ace tres semanas Mathieu Van der Poel lucía el maillot amarillo del Tour de Francia después de protagonizar una exhibición en el Mur de Bretagne. A principios de año, se proclamó campeón del mundo de ciclo-cross por delante de su íntimo enemigo, Wout Van Aert, que ayer logró la plata en la prueba de ruta de los Juegos de Tokio. El neerlandés sumó algunos triunfos en el MTB y luego se centró en preparar el Tour, donde también brilló. Pues bien, en esta lucha entre prodigios de la bicicleta en cualquiera de sus modalidades que se miran de reojo, el nieto de Raymond Poulidor tiene mañana a partir de las 8.00 horas el reto de lograr medalla en la carrera de bicicleta de montaña. Y nadie apostaría porque no lo va a conseguir.
Van der Poel abandonó pronto el Tour y eso le costó reproches, pero él tenía claro que su objetivo estaba en Tokio, en circuito de Izu donde puede seguir haciendo historia. Pese a ello, el ciclista neerlandés no llegó a Japón hasta apenas cuatro días antes. Las restricciones olímpicas no le invitaron a salir antes de su país ya que “no es para mí estar encerrado en un hotel sin poder hacer nada” y prefirió entrenarse “con tranquilidad”. Él cree que va a tener tiempo suficiente para reconocer un par de veces el estrecho y muy técnico circuito y estar listo para la carrera.
Uno de sus grandes rivales será Tom Pidcock, que con 21 años ya ha dejado también claro su virtuosismo con cualquier vehículo de dos ruedas que hay que mover a pedales. El británico ya ha ganado este año en ruta la Flecha Brabanzona, ha brillado también en el ciclo-cross y aparece como una de las futuras estrellas del ciclismo mundial, de hecho en París 2024 quiere hacer ruta, contrarreloj y MTB “si me dejan”. Su preparación ha sido más metódica que la de Van der Poel, simulando en su apartamento y sobre rodillo las condiciones de humedad de la isla de Izu, y la escasa hora y media que dura la prueba puede ayudarle después de que un atropello que sufrió en Andorra le privara de acumular kilómetros.
Y tras los artistas multidisciplinares están los puros especialistas de la bicicleta de montaña, que quieren imponer su dominio del medio y su rango como corredores. Nino Schurter es quizás el más reputado porque busca su segundo oro olímpico seguido, con lo que igualaría al galo Julien Absalom, y su cuarta medalla consecutiva, todo un hito en una modalidad que apareció en el programa olímpico en los Juegos de Atlanta de 1996.
El suizo es uno de los reyes del monte a través junto a su compatriota Mathias Flueckiger, primero en el ranking de la UCI y de la Copa del Mundo en 2021, y ambos asumen la responsabilidad y aseguran que no se conforman con llegar al podio. “Solo firmamos el oro”, aseguran. El checo Ondrej Cink, los franceses Jordan Sarrou y Victor Koretzky y el brasileño Henrique Avancini son otros favoritos en una carrera en la que todos estarán pendientes de la actitud de Mathieu Van der Poel, que puede desplegar toda su fortaleza a un circuito sin demasiadas cuestas.
Tom Pidcock ha ganado este año la Flecha Brabanzona, ha brillado en ciclo-cross y es una de las futuras estrellas del ciclismo