- “Lo teníamos todo previsto para viajar a Portugal el viernes por la mañana. Ya teníamos las maletas hechas. Íbamos a hacer las pruebas PCR a los corredores y el staff, pero la organización nos ha comunicado que el Trofeo Agostinho se aplazará después de que una de las personas de la organización haya dado positivo por coronavirus. Así que nos toca esperar”, resume con resignación Jorge Azanza, director del Euskaltel-Euskadi, ante el desvanecimiento de la cita lusa, rampa de lanzamiento de la escuadra naranja tras el confinamiento. La ilusión de volver a las carreras permanece intacta en el seno del equipo naranja, pero el retorno deberá esperar unos días. No será este fin de semana.
“Hay que adaptarse a la realidad, es lo que toca. Sabiendo cómo están las cosas, que hay rebrotes, nada es seguro”, sugiere el preparador navarro. De hecho, antes de que la cita portuguesa certificase su aplazamiento por un positivo en la organización, el Trofeo Agostinho había pasado de contar originariamente con cuatro etapas a resolverse en dos debido a la pandemia. “Después de que se cayera la Vuelta a Portugal y de ver que el Trofeo Agostinho ha reducido etapas era algo que se nos pasaba por la cabeza, pero tampoco lo esperábamos porque parecía todo controlado”, establece el preparador navarro. Ocurre que la realidad en la era del coronavirus es una hoja a merced de un huracán. Resulta imposible predecir su dirección, su fuerza y su capacidad destructora. Esa tempestad exige medirse a un desafío sin precedentes.
“La situación es la que es y correremos donde podamos, no queda otra”, subraya Azanza, que deberá alterar los planes del equipo una vez más. En la era del covid-19, gobierna la improvisación y la capacidad de adaptación. “Eran dos días de competición que venían muy bien para romper el hielo y saber cómo están los chavales en carrera. Los corredores están con muchas ganas de volver a correr y en ese sentido te da pena”, desgrana Azanza después de comprobar el estado óptimo del equipo durante los entrenamientos colectivos realizados durante las últimas semanas. “Los datos que están dando los chavales son muy buenos y las sensaciones que transmiten, también, pero es necesario competir”.
Arrancada del calendario la prueba lusa, el Euskaltel-Euskadi continuará con los imperdibles en el cajón de la mesilla de noche esperando un dorsal al que clavarse. La formación vasca, que aún no ha podido pasear el nombre de su principal patrocinador este curso, seguirá tamborileando los dedos para retomar la competición. En principio y si todo discurre sin sobresaltos ni contraindicaciones, el Euskaltel-Euskadi izará su estandarte en la Vuelta a Burgos, que se disputará entre el 28 de julio y el 1 de agosto. La escuadra naranja enlazará las piernas un día más tarde con el Circuito de Getxo. “La Vuelta a Burgos es uno de nuestros grandes objetivos, al igual que el Circuito de Getxo”, subraya el director de navarro, que tiene cuatro plazas a asignadas para la carrera burgalesa.
cada carrera, un tour “Mikel Bizkarra, Juanjo Lobato, Rubén Fernández y Mikel Aristi son fijos para Burgos. Los otros tres integrantes los tengo más o menos pensados. Quería verles competir en Portugal, pero no ha podido ser”. La selección definitiva saldrá por tanto de las dos sesiones preparatorias que Azanza tiene perfiladas para el equipo. Serán las sustitutas al Trofeo Agostinho. “Entonces tomaré la decisión definitiva”, avanza el técnico navarro, que refrescará la alineación del equipo para afrontar el Circuito de Getxo, el debut del Euskaltel-Euskadi ante la afición vasca. “Cambiaremos a algún corredor para tratar de dar competición a todos, pero siempre buscando ser competitivos”, certifica Azanza.
No obstante, frente a un calendario escueto, afeitado al extremo y sin certidumbres ante las caprichosas amputaciones derivadas del coronavirus, el director navarro, ambicioso, considera prioritario competir al máximo en cada aparición del Euskaltel-Euskadi en la carretera. “Tengo muy claro que para nosotros, tal y como están las cosas, cada carrera que corramos es un Tour”. De las palabras del técnico navarro se deduce que la escuadra naranja optará por un núcleo lo más fuerte posible en cada carrera que asome el Euskaltel-Euskadi. “Habrá corredores que compitan más que otros, pero la idea es contar con los que estén en mejor forma. Iremos con los mejores para dar el máximo nivel posible. Quiero un equipo potente”, enfatiza Jorge Azanza. Ese es el objetivo para cuando el Euskaltel-Euskadi abandone la sala de espera.