-En la clásica de las hojas muertas se subrayan los ciclistas vitalistas y pasionales. La primavera en el otoño. La emoción en el ocaso. En ese ecosistema sobresale la figura de Primoz Roglic, que aún conserva el deseo intacto como motor de su infinita ambición. “Ahora el objetivo principal es Il Lombardia. No soy el único favorito, pero daré todo lo que tengo”, establece el esloveno, que se exhibió en la Milán-Turín para abrazar la gloria en la Basílica de Superga el pasado miércoles. Antes, venció el Giro dell’Emilia. A Roglic le sienta de maravilla Italia. “Estoy disfrutando”, reconoce el esloveno, que suma 13 victorias en esta campaña. Sobresalen la conquista de la Vuelta por tercera vez consecutiva, el oro olímpico de crono y la Itzulia.
Alrededor de Roglic gravitan en la clásica italiana de hoy una estupenda nómina de favoritos. Pogacar, vencedor del Tour, Alaphilippe, campeón del Mundo, Adam Yates y el incombustible Valverde. En la nómina de opositores a la victoria no se puede descartar a Evenepoel, que se exhibió en la Copa Bernocchi, Almeida, el neerlandés Mollema, vencedor en 2019, o Woods. Mikel Landa, que cierra una temporada donde el mal fario le ha atado, liderará al Bahrain, donde también sobresale la figura de Mohoric.
Vive el otoño italiano el fin de curso del WorldTour, que festeja el final con Il Lombardia. El Monumento, que retorna a sus fechas originales después del corrimiento de tierras que provocó la pandemia del coronavirus en 2020, cambiará su fisionomía entre Como y Bérgamo respecto a anteriores ediciones. Regresará el remate en Bérgamo con la ascensión a la Città Alta a modo de aduana y peaje. En ese punto se concentrarán las aristas definitivas de un trazado de 239 kilómetros. Será el filtro que aclare una prueba en la que la mítica subida a Madonna del Ghisallo, patrona de los ciclistas, se realizará en el amanecer de la clásica por su vertiente más amable. En 1948 el papa Pío XII proclamó a Madonna del Ghisallo patrona universal de los ciclistas por la enorme afluencia de aficionados que subían a rezar a la virgen. Tras la icónica y celestial subida pespuntan otros siete ascensos. Se erizan Roncola (9,4 km al 6,6%) y Berbenno (7 km al 5%), en el meridiano, y en el tramo decisivo, Dossena (11 km al 6,2%) / Zambla Alta; el Passo di Ganda (9,2 km al 7,3%; cima a 32 kilómetros de meta); y el repecho final, coronado a solo 3 kilómetros del final en Bérgamo. Allí acabará Il Lombardia que clausura el WorldTour.