ESPAÑA (17+19) Pérez de Vargas (portero) (1), Solé (5), Maqueda (4), Miguel Sánchez (3), Gedeón Guardiola, Antonio García (2) y Sarmiento (3) -siete inicial-. Corrales (portero), Gurbindo (1), Raúl Entrerríos (1), Álex Dujshebaev (2), Aginagalde (4), Figueras (4) y Aleix Gómez (6, 4p).

ARGENTINA (12+15) Maciel (portero), Baronetto (3), Vainstein, Pedro Martínez (2), Bonanno, Pizarro (5, 1p) y Moscariello (3) -siete inicial-. Bar (portero), Fede Fernández (2), Sebastián Simonet (2, 1p), Pablo Simonet (4, 1p), Carou (1), Ramiro Martínez (2) y Mouriño (3).

Marcador cada cinco minutos 2-2, 6-4, 9-5, 12-5, 13-9 y 17-12 (descanso); 20-14, 23-17, 26-20, 29-21, 32-25 y 26-27 (final).

Árbitros Kurtagic y Wetterwink (Suecia). Excluyeron por dos minutos a Miguel Sánchez, Figueras y Entrerríos por España; y a Vainstein, Pizarro y Pablo Simonet por Argentina.

Pabellón Yoyogi. Sin espectadores.

- La selección española recuperó la sonrisa tras la derrota encajada ante Francia y se impuso ayer a Argentina por un claro 36-27. Los Gladiadores se despidieron así del torneo olímpico y los Hispanos se jugarán mañana, martes, el pase a semifinales ante Suecia (6.15 horas), que ayer ganó por 30-33 ante Dinamarca.

Los partidos ante Argentina nunca son fáciles. Un equipo que, pese a su gris paso por la capital japonesa, cuenta con un aguerrido grupo de jugadores con el gen competitivo que les ha insuflado Manolo Cadenas desde el banquillo.

El técnico leonés, consciente de las dificultades de España en el eje de la defensa por la ausencia del lesionado Viran Morros, no dudó en cargar su juego ofensivo por esa zona en los primeros minutos de la contienda, poniendo a prueba al recién llegado a Tokio Miguel Sánchez, encargado de sustituirle.

Sin embargo, le costó encontrar las grietas por las que perforar la zaga española y pasó de un esperanzador 3-3 en el arranque a un más que inquietante 12-5 en menos de diez minutos para la conclusión del primer período.

Las paradas de Juan Bar, el paso a un ataque con siete jugadores de campo y las exclusiones rivales permitieron a la selección albiazul reducir la ventaja (14-11), pero fue un mero espejismo. En un par de chispazos, los discípulos de Jordi Ribera ampliaron su ventaja en el marcador y llegaron con un tranquilizador 17-12 al descanso.

Los Hispanos no cejaron en su intención de cerrar esta fase preliminar con las mejores sensaciones tras el paso por vestuarios. Adrià Figueras -marcando desde su propio campo- se reivindicó como uno de los jugadores más en forma del equipo. En la portería, Pérez de Vargas aguaba las fiesta a los argentinos -memorables sus paradas desde los 7 metros- y contribuía a una despedida agridulce para una Argentina que ayer dijo adiós a dos de sus leyendas: su capitán, Gonzalo Carou-exjugador del Arrate entre 2001 y 2008-, y Sebastián Simonet, que ponen punto final a sus carreras.