A José Ibarguren, Docky para el pelotón, le gusta el humor y la provocación. Pizpireto, ríe y bromea el médico eibarrés, instalado en la costa Mediterránea desde hace varios años. A Docky, que a todos conoce, le entusiasma enredar. Por eso, sentado sobre el asiento del copiloto, no es extraño que conecte la megafonía del coche y de sus entrañas suene a todo trapo el Y viva España de Manolo Escobar, lo mismo en una salida de la Itzulia en Gasteiz o como preámbulo del inicio de una etapa de la Vuelta en Bilbao. El estribillo, atronador, gira las miradas sobre Docky, y él, travieso, sonríe como un muchacho en el coche del Deceuninck, el equipo ganacarreras por antonomasia, en el que prestaba servicio desde 2012.

Ibarguren, médico investigado por su controvertido pasado, y su expansivo carácter encajarán en el Movistar, el equipo del sigilo, la tradición, el conservadurismo y el perfil sin estridencias. De la escuadra de Eusebio Unzué, en las Antípodas a la notoriedad de Ibarguren, sale José Luis Arrieta, una década como director, y aterriza Leonardo Piepoli, sancionado por dopaje, como entrenador. El italiano dio positivo por EPO CERA en el Tour de Francia de 2008. Piepoli venció en la cumbre de Hautacam el 14 de julio, Fiesta Nacional en Francia. Ibarguren era el galeno de aquel Saunier.

“Es tan obvio que estos corredores han actuado por su cuenta y que no tienen nada que ver con los médicos del equipo que no vale la pena ni comentarlo. Nosotros estamos sujetos a un protocolo estricto y de ahí no nos salimos”, dijo entonces al Sport el médico, que fue investigado por la Fiscalía de Mantua años atrás. Ibarguren, de amplia experiencia en el ciclismo, lamentó que “donde hay dinero hay riesgo de atracadores”. Ambos serán parte de la estructura que gobierna Unzué, según publicó El País. Al Movistar también se incorpora Iván Velasco, que en las últimas campañas ha sido el responsable de rendimiento del Astana y el técnico que supervisaba el trabajo en las cronos.

La salida de Arrieta, que mantuvo serías diferencias con Patxi Vila (responsable de rendimiento del equipo), rompe con el hilo conductor del Movistar y supone un terremoto en una formación que siempre ha abrazado la sutileza, refractario a los volantazos y a las disputas. El Movistar busca un cambio de tendencia, revertir la inercia que le estaba convirtiendo en un equipo con escasa huella en el WorldTour. Con la llama de Valverde apagándose, los dos últimos cursos de la escuadra enraizada en Nafarroa han reflejado una decadencia notable en cuanto a resultados. El desencuentro entre Acquadro, uno de los grandes agentes del ciclismo, y Unzué, a raíz del fichaje de Carapaz por el Ineos, debilitó al Movistar en ese tiempo. Las incorporaciones de Piepoli, Ibarguren y Velasco tratarán de elevar el nivel competitivo del equipo.

EL DÍA MENOS PENSADO

En una descarga eléctrica sin precedentes en el Movistar, tampoco conviene aislar el impacto de la marca en las procelosas aguas de internet y las redes sociales. La conmoción generada por El día menos pensado, el documental bendecido por el propio equipo y que se ve a través de Netflix, no debe erradicarse de los vientos de cambio que soplan en el Movistar. Las dos primeras temporadas provocaron asombro porque mostraban varias escenas que dañaban la imagen de la formación. El documental alumbró los errores del Movistar como si se tratase de una de esas biografías no autorizadas contra las que se querella el interpelado porque no le gustan que muestren su peor perfil. En el Movistar deben entender la comunicación de otro modo porque se descubren varios episodios que no fortalecen, precisamente, al equipo.

José Luis Arrieta, el principal director, salió tocado. En uno de los capítulos de la primera temporada, la narración del documental se detiene en la vigésima etapa del Tour con meta en Val Thorens, donde se evidencia la incomunicación de la formación y su errática táctica. Aquel día, Quintana y Landa se quitaron el pinganillo por el que recibían las órdenes del coche que conducía Arrieta. Landa pidió perdón por aquello. Con el de Murgia persiguiendo a Nibali, atacó Valverde en una ceremonia de la confusión. Movistar colocó a dos de sus hombres segundo y tercero mientras el italiano festejaba la victoria. Tal vez por mostrar capítulos crudos y descarnados para la formación, la docuserie logró éxito a través de la controversia.

La segunda temporada del serial también hirió a Arrieta. En la reunión del equipo en el autobús, en la salida de la Vuelta de 2020 en Irun, el director navarro dijo que “Roglic no está para ganar la Vuelta”. El esloveno venció la carrera. El remate ocurre en La Covatilla, donde frente al ataque de Carapaz, que había roto con el equipo un año antes y pretendía asaltar al esloveno, el Movistar tiró de Roglic, en apuros. Sobre esa escena Unzué apunta que perdieron la señal de televisión. Mas habla de sacar tiempo a Dan Martin para ser cuarto y Arrieta de preservar el top-ten de Valverde. Vila, al volante del otro coche, contrariado, se pregunta por qué tira Soler. Aún se espera cómo reflejará la tercera temporada el portazo de Miguel Ángel López al equipo en la Vuelta. La revolución del Movistar.