VALENCIA BASKET Vives (3), Prepelic (10), Kalinic (14), Williams (-), Dubljevic (15) -cinco titular- San Emeterio (4), Labeyrie (3), Tobey (10) Van Rossom (2) y Hermannsson (5).

UNICAJA Alberto Díaz (9), Alonso (2), Bouteille (9), Thompson (4), Guerrero (1) -cinco inicial- Wackzynski (5), Suárez (-), Brizuela (16), Abromaitis (20), Sánchez (-) Gerun (3) y Nzosa (2).

Parciales 20-18; 13-10; 18-21; 15-20.

Árbitros González, Castillo y Perea.

Pabellón Fuente de San Luis.

- La presencia del larguísimo adolescente Yannick Nzosa, 16 años, bloqueó por completo el ataque del Valencia Basket, que no supo cómo sortear al pívot congoleño y acabó cayendo ante un Unicaja, al que alimentaron Tim Abromaitis y Darío Brizuela.

Salió el Valencia disparado impulsado por la confianza de su victoria en la Euroliga ante el Real Madrid. Tuvo que pararlo Luis Casimiro para que no se le fuera y lo logró.

Al equipo malagueño, empeñado en el triple pero con mala puntería, le costó ponerse por delante. Lo logró finalmente con las penetraciones de Darío Brizuela y cuando el largo y jovencísimo Nzosa obligó a cambiar casi cada tiro de los locales.

Pero la marcha del adolescente al banquillo permitió al Valencia volver a darle la vuelta al choque.

El paso por el vestuario cambió de nuevo el guion. Los visitantes recuperaron la agresividad y Abromaitis puso los puntos, pero esta vez el Valencia reaccionó antes e hizo girar su juego alrededor de Kalinic.

Como en la primera parte, la entrada de Nzosa se le atragantó al Valencia, que no supo cómo gestionar su presencia y se atascó dando motivos a Alberto Díaz o a Wackzynski para creer en el triunfo (59-63, m.33).

Salió Dubljevic al rescate del Valencia para forzar un final apretado, pero Casimiro se había guardado la carta de Brizuela, que recuperó la renta andaluza y aunque luego falló cuando pudo rematar, los locales le devolvieron los regalos y el triunfo fue finalmente para el necesitado equipo malagueño.