llegaron de segundas opciones. El Fundación Vital Zuzenak le tomó el pulso y la delantera al choque (46-50, minuto 28). El resultado era un reflejo del orgullo de los vitorianos y de su ostensible mejoría en varias facetas del choque.

El último minuto, fatídico

Con todo por decidir, el encuentro entró en los minutos más calientes. Con Zavala en ebullición y con Ramos y Gandía lanzados en su acierto de cara al aro, los locales apretaron hasta la máxima renta de ocho puntos (69-61). Sin embargo, un parcial de 0-6 metió a los alaveses en el encuentro. El último minuto resultó fatídico, ya que los dos protagonistas indiscutibles, Ramos y Gandía, cometieron una falta técnica y otra antideportiva, lo que condenó definitivamente a los gasteiztarras a una derrota que no reflejó la feroz lucha y la igualdad que existió en el partido.