- Un golpe en los primeros compases del último partido de la liguilla de semifinales del Campeonato Individual de pala profesional encendió todas las alarmas de Pablo Fusto (Buenos Aires, 1980). El delantero, ya clasificado para la final por sus victorias ante Esteban Gaubeka e Ibai Pérez, sufrió un pinchazo en el pectoral izquierdo y tuvo que suspender ante Dan Necol al zanjar el primer joko. El miércoles se sometió a una ecografía y ayer mismo empezó a trabajar para recuperarse. El diagnóstico: una microrrotura. “Creo que voy a llegar a la final del Individual del 19 de marzo, pero justo”, relata el palista argentino, seis veces campeón de la especialidad y otras diez del Parejas.
“Se trata de un desgarro de grado 0-I; es decir, el mínimo, sin sangrado, sin que sea nada grave. El fisioterapeuta me ha sometido a tratamiento con unas máquinas específicas y, además, tengo una serie de ejercicios de gimnasio. Las sensaciones son buenas, aunque no he forzado. Espero estar bien para la final”, sostiene el pelotari de Innpala, quien reseña que “dentro de lo malo, es bueno. Voy a hacer todo lo que esté en mis manos para llegar bien”. Con todo, Fusto lleva unos días “complicados” en el plano emocional y psicológico. “Tenía los deberes hechos. Comenté con Jon Torre, mi botillero, que el partido contra Necol era simplemente un trámite, porque ya estaba en la final. Pero me fastidié en un pelotazo al principio, sin tensión. Estuve de bajón, porque parecía que se me iba a escapar la final. Ahora me siento mejor”, admite el argentino.
Así las cosas, según los plazos establecidos por una microrrotura, Pablo no tocará la pala durante “doce días”. Hasta el miércoles o el jueves de la próxima semana no se ejercitará. “Es lo que se baraja en una lesión como esta para poder ejercer la fuerza máxima de impacto. A mediados de la próxima semana haremos un entrenamiento para ver cómo me encuentro”, reflexiona Fusto, quien añade que “lo importante es recuperarme bien de la lesión. De todas maneras, no he parado. Al día siguiente de la lesión, volví a entrenar. Simplemente, he obviado esa pequeña parte del cuerpo para la preparación”.
Con seis cetros del Individual, a Fusto no le agobia alcanzar los siete títulos de Óscar Insausti. “No doy importancia a los números. He hecho mi carrera deportiva y estoy contento con ella. No va a cambiar nada. Desde luego, me gustaría ganar, porque soy competitivo siempre. Aunque, sinceramente, no pienso en el siete. Solo lo hago en ganar una txapela, en sentirme con confianza, en percibir que mi carrera no ha llegado a su fin. Me siento bien psicológicamente. Valoro haber peleado con gente joven, como Urrutia, Maldonado, Ibai o Necol, y sigo ahí”, confiesa Fusto.
Ese es el camino: contemplarse en el espejo. “Al final, tienes que fijar en cómo te sientes tú. Si te comparas con otro, te hundes. Siempre que me ha tocado ganar, he sido consciente de que iba a perder. Y al revés, igual. Esta final es un empujón anímico. Es un nuevo premio”, desbroza.
La primera txapela del Individual de Fusto fue en 2009. A partir de 2011 llegaron las otras cuatro de forma consecutiva. Ibai Pérez, Gaubeka e Ibargaray rompieron esa tendencia desde 2017. “Hay un abanico de pelotaris que puede ganar. Ya se ha visto estos últimos años. Es un torneo difícil. Es física y psicológicamente muy duro. Jugamos pocas veces al año”, finaliza Fusto.
Por otro lado, la otra plaza en la final del Campeonato Individual de pala profesional se decide hoy en el frontón Bizkaia de Bilbao, a partir de las 19.00 horas. Ibai Pérez, que acusa unas molestias en la espalda, se mide a Esteban Gaubeka en un enfrentamiento a cara o cruz. En una cita sin pronóstico claro, el estado físico del actual campeón puede ser clave para el desarrollo de la eliminatoria. Abre las hostilidades el enfrentamiento entre Ibarguren-Urrutia y Maldonado-Gordon.