- Si hay un ciclista alavés de moda ahora mismo ese es Jokin Murguialday. El corredor de 20 años de Agurain cuajó hace una semana en Jaén un Campeonato de España de Ciclismo sub-23 que difícilmente podrá olvidar, en el que logró dos medallas de plata, una en la prueba de contrarreloj y otra en la carrera en ruta. Hijo del exciclista profesional alavés Javier Murguialday, ganador de una etapa en el Tour de Francia de 1992, Jokin ha mamado ciclismo desde pequeño y su duro trabajo y pasión por el deporte comienzan a dar sus frutos a los 20 años. Con apenas tiempo para poder digerir su éxito de la semana pasada, el joven ciclista atiende a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA antes de empezar su andadura en el Giro de Italia sub-23, que arranca mañana y se alargará hasta el próximo domingo 6 de septiembre.
¿Cómo ha vivido la doble medalla en el Campeonato de España?
-Con gran alegría, pero también han sido unos días un poco estresantes. No he podido descansar prácticamente, viajamos desde Jaén hasta Pamplona para entrenar allí unos días, ahora de nuevo viaje hasta Italia para correr el Giro sub-23... No he tenido tiempo para poder celebrarlo, en cuanto terminó empecé a pensar ya en el Giro.
Mensajes de felicitación le habrán llegado unos cuantos, ¿no?
-Sí, eso sí. He recibido un montón de felicitaciones de familiares y amigos. El día de la contrarreloj me escribieron, y luego con la plata en carretera ya me dieron la enhorabuena por partida doble.
¿Se esperaba regresar de Jaén con dos medallas?
-Yo me veía con fuerzas de estar arriba, pero no sabía hasta dónde podía llegar. Mis esperanzas estaban puestas en la contrarreloj más que en la carrera en ruta. Trabajo bastante esta modalidad, se me da bien y creo que los demás no lo sabían. La crono la gana el que llega con más fuerza y mejor técnica tiene a la hora de rodar en contrarreloj. En la carrera en ruta pueden intervenir muchos factores que no controla el ciclista: una caída, el apoyo del equipo, tener suerte a la hora de elegir la escapada... En la contrarreloj individual también hay factores externos, pero la responsabilidad recae en el corredor. Además era un recorrido duro, de los que a mí me gustan.
¿Cuál de las dos medallas le supo mejor?
-Yo creo que la de ruta por cómo se desarrolló la carrera. Al principio me caí de la bici y luego estuve 25 minutos rodando en solitario, con una herida en la zona de las costillas, hasta que conseguí alcanzar el pelotón. En cuanto llegué al pelotón, subió el ritmo y me tocó sufrir para poder mantenerme con ellos. Después, pararon la carrera porque se coló un autobús en el circuito y al parar me empezó a doler mucho la espalda y una costilla por el golpe, incluso me mareaba. Ahí dudé si seguir o no.
Pero luego consiguió rehacerse
-Cuando se reanudó la carrera salí con otra mentalidad, pensando más en poder terminar lo antes posible que en la victoria. Quería probarme a ver si con el paso de los kilómetros se iba pasando el dolor. Fui todo el recorrido sufriendo para estar arriba y en la última vuelta al circuito vi que todos los rivales iban también muy cansados. Yo iba mal desde el principio, pero en la parte final se igualaron las fuerzas.
¿Cómo se encuentra ahora?
-Estoy mejor. Todavía tengo algo de dolor en la zona, pero el rasponazo ya se ha sanado bien. Cuando más me dolió fue al terminar la carrera, me hacía mucho daño al agacharme y me mareaba, no sabía hasta qué punto podía ser grave. Encima estábamos lejos del hotel y me quedé con los compañeros a cenar, llegué hecho polvo.
¿Qué me dice de la contrarreloj? ¿Cómo la vivió desde dentro?
