Energías renovadas para el estreno liguero. San Ignacio y Aurrera, la representación alavesa del Grupo IV de Tercera RFEF, arrancarán hoy la temporada 2022-23 ante el Padura y el Basconia respectivamente, dos rivales que calibrarán la primera toma de contacto de los equipos gasteiztarras. El conjunto de Adurza, que encadena cuatro temporadas en esta categoría, tratará de sumar otro curso más compitiendo ante históricos del fútbol modesto como el Barakaldo, el Portugalete o el Durango. Los de Olaranbe, mientras tanto, persiguen el sueño de asentarse en el fútbol semiprofesional bajo la filosofía del fútbol de cantera, la misma que le brindó éxitos hace varias décadas.

Así lo ven Aitor Sáez de Moreda, técnico del San Ignacio, y Sergio Santano, del Aurrera, quienes han reflexionado en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA respecto a una temporada repleta de retos para ambas escuadras. Ambos entrenadores son cautos y explican que su principal desafío es el de mantener la categoría con dos bloques donde predomina la fortaleza humana.

“Tenemos muchas ganas de que el balón eche a rodar, lo llevábamos esperando cuatro años. El objetivo de Aurrera como club es recuperar lo que era hace años y para dar pasos hacia adelante como mínimo tenemos que estar en Tercera”, cuenta Sergio Santano, quien estuvo al frente del banquillo en el último ascenso y que debutará como entrenador en esta categoría hoy ante el Basconia a las 17.00 horas en Artunduaga.

Así, pese a llevar la etiqueta de recién ascendido, el conjunto gasteiztarra se define como un equipo valiente y que no teme a los rivales de más caché. “Con la juventud del equipo y viendo el perfil que tenemos hay que ser valientes y descarados, no tenemos nada que perder. Nos tenemos que adaptar a lo que tenemos y la política del club ha sido mantener la cantera. El sentido de pertenencia hacia el club es nuestra clave”, asegura el técnico del Aurrera.

Los jugadores del Aurrera de Vitoria posan antes de un entrenamiento durante esta pretemporada Pilar Barco

Por ello, más que un objetivo determinado, los rojillos se apuntan varios retos a conseguir durante la temporada. “Lo que planteamos es un reto, necesitamos mejorar, queremos mejorar y el reto es mantenerse, queremos ir más allá. Otro de los retos que nos planteamos es el mejorar día a día como equipo, es el único modo que hay con tal de que el club de pasos hacia adelante”, recalca Santano. 

APUESTA DE CANTERA

Ahora bien, la diferencia en el presupuesto respecto a equipos de Tercera RFEF ha sido un condicionante a la hora de asumir la llegada de nuevos jugadores, un factor que los de Olaranbe han contrarrestado con la firme apuesta en la cantera: “El no poder ofrecer dinero es un handicap al confeccionar la plantilla pero se nos ha quedado un grupo con la esencia del Aurrera de toda la vida, chicos de cantera, varios juveniles que suben y está claro que lo que más me gusta es el sentido de pertenencia que tienen todos. Salvo dos jugadores el resto del equipo es Sub-23, un equipo joven y de mucho potencial”.

Aitor Sáez de Moreda, mientras tanto, no oculta su sensación de que la pretemporada del San Ignacio no ha sido la deseada debido a los numerosos problemas logísticos a los que se han tenido que enfrentar. “Hemos tenido una pretemporada complicada, nuestra idea era empezar el 26 de julio y el Ayuntamiento no nos dejaba un campo hasta el 1 de agosto. De todos los colegios y equipos con campo propio el único que nos cedía las instalaciones era el Lantarón y teníamos que movilizar todo hasta allí, pero al final el Alavés nos dejó entrenar en Ibaia durante esa semana. No nos han permitido entrenar en Adurza hasta hace dos semanas y la sensación que tengo es que hemos sido unos barraqueros yendo a cada campo con todo el material en los coches. Esto no me ha pasado en los 23 años que llevo entrenando entre Bizkaia y Gipuzkoa”, manifiesta el experimentado técnico que ya logró el ascenso del Adurtzabal en la pasada temporada. 

De hecho, uno de los inconvenientes en estas últimas semanas ha sido el no poder habituarse al césped de Adurza ya que lo han reformado parcialmente y casi a contrarreloj. “Cuando los rivales vengan a jugar contra nosotros, vean que el campo se levanta en varias zonas y que el balón bota como si fuese un cono van a cuestionarse si realmente es un campo de Tercera, no está arreglado del todo”, recalca Sáez de Moreda. 

UN SAN IGNACIO RENOVADO

Pese a las adversidades que ha sufrido el cuadro gasteiztarra, el técnico del San Ignacio incide en que la principal cualidad de su equipo, reestructurado en todas las líneas, reside en el colectivo, en que todos sus pupilos reman en el mismo sentido. “Veo que el potencial del equipo está en el grupo, somos un vestuario muy fuerte en el que no hay grandes individualidades y destaco el bloque. La mayoría son muy jóvenes y solo tenemos uno mayor de 30 años. Hay jugadores sub-23 pero con experiencia en Tercera y esa combinación es la idónea porque esta categoría destaca por las disputas, el choque y los duelos individuales”, apunta. 

Así, el principal objetivo que se marca el San Ignacio para la presente temporada no es otro que el de mantener la categoría y a partir de ahí soñar con otros desafíos. “Esta temporada hay 16 equipos, está todo más compacto y por ello el margen de error es menor. Tengo un muy buen grupo con gente que me ha venido del Amurrio, del Arenas de Getxo, del Juvenil Nacional del Mirandés y tenemos gente experimentada en una categoría muy fuerte y en la que cada partido será una batalla. Así como el año pasado el equipo quedó sexto, lo que buscamos esta temporada es mantenernos y quedar lo más arriba posible”, concluye el experimentado preparador.