- Rafa Nadal ya está en los octavos de final de Roland Garros, frontera que ha alcanzado en 16 ocasiones en el territorio francés, y un total de 50 en el marco de Grand Slam. En la pista Suzanne Lenglen, caracterizada por un juego que se ralentiza, pero inmaculada para el manacorí, que sus dos únicas derrotas en esta competición las encajó en la Philippe Chatrier, Nadal obtuvo su triunfo 103 en Bois de Boulogne, por lo que ya es el máximo ganador de partidos en un mismo grande.

El tenista balear, un depredador en el país de la libertad, igualdad y fraternidad, donde el público corea su nombre como si fuera compatriota, firmó su 31 victoria consecutiva en el torneo galo, siendo su récord de 37, entre 2015 y 2018; su última derrota sucedió en la final de 2019, ante Dominic Thiem, quien este año fue sorprendentemente eliminado en la primera ronda.

Nadal se impuso al británico Cameron Norrie con un triple 6-3 en 2 horas y 6 minutos. Es decir, sigue sin ceder un set, lo que, admitió, no le obsesiona pero le viene genial, porque en esta carrera de fondo, a sus 35 años, el cuerpo no responde como antaño. Precisamente mañana se enfrentará a uno de esos jóvenes cargados de pilas y llamados a dominar, el italiano Jannik Sinner, número 19 del ranking mundial a sus tiernos 19 años, el talentoso chaval con el que se topó en la pasada edición en los cuartos de final. Sinner, por su parte, se deshizo del sueco Mikael Ymer (6-1, 7-5 y 6-3).

“He hecho cosas bien, pero hay cosas que puedo mejorar”, expresó Nadal, autoexigido hasta la eternidad. Frente a Norrie, 45 del ranking a sus 25 años, rompió el partido en el sexto juego, cuando logró su primer break. Si bien, en el segundo set el británico quebró el servicio del manacorí en dos ocasiones para instalar el 3-1 que no hizo titubear a Nadal. No obstante, en la línea de su discurso, para la segunda semana del torneo y en la búsqueda de su título catorce de Roland Garros -el Grand Slam número 21-, el de Manacor tiene deberes: sería interesante afinar la derecha, con la que ayer cometió 18 errores no forzados. Porque la evolución debe ser constante hasta alcanzar la jubilación, como admitió Novak Djokovic.

“No copio a nadie, pero me gusta imitar detalles de los mejores”, respondió el serbio al ser preguntado por si se fija en Nadal para tratar de progresar en la tierra batida. Djokovic, “un estudiante de la vida”, como se denominó, también estará en octavos de final. El número 1 consiguió su decimoquinta presencia consecutiva en esta ronda de Roland Garros, algo inédito. Ayer fue un día de récords.

Para avanzar, Djokovic liquidó al lituano Ricardas Berankis por 6-1, 6-4 y 6-1, en 1 hora y 32 minutos, siendo el duelo más breve del torneo. Ahora se enfrentará, curiosamente, a otro brillante joven italiano de 19 años, Lorenzo Musetti, 76 del mundo.

El murciano Carlos Alcaraz, a sus 18 años, se despidió en la tercera ronda después de caer frente al alemán Jan-Lennard Struff (6-4, 7-6 y 6-2). Mientras, el argentino Diego Schwartzman sigue adelante tras vencer al alemán Philipp Kohlschreiber (6-4, 6-2 y 6-1).

En el cuadro femenino, la polaca Iga Swiatek, vigente campeona, sufrió en el primer set ante la estonia Anett Kontaveit pero avanzó con el 7-6 (4) y 6-0. Además, la quinta favorita, la ucraniana Elina Svitolina, fue apeada por la checa Barbora Krejcikova, que ganó 6-3 y 6-2.