Tadej Pogacar continúa como un cohete exuberante gravitando en el corazón del Tour de Francia desde que entrara en órbita desde La Planche des Belles Filles, el Cabo Cañaveral de la historia del esloveno. Aquello fue la zona cero de un victoria extraordinaria. Desde aquella lisérgica tarde, Pogacar se tachonó al trono de París. Campeón sin parangón. Es el rey de Francia y el emperador del ciclismo. Bendecido por Merckx, Pogacar acude al encuentro de su tercer Tour con la escarapela dorada. La del mejor. Dominante y superior, el esloveno está llamado a certificar un amplio reinado. Sin grietas ni fisuras conocidas en las distancias cortas, sus rivales deberán buscar un punto débil para hacer palanca y optar con derrocarle. ¿Misión imposible?

Pello Bilbao, ciclista del Bahrain, y David Etxebarria, exciclista de Once, Euskaltel-Euskadi y Liberty y actual director del Grupo Eulen, analizan al fenómeno esloveno y las opciones del resto para tratar de vencerle en el Tour. “Son pocas”, abren ambos. Conviene tenerlo claro.

Pogacar, en el ataque que derrotó a todos camino de Le Grand-Bornand  en el pasado Tour. | FOTO: AFP

Inaccesible en el cara a cara

“Lógicamente no existe una fórmula secreta para derrotar a Pogacar en el Tour. Está claro que en el cara a cara, en el uno contra uno, no tiene fisuras y físicamente es prácticamente imposible vencerle. No se le puede hacer frente. Ha demostrado que está al menos un punto por encima del resto y que en una carrera de tres semanas es el más fuerte. Nadie tiene dudas sobre eso”, describe Pello Bilbao cuando retrata al esloveno. “Si el resto espera a hacerle daño en el mano a mano, que se olviden. Pogacar es más fuerte en el uno contra uno. Está por encima. Por ejemplo, creo que el que más cerca que está de él en montaña es Vingegaard, pero no tengo claro que pueda aguantarle”, destaca David Etxebarria, que recuerda que la escena del pasado Tour en el Mont Ventoux, en la que el danés pudo despegarse de él, fue un juego para el esloveno. “Tenía una larga bajada y sabía que le cogería. Dejó hacer”. Aquello sirvió para amainar las críticas sobre el desaforado dominio de Pogacar sobre el Tour.

Unidos contra él

Eliminada cualquier posibilidad de medirse a él a quemarropa, Pello Bilbao y David Etxebarria coinciden en que los rivales, a pesar de tener distintos intereses, tienen que aliarse para sacar de la ecuación a Pogacar porque el esloveno es superior a cualquiera. Sin él, se abren las posibilidades para el resto. El Tour se igualaría. “Cualquier opción pasa por aislar de algún modo al esloveno”. “La única opción que veo es provocarle a cometer un error. Que sea él el que falle. Creo que hay que probarle continuamente y que tenga que llevar la responsabilidad de la carrera en todo momento. Que sea su equipo el que tenga que controlar el Tour todo el tiempo”, reflexiona Pello Bilbao. “Va un poco de ir todos contra él. Tienen que obligar a Pogacar a hacer sobre esfuerzos, que se vuelva un poco loco porque nadie le haga la carrera por defender un puesto. Tienen que obligarle a salir a muchos palos, pero no en él último puerto. En ese escenario no hay opciones. Creo que para ganar a Pogacar hay que tener asumido que puedes perder el Tour y a partir de ahí, intentar ganarlo. Sin arriesgar, sin sorprender, me parece imposible”, enfatiza Etxebarria.

Llevarle al límite

Forzar al UAE es otro de los preceptos obligatorios a llevar a cabo para tratar de rascar el kevlar del esloveno. El equipo, aunque ha mejorado, no es el más potente y esa es una veta a explotar. “Una cosa está clara, tienen que forzar al equipo y que el UAE tenga que trabajar siempre. Tienen que obligar a realizar sobre esfuerzos a Pogacar”, agrega Etxebarria. Para desarrollar ese plan ambicioso existen varias vías que confluyen en un objetivo: aliarse contra Pogacar. “Es importante que el resto de equipos que pujan por la general colaboren entre sí para ir en contra de Pogacar. Todos contra él. Por ejemplo, si un equipo monta un estrategia atacante contra él y si ponen a Pogacar y a su equipo en una situación comprometida, que los otros equipos, los del segundo, tercero... etcétera no le echen una mano y no colaboren con él. Si no desgastan a Pogacar es casi imposible”, explica el ciclista gernikarra.

