- El neerlandés Mathieu van der Poel ( Alpecin Fenix) se impuso ayer en la llegada a Loreto, donde acabó la séptima etapa de la Tirreno-Adriático, tras hacer una demostración de potencia en una ascensión en el último kilómetro que sorprendió al italiano Matteo Fabbro (BOH), que saboreó el triunfo hasta falta de doscientos metros, cuando le robaron la cartera. Mientras, el británico Simon Yates consigue mantenerse como líder de esta edición después de cruzar la meta de ayer en sexta posición.

Van der Poel, de 25 años, demostró ser un corredor polivalente, pues compite con éxito en ruta, montaña y ciclocross (campeón mundial 2020), lo que le convierte en una de las grandes promesas del actual pelotón. Y ayer obtuvo un justo premio en la penúltima etapa de esta edición de la Carrera de los Dos Mares, pues entró en la escapada de trece corredores, que estuvo al mando durante casi toda la fracción, que llegó a contar con unos tres minutos de ventaja sobre el pelotón del líder, y que luego se fraccionó según transcurrían los kilómetros.

Eso sí, su triunfo en la denominada etapa de los muros, resultó sorprendente ya que a unos setecientos metros todo hacía prever una victoria de Fabbro, que se fue de sus compañeros de fuga a una veintena de kilómetros de la llegada, llegó a contar con medio minuto de ventaja y se plantó en el último repecho hacía el santuario de Loreto con todo aparentemente a su favor. Sin embargo, el italiano no contaba con la potencia de Van der Poel, que hizo un último kilómetro pletórico, cazándole a doscientos metros de la meta, superándole y dejándole atrás. El neerlandés entraba ganador, con cuatro segundo de ventaja sobre el portugués Rubén Guerreiro (EF1), que alcanzó a un fundido Fabbro, que le acompañó en la llegada.

Hoy se correrá la octava, y última, etapa de la Tirreno-Adriático, con una contrarreloj individual, de 10,1 km, con salida y llegada en San Benedetto del Tronto, que debe decidir el ganador final de una prueba que de momento comanda Yates.