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"Estoy contento, pero cometí dos errores que me lastraron"

Aristi (Bergara, 1993) estrenó curso el pasado domingo con una segunda plaza en la Clàssica de la Comunitat Valenciana. Rozó el triunfo tras un apretadísimo sprint

"Estoy contento, pero cometí dos errores que me lastraron"

- La temporada arrancó para usted con una segunda plaza el domingo. ¿Contento?

-Sí. Se trata de una muy buena manera de empezar el año, sobre todo después de cómo se dio el 2020. Fue una temporada dura, y por eso me satisface ahora comenzar así. Aquí todos corremos para ganar, y en cierto modo resultó una pena quedarme tan cerca el domingo, pero me vi bien, en la disputa de la carrera. Y eso ya es mucho.

¿Le afectó el parón por la pandemia el curso pasado?

- Bueno, a ver. Es cierto que en enero sufrí una lesión de rodilla con la que se me empezaron a torcer las cosas. Y luego la pandemia nos dejó a todos sin muchas oportunidades para competir. Pero tengo que ser honesto y reconocer que en ningún momento conseguí ofrecer mi mejor nivel, ni ponerme en plena forma. No estuve mal. Pero las carreras han alcanzado un punto en el que, o estás muy muy bien, o quedas excluido de la pelea.

El nivel general está por las nubes. Coinciden en apuntarlo todos los integrantes del pelotón.

-El nivel es altísimo en todas las competiciones, en todas las fechas y en cualquier parte del mundo. Hace años, hubo ciclistas que empezaron a ofrecer rendimientos muy altos desde principios de temporada, para lograr esos resultados que igual no podían conseguir en verano. Digamos que aquello se ha venido generalizando. Y cada vez resulta más difícil destacar. Por eso, como te decía, aquí no es suficiente con ponerte mínimamente a punto. Para competir tienes que estar muy muy bien.

¿Cómo se dio el sprint en la primera prueba de la temporada? ¿Era usted el designado por el equipo para la llegada?

-El equipo decidió que esprintáramos tanto Juanjo Lobato como yo. A partir de ahí, ya sabes cómo son estas llegadas. No sé si tuve yo más suerte que él o que simplemente se me dio mejor. Al final me tocó a mí estar en la pelea por la victoria.

¿Cómo analiza esos metros finales del domingo?

-Creo que cometí dos errores. Primero, no cerré del todo el carril interior. Sin quererlo, dejé sitio entre la bicicleta y las vallas para que se colara por ahí otro corredor. Cuando, con el sprint ya lanzado, vi que Manzin (el ganador) lo aprovechaba, supe que ya solo quedaba apretar e intentar ganarle por fuerza. Pero antes tenía que haberle tapado ese hueco y obligarle a adelantarme por fuera, con una trazada más larga.

¿Cuál fue el segundo error?

-La meta estaba en terreno descendente y encima pegaba algo de aire favorable. Eché de menos llevar más desarrollo. Atrás lo tenía todo metido, el piñón de once dientes. Pero, vistas las circunstancias, podía haber movido un poco más de plato.

En plena catarata de aplazamientos y suspensiones, no tiene mucho sentido preguntarle por su calendario.

-Se están cancelando muchas carreras, incluida la Volta a la Comunitat Valenciana, en la que en un principio iba a estar. En esta situación que vivimos, no sirve de mucho hacer planes a medio o largo plazo.

Lo asume con resignación.

-Sí, porque, tal y como están las cosas, lo primero es lo primero. Egoístamente, claro que me gustaría disputar las carreras del calendario. Pienso, además, que ha quedado demostrado que es posible organizar pruebas dentro del actual contexto, siendo estrictos con las precauciones y con los protocolos. Pero soy comprensivo porque, pese a todo, pueden darse circunstancias peligrosas. Con los hospitales así de saturados por el coronavirus, imagínate que hay una montonera de 20 tíos y nos tienen que ingresar a diez, transportándonos además en ambulancias. Tampoco creo que sea muy oportuno esto, en plena pandemia.

¿Le puedo preguntar por la Itzulia?

-Claro. Se trata de la carrera que más ilusión me haría correr, porque es la de casa y porque no la disputé en mis dos años en el Murias.