- Jon Rahm anunció que llegaba al Open de España con el objetivo de ganar el torneo y desde el primer día lo dejó claro en los 18 hoyos de la Casa de Campo. En un día propicio para hacer vueltas bajas, el barrikoztarra cerró con ocho golpes bajo par y mandó un mensaje al resto de competidores de que el número 1 del mundo no está en Madrid de turismo. El que quiera ganarle tendrá que jugar cuatro días a muy alto nivel y ayer hubo dos jugadores que, de forma sorprendente, respondieron al envite de Rahm.

El inglés Ross McGowan, ganador del torneo en 2009 en el otro campo de Madrid, el Centro Nacional, firmó 61 goles, diez bajo par, lo que supuso el nuevo récord en la Casa de Campo. Por su parte, el madrileño Sebastián García, jugando justo por detrás de Rahm del que es muy buen amigo, aprovechó esa ola para firmar nueve golpes bajo, una de las mejores vueltas de su carrera. El rocío matinal aún se dejaba sentir en el campo y eso era una bicoca para quienes salieron bien pronto. Rahm lo hizo a las 9.30 horas desde el tee del 10 y en los ocho primeros hoyos ya llevaba seis bajo par, cuatro birdies y un eagle, y compartía el liderato con un lanzado McGowan. "En esos ocho hoyos he jugado casi perfecto", admitió el golfista de Barrika, a quien en el hoyo 11 la suerte le sonrió ya que su putt para birdie se quedó colgado del agujero, pero antes de los preceptivos diez segundos para sumar otro golpe, la gravedad hizo su trabajo.

En el tramo central de su vuelta, su juego se desajustó, perdió calles y tuvo que "limitar daños" para no descolgarse de un líder que marcaba un ritmo altísimo, sin un solo bogey. Rahm perdió un golpe en el 18 porque no pudo recuperar desde el bunker, pero no tardó mucho en recuperar el pulso a la vuelta y sumó otros tres birdies en los seis últimos hoyos para igualar su mejor vuelta en el Club de Campo y en el Open de España en cualquiera de sus emplazamientos. Aunque se dejó alguna opción de birdie, "habría firmado este vuelta antes de empezar", aseguró Jon Rahm., que hoy jugará a partir de las 14.00 horas cuando el campo estará, en teoría, menos amable. "Si el campo se endurece el campo habrá que ser más certero. Es posible mejorar. Para hacer lo que ha hecho McGowan tienes que jugar impecable y meter los putts", sentenció.

Con Jon Rahm ya colocado en los puestos altos, la incógnita es saber si sus rivales aguantarán el ritmo de un torneo que apunta a ganarse con un registro por encima del 20 bajo par. En el Top 10 provisional, el jugador mejor clasificado en el ranking mundial, al margen del vizcaíno, es el inglés Jamie Donaldson, un ex jugador de Ryder Cup. Pero todos ellos buscan su plaza en el torneo que decidirá el Circuito Europeo y no querrán desaprovechar la oportunidad, si se presenta.

En esas circunstancias está Adrián Otaegui, que ocupa el puesto 57 y a la cita de Dubai solo acceden los cincuenta mejores. El donostiarra hizo tres bajo par y hoy saldrá pronto con la intención de al menos repetir esa vuelta para pasar el corte, que está de momento en dos bajo par. También tendrá que apretar el bilbaíno Samuel del Val, que cerró ayer al par y necesitará una gran vuelta. En cuatro bajo par concluyeron el canario Rafa Cabrera, el catalán Adri Arnaus y el extremeño Jorge Campillo, tres jugadores de los que también se espeta mucho en la Casa de Campo.

Primera jornada

Un acontecimiento. La presencia de Jon Rahm en el Open de España trasciende al recorrido del Club de Campo. La figura del golfista de Barrika es el gran reclamo del torneo y está por todas partes en la ciudad, en marquesinas y en carteles publicitarios, incluso alguno que ocupa todo un edificio. El vizcaíno explica que en el PGA Tour "los espectadores van a ver a todos los jugadores", pero es consciente de que él es el centro de atención esta semana, de que la mayoría del público que ayer acudió al campo de las afueras de Madrid fue para seguir su recorrido. "Si esto ha sido un jueves por la mañana, no sé lo que va a ser hoy a la tarde o en el fin de semana. Espero que tengan aforo suficiente para acoger a todos los que quieran venir", comentó Rahm, que estuvo un buen rato firmando autógrafos tras su vuelta y que aseguró que toda esta atención "no me pone más presión, sino que eleva mi motivación".