Martín Fiz se despertó ayer con el buen sabor de boca de haberse convertido en el hombre más rápido de España en haber completado los 3.000 metros en pista cubierta con más de 55 años. De hecho, sus cuerpo evitó que se le olvidara la hazaña conseguida en domingo en el Velódromo de Anoeta, en San Sebastián. "Cuando terminé la carrera lo primero que pensé es que todavía podía bajar aún más el tiempo, porque soy muy optimista y las sensaciones no fueron las mejores. Luego te levantas al día siguiente y sientes un enorme dolor de piernas", comenta el alavés.

No es para menos, y es que completar 3.000 metros en un tiempo de 9:23.75 a los 57 años está al alcance de muy pocos. Menos aún en las condiciones en las que lo consiguió. "Llevaba 45 días entrenando en la pista de atletismo de Mendizorroza. Tenía previsto intentar el récord una semana más tarde, pero tuve que adelantarlo y eso me obligó a entrenar mucho más fuerte en la última semana. Por eso, tal vez llegué algo cansado". Además, las características de un velódromo y una pista de atletismo son muy diferentes, ya que, al ser el primero más corto y tener curvas más cerradas y peraltadas, castiga más al corredor. "Yo estoy acostumbrado a carreras largas, con un recorrido más suave. Aquí enseguida te llega el sabor a sangre a la boca", explica Fiz.

Debido a la situación de emergencia sanitaria, Fiz no había podido practicar en una pista de esas características y solo pudo conocerla un poco antes de la carrera, en la que corrió junto a 15 corredores de todas las edades y niveles: "Como con la pandemia no hay casi pruebas, cuando hay un evento de este tipo se apunta mucha gente. No es lo ideal para conseguir una marca porque a veces te chocas con el resto y es más difícil mantener el ritmo". De hecho, a Fiz le acompañó toda la prueba un corredor de 16 años que se llamaba como él, una anécdota que no olvidará. "Escuchaba gritos de ánimo a Martín. Me extrañó que me conociera tanta gente en Donostia", bromea.

Aunque sufrió en la parte final y tuvo que esprintar, Fiz logró su objetivo. "Viendo que no iba a haber muchas carreras de larga distancia, he preferido trabajar la velocidad esta temporada y no quemarme, quería disfrutar del reto", dice. Si el clima y las piernas lo permiten, intentará rebajar su marca en enero.