stos dos, no tienen, ni balones ni botas de oro. Ni falta que les hace. Uno ha sido el mejor el último año, líder del ranking para mayores, y el otro lo fue el anterior, el año marcado por la pandemia, el covid y la madre que lo parió. “Pero tienes que poner, que quede claro”, me dicen en sintonía, “que tanto mérito como nosotros tienen nuestros compañeros”. José Luis Poza es la zurda de uno, y la del otro, Calixto. “Nos ha tocado a nosotros ser los números 1 de la clasificación, por las cosas del destino, pero el 50 por ciento del éxito, mínimo, es suyo”, reiteran.
Javi Aguado encabeza la lista de veteranos la última temporada y Manu Fuentes fue el líder en 2020. Uno recibirá lo que le toque y el otro se quedó sin celebrar nada porque le tocó el peor año de nuestras vidas; y que se quede todo ahí y en eso. Seguro que Aguado hubiera pedido para Fuentes lo que Messi demandó para Lewandowski en su ceremonia aurea.
Javi Aguado, vitoriano del 69, 52 años, juega tres veces por semana. Forma parte de un grupo amplio de jugadores, el de los cubos se llama -hasta arriba de botellines- donde pádel y cerveza forman el dúo perfecto. Comenzó a jugar a los 40, con una pala prestada propiedad de Iñaki García. Había practicado frontenis y squash, y probó con el tenis hasta que asumió que “para divertirme y hacer algo en este deporte tenía que mejorar mucho”. Luego se decantó por el pádel; “es más sencillo”. Jugó en categoría Open hasta que, a los 50, “me fijé en la otra liga”, la de más de 50.
Manu Fuentes, nacido en San Sebastián en 1958 -“soy veterano en todo”-, jugaba al tenis con gente más mayor hasta que “Mikel Okiñena me animó a apuntarme a un cursillo municipal de pádel”. Descubrió un deporte “muy agradecido donde, por lo general, se juega entre cuatro de nivel parecido”. Echó a andar en Jakintza, en el Estadio, con quien sacó licencia. El siguiente paso le llevó hasta Virtual. Llegó a jugar en primera categoría y “ganarle a Jordi Monreal”, aunque fuera por lesión; Carlos Capillas fue compañero por entonces.
Javi y Manu son derechas y conservadores que se lanzan elogios sin parar. “Manu es competitivo y comete muy pocos fallos. Tiene un golpe de tenis, de mucho efecto, que te complica la vida”, dice Javi de Manu. Este, le devuelve lo suyo: “Javi es sólido y domina el juego cruzado, te aprieta para echarte atrás para que luego remate el compañero”. “Somos los currelas de la pareja”, afirman.
Veteranos y rocosos, coinciden en los gustos. A Javi, autónomo y pescadero -así lo dice la RAE- con negocio propio, Pescadería Gorbea en el barrio de El Pilar, y Manu, jubilado de la Vital como Director de la red de Álava les va “el pádel de antes”, el de Bela, Paquito Navarro, “y de Juan Martín Díaz, no te olvides de éste” insiste Fuentes. Ninguno de los dos consume el pádel más actual, prefieren “el otro pádel”, el de antes, el de los artistas, cuando los deportistas no eran tan agresivos y “muy artistas”.
Del próximo, Javi Aguado apunta a los jóvenes, Nicolás Poza y Gaizka Otxoa, los hijos de sus amigos, “con quienes tanto hemos disfrutado sus padres y yo cuando todavía eran unos niños”. Fuentes se decanta por quienes han sido y “son referentes en Álava”,Jon García-Ariño y Jordi Monreal, sin olvidarse de un tercero, Iñaki Gómez de Segura, “otro derecha como nosotros, quizá el mejor”. Un segundo después de repasar la lista, Manu añade un nuevo nombre, el de Adriana Barrena, una campeona del mundo de casa.
La veteranía son dos grados, por los años cumplidos y los de experiencia y práctica. “Comenzamos”, dicen, “cuando el pádel era un deporte que se entendió como minoritario y de gente privilegiada. Ahora, sin embargo, quizá sea el deporte más popular en Álava. Lo jugamos todos y hasta en familia”. Palabra de Leo. Palabra de Robert.