Tomar riesgos

“Tengo la impresión de que se van a tener que aliar los rivales para poder con él y asumir que la única opción pasa por eliminar de la ecuación al esloveno. Y luego, competir el resto por el Tour”. Para eso tienen que estar dispuestos a sacrificar opciones y ser imaginativos, según Etxebarria. “Roglic puede plantear una carrera de arrancar desde muy lejos pero que nadie vaya a por él y que sea siempre Pogacar el que tenga que salir a coger a la gente. Y que nadie del resto de los rivales se mueva. Como sean conservadores y piensen en hacer un puesto, sin más, en la general, que se olviden. Tienen que quitarse a Pogacar y a partir de ahí, que gane el que tenga que ganar. Pogacar tiene que tener la sensación de que o sale él a cortar los ataques o pierdo la carrera porque nadie me va a echar una mano. Es la única forma de poder ganarle”.

Insistir, no aflojar

La táctica, en cualquier caso, no debe ser episódica. Requiere insistencia, ser constantes y llevar al límite al esloveno. Sin días libres ni treguas para la búsqueda de la derrota del esloveno. “Para derrotarle tiene que sentirse incómodo todo el Tour. No es un enfoque de a ir a ganar la carrera sino de hacérsela perder a Pogacar y luego ya se verá. Se tienen que poner de acuerdo en el sentido que no gané Pogacar y luego ya veremos qué pasa en la última semana. En cualquier caso tienes que llevarle al límite. Por ejemplo que persiga a alguien que le disputa la general y que tenga a rueda alguien que también busca el Tour pero que no va a darle ni un relevo”, expone Etxebarria.

Imaginación

Buscar los límites del prodigio esloveno se antoja imprescindible para tratar de hacerle daño. Eso sí, encontrar esas rutas requiere caminos distintos. Seguir los preceptos de la lógica no dan premio. Eso se sabe. “Creo que se deberán buscar sorprender desde lejos, aprovechar los días en los que pueda haber viento pero sin esperar al punto exacto, si no anticiparse para sorprender. Aprovechar las fugas con gente que esté bien en la general, aunque sean secundarios, para obligar que el UAE tenga que trabajar todos los días. Tienen que desgastar al equipo y aislarle”, suma Pello Bilbao. “Si está Pogacar en la lucha, si se corre con lógica, es prácticamente inaccesible. Tienen que probar otras cosas”, alimenta Etxebarria.

Tadej Pogacar, durante una etapa del Tour de Francia Luca Bettini

Plantear cosas distintas

Sugiere que para ello el Jumbo, probablemente el equipo más fuerte, tenga que recurrir a otro modelo de enfocar la carrera. “El Jumbo tiene buenas piezas para moverse de lejos con Roglic y Van Aert, pero tienen que irse los dos juntos. Jumbo no debería correr con Roglic como lo ha hecho los últimos años. Tienen que hacerlo de otra manera. Que Vingegaard sea el hombre fuerte y que Roglic, que tiene un gran palmarés, y ya ha sido segundo, intente ganar el Tour sorprendiendo de lejos. Arriesgando”. Para ganar a Pogacar se debe partir de la idea de asumir la derrota de antemano. No como símbolo de conformismo. Al contrario, como un reto. “Tienen que salir con la mentalidad de que puedo perder o de no tengo nada que perder. Puedo perder el segundo o el tercer puesto para intentar ganar el primero. Para que luego me dé la opción de ganar a Pogacar”, argumenta Etxebarria.

El descontrol del pavé

Además de las alianzas, del todos contra Pogacar, o arriesgar más en el modo de correr, Pello Bilbao y David Etxebarria entienden que la etapa del pavé, tan peligrosa como indescifrable porque el factor suerte siempre está presente, es un punto que puede ser determinante para el porvenir del Tour. “La etapa del pavé puede ser decisiva porque es un escenario en el que hay muchas opciones de cometer errores. Y es difícil corregirlos. Es una jornada en la que se puede perder todo. Hay que tener suerte y ese es un factor que él ni nadie puede controlar. Simplemente por eso es peligrosa para él esa etapa”, desarrolla el gernikarra. “La etapa del adoquín marcará mucho. Puede pasar cualquier cosa. Puede ser beneficiosa o perjudicial para cualquiera. Además, el factor suerte cuenta bastante y eso no hay quién lo controle. Según cómo se dé esa etapa podremos ver unas tácticas u otras. Porque si es Pogacar el que sale perjudicado seguro que ataca. Esa es otra opción”, apunta Etxebarria.

¿Atacará para defenderse?

Sabiendo que es el hombre a batir, tal vez Pogacar decida atacar antes de esperar a ser víctima de la conjura del resto. La mejor defensa es un ataque. Es preferible ser verdugo. “Ya lo vimos el año pasado, cuando subía en plato mientras los otros iban con el pequeño. Eso lo dice todo. Hizo lo que quiso en el Tour”, ensalza Etxebarria. El esloveno se ha destacado compitiendo de ese modo, a lo grande. “Que no espere y sea él el primero en pasar a la acción es otra posibilidad que existe y que no hay que descartar. Ya sabemos cómo es. Será muy difícil desbancarle”, describe Etxebarria. En todo caso, parece que cualquier intento por arrancarle del trono de París pasa porque sus rivales se unan para poder con él. Todos contra Pogacar. – NTM