-Yo me veía bien y sabía que si lograba mantener un buen ritmo hasta el final podía estar entre los tres primeros. Dividimos el recorrido en tres tramos: una bajada rápida al principio, un terreno llano y un tramo final que picaba hacia arriba, especialmente los dos últimos kilómetros, que eran muy duros. Con el viento parecía que la bici no se movía por mucho que pedaleaba. Era importante reservar fuerzas en la bajada para llegar con energía al tramo final, que era donde se iba a decidir la contrarreloj. El seleccionador, Xabier San Sebastián, me fue dando indicaciones desde el coche y entre eso y los vatios que me marcaba el cuentakilómetros al cruzar la meta sabía que iba a ser difícil que los rivales superaran ese tiempo.
¿Se quedó con las ganas de haber conseguido el oro?
-Sí que hubo un momento en el que estaba primero y los corredores iban pasando y veía que lo podía lograr, pero luego llegó Raúl García y me metió medio minuto en meta, que es bastante. Tenía esperanzas pero no fue posible, terminé contento con la plata.
¿Se ve llegando a ciclista profesional, como su padre, en unos años?
-Sí, me veo con capacidad. Si sigo trabajando duro se irán viendo los resultados. Siempre hay que aspirar a ser mejor.
¿En qué profesional se fija más?
-Mi ciclista favorito es Chris Froome. Ahora mismo ya no es el mejor, pero lo ha sido. En cualquier caso, me gusta no por todo lo que ha ganado, sino por cómo ha sido capaz de hacer frente a las adversidades. Le pueden tirar veinte piedras que él se va a levantar. Después de la durísima caída que tuvo el año pasado, ser capaz de rehacerse y seguir queriendo ganar el Tour de Francia es digno de admiración. También es un ciclista capaz de sufrir cuando va junto a rivales que están mejor, no se viene abajo cuando le lanzan un ataque y no puede seguirlo.
¿Diría que se parece a él? Usted también es buen contrarrelojista y le gustan las carreras duras.
-La contrarreloj se me da bien pero no sé hasta qué punto. No he hecho nunca una contrarreloj fuera de España y ahí hay mucho nivel. Eso sí, a mí es la modalidad que más me gusta, necesita mucha preparación y cuidar todo detalle. Mentalmente también es exigente, hay que saber sufrir.
¿En qué aspecto cree que debe mejorar?
-Yo diría que en todos un poco. Lo que peor se me da es el esprint, pero hay ciclistas muy buenos que no saben esprintar, no le doy más importancia. No hay un aspecto concreto en el que me centre, tengo que mejorar en todo.
¿Cómo está siendo el ciclismo pospandemia?
-Bastante raro. Cuando estamos compitiendo tenemos que estar aislados de todos aquellos que no estén acreditados y hayan superado la prueba PCR. El equipo forma una especie de burbuja, no podemos relacionarnos ni con nuestros padres, se hace duro. Tampoco podemos movernos o, por ejemplo, ir a comprar cuando estamos concentrados o compitiendo, pero es lo que hay.
Ahora le toca competir en el Giro sub-23, ¿cómo lo afronta?
-Yo me veo bien, sobre todo tengo confianza en los últimos días. Las vueltas largas se me dan bien y yo suelo ir de menos a más. Los primeros días intentaré ahorrar energías, ver cómo va la carrera, para luego apretar en las últimas etapas. Viendo los resultados hasta el momento, yo creo que va a ir bien, espero no tener ningún percance.
¿Qué objetivo se marca usted?
-La idea es competir la general. Es una carrera larga y probablemente la más dura que he corrido nunca, con puertos más prolongados que los que hay en España, como el Mortirolo. Vamos con un equipo repleto de escaladores e intentaremos pelear por estar arriba. Veremos cómo llegamos al último día.
"Me supo mejor la medalla en la carrera en ruta por todo lo que sufrí, me caí al principio y luego estuve 25 minutos rodando en solitario"
"Mi modalidad favorita es la contrarreloj, la trabajo mucho y se me da bien, pero no sé hasta qué punto porque no he corrido fuera"
"El ciclismo pospandemia está siendo bastante raro, nos tenemos que aislar y casi no podemos relacionarnos con nuestra familia"