- “¡Histórico!, ¡increíble!” El Tour de Francia de 2021 comenzó recordando la Grande Boucle de la pandemia, que aún tienen el pulso alterado tras el asalto a los cielos de Tadej Pogacar, el chico maravilla, en la contrarreloj de La Planche des Belles Filles. El shock todavía perdura en el imaginario colectivo. La gesta única, sin parangón. Las imágenes de Pogacar derrotando en una actuación estratosférica a Primoz Roglic, sin aire, los brazos sin vida, sentado en el suelo, la mirada perdida, pensando en qué demonios había ocurrido, abrieron el discurso del Tour que viene cuando aún no se ha cerrado la competición. Pogacar descansa, pero Roglic pelea en la Vuelta. Entre tanto, el Tour de Francia se presentó coloreando de amarillo la cartografía del julio francés. El hexágono quiere recuperar sus fechas, volver a la normalidad. Es un deseo, más si cabe cuando Francia se cierra pronto por el toque de queda que ha provocado la segunda ola del coronavirus. Por eso, lo que se suponía una lujosa puesta en escena repleta de luminarias del ciclismo e ilustres invitados, se quedó en un plató de televisión con Christian Prudhomme, director de la carrera, explicando el Tour con el que sueña.
Simbólicamente, Prudhomme, que enfermó de coronavirus en la pasada edición de la carrera, se quitó la mascarilla. En ese gesto se intuía el anhelo de un futuro en el que el Tour y la humanidad no necesiten protegerse con una mascarilla, distancia social y gel hidroalcohólico de la pandemia. El Tour saldrá de Brest, en Bretaña (la Grand Départ de Copenhague queda para 2022), para totalizar 3.383 kilómetros hasta París. En ese tránsito, que arranca el 26 de junio y finalizará el 18 de julio en la avenida más famosa de ciclismo, la carrera se troceará en ocho etapas llanas, seis de montaña (con tres finales en alto), cinco de media montaña y dos contrarrelojes. Los Pirineos serán los jueces de la cita francesa con el permiso de la lucha individual contra el crono que recupera peso en el Tour después de que se vaciara de contenido en las últimas ediciones. La primera se disputará en la quinta etapa, de 27 kilómetros, en Laval; y la segunda, la que resuelva la carrera se celebrará en la penúltima jornada, con 31 kilómetros y llegada a Saint-Emilion. Totalizarán 58 kilómetros. No ocurría desde 2014.
El Tour saldrá disparado. Tras el confeti de la etapa inaugural, que siempre arrastra cierto deje de celebración, el Mûr-de-Bretagne pondrá a prueba a los aspirantes al trono de París. El coloso de la Provenza, el Mont Ventoux, obligará a un tremendo esfuerzo en la 11ª etapa. Se subirá en dos ocasiones por vertientes distintas antes del descenso a Malaucène. Entre medias, cuatro etapas por pasajes bretones y la presencia del macizo de Armórica. El Signal d’Uchon puede ser otro lugar en el que se observe el potencial de unos y de otros. Enclavada la primera crono individual en la quinta jornada, los escaladores deberán asomar en los Alpes, citados en Le Grand-Bornand y las aristas de Tignes, que desembocarán en la primera jornada de descanso. Como aperitivo al fin de semana alpino servirá la etapa más larga de las 20 últimas ediciones del Tour, 248 kilómetros.
En la tercera semana emergerán los Pirineos, que concentrarán el alma del Tour de 2021. El Col de Saint-Louis, camino de Quillan, en la 14ª etapa, brota como un punto en el que los escaladores apoyen la pértiga para tomar altura en la general. Ese mismo espíritu deberá imprimir el abordaje a Peyresourde-Val Louron-Azet, Col du Portet y Tourmalet-Luz Ardiden. Los Pirineos serán terreno para hacer acopio de provisiones ante el desafío de los 31 kilómetros de la crono Saint-Émilion, que certificará al vencedor del Tour de Francia. Y entonces, quién sabe, el Tour de 2021 finalice como el de la pasada edición. “¡Histórico!, ¡increíble!”.