or fin hemos tenido un día tranquilo, al menos en cuanto a la velocidad a la que hemos rodado. Es cierto que el calor nos ha golpeado de nuevo, pero el pelotón ha optado por la calma en la etapa más larga de la Vuelta. Se ha hecho hasta un poco aburrida. Eso sí, se nota que la gente lleva acumulada mucha fatiga. Las etapas anteriores han hecho mella por la velocidad y por el calor. A pesar de rodar con relativa comodidad, lo cierto es que con el calor que ha hecho, estar casi cinco horas sobre la bicicleta se nota en el cuerpo. Al final es algo que desgasta. No hay más que ver cómo ha sido el esprint. El pelotón ha llegado roto, en pedazos. En ese esprint tan reducido se ha impuesto Sénéchal, algo inesperado. El francés ha sabido aprovechar su oportunidad. Respecto a nosotros, Luis Ángel Maté ha estado en la fuga del día, que ha aguantado hasta los últimos 30 kilómetros de la etapa en un jornada maratoniana. Una vez más, Antonio Soto ha demostrado que está muy atento y tiene buenas piernas. Se ha metido entro los diez primeros en la etapa. Ha sido octavo en meta, otro buen resultado para el equipo, que pelea sin descanso. Nos espera un fin de semana con la montaña como protagonista. Cambia el terreno y habrá que ver cómo lo enfocamos. Serán dos etapas muy duras. Esperemos que el calor apriete algo menos porque es un factor que está endureciendo muchísimo la carrera. Se espera que haya lucha entre los favoritos para la general. Nosotros trataremos de buscar una nueva oportunidad a través de las escapadas.