o cantó Coz hace unas décadas. Las chicas tienen algo especial. ¿O no? No es que el mundo se ponga a girar en cuanto mueven la cadera, que suena arcaico, y es cierto, pero da igual quienes, que lleven o cómo sean... tienen un algo diferencial y te vuelven loco. A las pruebas me remito. Por propia experiencia. Todas consiguen lo que quieren. Con algunos tardan un poco más, pero terminamos claudicando. Todos.
Las del pádel no se quedan atrás. Y son muchas. Más cada día que pasa. El 30 % de quienes jugamos a este bendito deporte son mujeres, “y muchas de ellas sin ficha, practicantes por puro regocijo”, apunta Dina Abouzeid, seleccionadora femenina y deportista mayúscula; hace de todo, juega a todo, se atreve con todo. Puro optimismo. Atómica.
A diferencia de los hombres, que en cuanto tropiezan con el pádel empiezan a competir, ellas “prefieren echar mano de un monitor y aprender”. Dice Dina que el chico, que viene de practicar otros deportes, cree “no necesitar la ayuda de nadie para empezar”.Pues tiene razón, Dina digo, así somos. Lo bien que viene empezar por el principio y aprender bien “a lo que se juega”.
Entre todas las mujeres me sitúo, convocadas por su “capitana” frente al Palacio de la Diputación, en la Plaza de la Provincia, para charlar un rato y entrar directo y al toro. “Que dicen, que van diciendo por ahí que qué chollo con lo del torneíto”, les suelto. “Ya”, responde Natalia Berenguer, de Pádel Wake Up, un club de apasionadas sin sede propia, “ya sabemos qué se dice por ahí entre los tíos, que si un torneo femenino, con premios, fiesta... Creo que es una bonita iniciativa para el fomento del pádel practicado por mujeres, algo bueno para el pádel”.
El caso es que la Federación Alavesa de Pádel, de la mano de la Diputación Foral de Álava, ha abierto la puerta al I Trofeo Femenino DFA, exclusivo para mujeres, federadas y no federadas, donde el menú ofertado continúa fuera de las canchas. Además de los partidos, las menos duchas tendrán la oportunidad de participar en un clinic específico para ellas. Habrá un segundo en el que la instructora será una jugadora del circuito profesional, más avanzado. Las participantes aprenderán sobre nutrición, a evitar y prevenir lesiones, y culminarán la cita con un fin de fiesta musical y una cena por delante; “programón”, que diría Roberto Gómez.
En Pádel Ebro están encantadas. “Las chavalas empiezan antes y adquieren un nivel extra muy pronto. Tienen buen ejemplo en el que mirarse”, opina Leire Martínez de Iturrate, un huracán en la cancha. “Por lo general”, cuenta Arantza Preciado, del Bakh, “la mujer se prodiga más que el hombre en los cursos de iniciación, y llega más tarde al campo federado”. Ainhoa Altuna, del club Wake Up, coincide con la anterior, “el pádel te atrapa porque es un deporte sencillo y no hay que correr mucho”.
Antes, por lo general, la mujer solía llegar al deporte más tarde que el chico. “Hoy es diferente, de ahí que el nivel del pádel femenino haya subido tanto los últimos años. Además, cada vez somos más”, apunta Estíbaliz Villa desde MPC. Susana Pérez, de Pádel Norte, insiste en una idea que ya fue expresada unas semanas atrás: “el pádel es un deporte gestionado por mujeres”, insiste, que podría resultar pretencioso pero... ¿no están al pie del cañón de principio a fin, en lo social y en lo deportivo, en cuanto uno pisa cualquier instalación? Pues eso, que igual tienen razón y no está de más este acto privativo donde no podremos echar un mixto de ninguna manera.
Cerrarán la puerta a cal y canto para celebrar, del 26 al 28 de noviembre, el Primer Trofeo Femenino Diputación Foral de Álava, una fecha que, conociéndolas, sabiendo que lo pasarán muy bien, tratarán de que se repita muchos más años. Son guerreras. Y están imbatidas.