Apagado el sol de Altea, el que dio luz y calor a la concentración del Euskaltel-Euskadi durante la pasada semana, Jorge Azanza mira al cielo con sus tejas grises y húmedas, el clásico recibimiento de Euskal Herria, con ese abrazo líquido y lluvioso del invierno que descarga con rabia cascadas de agua. “Hicimos bien en ir a Altea, porque ha sido llegar aquí y no parar de llover”, bromea Azanza, al que le reconforta la manta que trenza el cariño de la familia, que le abriga el regreso al hogar. A menos de dos de semanas del nacimiento de la campaña para el equipo vasco, el director navarro reflexiona sobre el tiempo de calidad compartido por la muchachada del Euskaltel-Euskadi en su puesta a punto. “El balance de la pretemporada es bueno. El equipo está bien. La actitud ha sido de 10. Hemos hecho un buen trabajo”, subraya Azanza, convencido, no obstante, de que el nivel de la formación naranja “debe subir un poquito” en la campaña entrante. La mejoría constante es el método para seguir creciendo.
La escuadra pretende repetir el viaje al centro de la Vuelta con el salvoconducto de una invitación, el Santo Grial por el que pujan la formación vasca, el Caja Rural, el Kern Pharma y el Burgos-BH. En principio, dos de esos equipos se quedarán fuera si el Alpecin y el Àrkea defienden su derecho de competir en la carrera española. “El año pasado demostramos que tenemos nivel para estar. Hicimos una gran carrera, pero eso no te asegura nada. Siempre está muy difícil entrar en la Vuelta. Eso sí, pelearemos a tope por volver, es nuestro gran objetivo. Esa ilusión no se puede perder y tenemos que poner todo de nuestra parte para poder estar. Sabemos que no es algo que esté en nuestras manos, porque nosotros no somos los que elegimos, pero tenemos que hacerlo lo mejor posible para que nos elijan. Al menos que no sea porque no lo hemos dado todo”, diserta Azanza sobre el mayor anhelo de la escuadra. Una arrancada contundente que disipe dudas respecto al potencial del equipo, se presupone clave en el reparto de las invitaciones, que aún tardarán en decidirse unas semanas. “Siempre es bueno empezar bien porque sirve como motivación y mentalización para el equipo. La base está hecha, ahora queda afinar la forma para comenzar la competición lo mejor posible”.
LA CIMA DE LA ITZULIA
El Euskaltel-Euskadi se activará en La Clàssica Comunitat Valenciana 1969, prevista para el 23 de enero. Será la toma de contacto con un calendario cargadísimo en el primer tramo de la campaña. El Euskaltel-Euskadi se tendrá que desdoblar en varios frentes. “La idea es alinear equipos compensados en todas las carreras para ser lo más competitivos posibles”, subraya Azanza. La Itzulia rematará el primer tramo de la temporada. La formación naranja alineará lo mejor de su joyero en la prueba vasca. “Para nosotros la Itzulia es la carrera más motivante del año porque es la prueba de casa. Es uno de los puntos álgidos, nuestro principal objetivo junto con la Vuelta. Iremos con el mejor equipo posible”, determina el técnico de Altsasu, convencido de que “hay que pelear y ser protagonistas en las carreras con opciones. Somos conscientes de que algunas pruebas son monopolio de los WorldTour, pero nosotros tenemos que encontrar nuestro espacio y estar dispuestos a dar la cara”.
Con ese propósito, Azanza espera el asentamiento de Gotzon Martin y Antonio Soto, “que han dado un gran nivel”, y que otros corredores como Azurmendi, Bou, Juaristi o Cuadrado den un paso adelante. “Creo que tienen nivel y pueden seguir creciendo”, estima el director del Euskaltel-Euskadi, que subraya el rendimiento de veteranos como Mikel Bizkarra o Mikel Iturria. Los novicios Iribar, Isasa y Etxeberria desprenden “ilusión y ganas de aprender”, pero también calidad, según su director. “Iribar llega muy bien. A Isasa le falta pulir un poco, pero tiene mucho motor y Etxeberria creo que se adaptará bien a la categoría”, remata Jorge Azanza, convencido de que el Euskaltel-Euskadi dará un salto de calidad y ambición.