unque sigue plenamente vigente y es el cauce natural, hace tiempo que el ciclismo alteró el proceso evolutivo normativo y amplió las miras para nutrirse de ciclistas desde distintos ámbitos. El ciclo natural ha mutado con velocidad en los últimos cursos. El esquema es otro. No es imprescindible haberse criado en la carretera y haber masticado los preceptos ortodoxos: escuelas, cadetes, júnior y aficionados para adentrarse en el profesionalismo. Si bien prevalece ese camino, no es el único. Exponentes como Primoz Roglic, procedente de los saltos de esquí, Matthieu Van der Poel, ciclocrossista confeso al igual que Van Aert o Remco Evenepoel, futbolista en sus años formativos, capitán de Bélgica en la adolescencia, indican el trasvase y la transversalidad hacia una disciplina fácil a la que subirse. ¿Quién no sabe andar en bici? El ciclismo es técnicamente sencillo, sostienen los preparadores, y eso posibilita el éxito de adaptación. La puerta de entrada no genera una dificultad extra. A partir de ahí, cada ciclista evoluciona de un modo.
Derribado el mito de que solo uno puede convertirse en ciclista profesional después de haber completado el ciclo formativo establecido, los equipos escudriñan en otros escaparates deportivos sin rubor. Desde el Euskaltel-Euskadi también están dispuestos a elevar el periscopio para completar la plantilla de 2022. Existe un hueco. Una vez incorporados desde el Laboral Kutxa a Unai Iribar, Asier Etxeberria y Xabier Isasa, gestados en la cantera de la Fundación Euskadi, los rectores del equipo naranja miran fuera de la carretera. Los especialistas en ciclocross, mountain bike o gravel, una modalidad en auge que estimula el ciclismo todo terreno con bicicletas diseñadas para ese fin, son un objetivo. "No solo se puede mirar a los que compiten en carretera desde siempre. Tenemos que observar otras disciplinas de ciclismo y también a ciclistas que llegan de otros deportes. Esa vía hay que explorarla. Todos lo hacen", sostienen los rectores del equipo vasco. "El modelo clásico está exprimido. Eso no significa que no sea la vía normal y la predominante y lo seguirá siendo, pero existen otros vías que hay que valorar y que son igualmente válidas. Antes no se les prestaba atención, tal vez por cierto conservadurismo o miedo, pero ahora tenemos que estar atentos a todo", determinan las fuentes consultadas.
Los equipos, siempre a la búsqueda de una joya, no cejan en su empeño de aventurarse hacia terrenos que se alejan del arquetipo después de constatar que fuera del patrón establecido pueden brotar buenos ciclistas. Se ha ampliado el foco. Ciclismo en cinemascope. "La cuestión es encontrar ciclistas válidos y el modelo conocido, el de siempre, está explotadísimo porque en cuanto uno despunta, aunque sea un juvenil, los equipos lo fichan de inmediato. No se puede renunciar a buscar en otros nichos, más cuando se sabe que pueden funcionar", advierten desde el equipo naranja. Si bien los ejemplos de Roglic, Evenepoel, Van der Poel, Pidcock o Van Aert no son fácilmente reproducibles, casos como el de Ander Okamika, triatleta que debutó en el profesionalismo en 2021, conceden solidez al pensamiento que recorre el Euskaltel-Euskadi.
El ciclista de Lekeitio, consagrado al triatlón, se destapó como amateur para esquivar el apagón competitivo de su disciplina durante la pandemia. Sus actuaciones en competiciones que nunca habían estado en su radio de acción despertaron el interés de Rubén Pérez, que lo reclutó para el Burgos-BH. Okamika debutó con 27 años en el profesionalismo. Recién llegado, su campaña de estreno ha dibujado el perfil de un ciclista competitivo que ha ofrecido un gran rendimiento. "El de Okamika es el ejemplo perfecto. Es un chaval que venía de otra disciplina, con otra forma de entrenar, haciendo deportes distintos y se ha adaptado de maravilla, siendo superior a muchos corredores que han recorrido el camino normal toda su vida", exponen desde el Euskaltel-Euskadi.
Hasta ahora, el modo de proceder era contrastar a los ciclistas a través de las categorías inferiores, pero esa manera de pensar se ha revisado. Existía cierto recelo a la hora de sumar a ciclistas de otros orígenes que no fueran ese. "Siempre ha existido ese punto de cautela, un poco esa idea de no arriesgar, de no probar fuera de lo habitual. Pero se ha visto que hay que mirar más allá porque hay ciclistas interesantes", desgranan desde el Euskaltel-Euskadi. Si bien la cantera, que es la razón de ser de la formación vasca, marca el norte, -"porque no puede ser de otra manera", subrayan- ampliar el ámbito de actuación es necesario. No está de más abandonar la zona de confort y alejarse de los lugares comunes. "No se trata de fichar por fichar, de volverse locos, pero tampoco se puede negar la realidad de que hay posibilidades y opciones más que válidas fuera del circuito habitual. Hay que prestar atención a todo eso", constatan desde el Euskaltel-Euskadi, dispuestos a explorar fuera de la carretera.
El camino tradicional hacia el profesionalismo manda, pero los equipos son cada vez más flexibles para hallar ciclistas fuera de ese patrón