ada su condición de estrellas, los futbolistas han seguido manteniendo el protagonismo en estos días tan extraños. Al principio mostraban en las redes sociales su adaptación a las normas de confinamiento realizando diversos ejercicios físicos en el jardín de sus casoplones. Alguien, con buen criterio, les debió de decir que se cortaran un poco, que resultaba un tanto obsceno mostrar la voluptuosidad de sus hogares cuando había muchísima gente pasando la cuarentena en pisos de cincuenta metros cuadrados. La vida de los futbolistas paulatinamente fue adoptando un perfil bajo, aunque de vez en cuando surgían noticias sobre jugadores haciendo piras, como Jose Mourinho, a quien el otro día le pillaron entrenando en un parque del extrarradio londinense con tres chicos del Tottenham sin la distancia personal pertinente. Pecadillos veniales, sin embargo. Los casos que ahora se relatan son otra cosa. Son descerebrados en confinamiento.

Celta de Vigo

A la fuga ¡en coche! hasta Copenhague y Moscú

Pione Sisto nació en Kampala, Uganda, hace 25 años, pero se crió en Dinamarca, donde su familia pidió y consiguió carta de exiliado. Según sus compañeros del Celta, Pione es un gran tipo, pero muy singular. Hace un año, cuando su fútbol declinó en el equipo vigués, llamó poderosamente la atención por un vídeo en el que reconocía haber estado 21 días consecutivos alimentándose exclusivamente de fruta, lo cual está contraindicado en un futbolista de élite. “Llegué a perder el control y creí que iba a volverme loco”, contó entonces a través de Instagram. Felipe Miñambres, director deportivo del Celta, llevaba días llamándole a su casa, donde vivía con una hermana, y no había manera. El 28 de marzo transcendió que, ni corto ni perezoso, y dado que por avión no había manera, decidió tomar el coche y recorrer los 3.000 kilómetros entre Vigo y Copenhague para pasmo de los responsables del club gallego. El pasado 5 de abril, al delantero ruso Fedor Smolov también le asaltó una irrefrenable nostalgia. Contrató un avión privado hasta Francia y allá alquiló un coche para viajar hasta Moscú. Lógicamente, la directiva del Celta prepara una sustanciosa multa por saltarse al pairo las normas del club y del sentido común.

Real Madrid

De farra con la novia por todo Belgrado

El estado de alerta tampoco iba con Luca Jovic, delantero del Real Madrid, y más si en estos días de parón su novia cumplía años. El problema es que su novia estaba en Belgrado, y hasta allá fue el mozo. No es lo mismo llegar, pongamos, desde Estocolmo, donde apenas había rastro del coronavirus, que desde Madrid, donde ya se había montado la mundial. Jovic, aquí, tiene un papel discreto porque apenas ha jugado. Pero en Serbia es un referente. Y el referente se lo pasó grande “por todo Belgrado”, según recogieron el pasado 20 de marzo los diarios de esa capital, levantado la lógica indignación. “Es un mal ejemplo de una estrella de fútbol, que cobra millones e ignora el autoaislamiento al llegar a casa”, dijo Ana Brnabic, primera ministra de Serbia. La pifia de Jovic fue doble. Primero se saltó la prohibición de su club, el Real Madrid, porque no solo rompió el confinamiento, sino que encima viajó a su país, y después se pasó por el forro la cuarentena en Belgrado. Lógicamente, Jovic, a quien la policía serbia le ha metido un buen paquete, pidió perdón cien veces.

Al Ittihad

Otro de farra gorda por Belgrado y a la cárcel

Sin tanto nombre ni predicamento como Jovic, Prijovic también es internacional serbio y juega en el Al Ittihad de Arabia Saudí. Suspendida la liga, regresó a su país y también pensó que, dada su condición, tenía patente de corso. El pasado 29 de marzo se reunió con unas 20 personas en un hotel de Belgrado durante doce horas. Comida, copas, cena... Una farra en toda regla, saltándose todas las medidas preventivas del Gobierno. Detenido por la policía, Prijovic ha sido condenado a tres meses de arresto domiciliario. A eso se le llama cuarentena en toda regla.

Atlético de Madrid

Paseando el perro... a la carrera y por el bosque

En estos duros tiempos de confinamiento, un perro es una especie de salvoconducto. Le enganchas la correa y, hala, a la calle a tomar el aire. Eso mismo hizo Yannik Ferreira Carrasco el pasado 23 de marzo. Hombre de su tiempo, al delantero belga no se le ocurrió otra cosa que filmar con el vídeo sus carreras con el chucho mostrando de paso la frondosidad del paraje. Vamos, que no estaba en el jardín de su casa. Por si fuera poco, Yannik colgó en su cuenta de Instagram sus andanzas, admitiendo ante todo el mundo que el confinamiento no iba con él. No tardó mucho en retirar las imágenes. Alguien le debió avisar: ¡serás burro! Lo que son las cosas. Carrasco llegó el 31 de enero al Atlético de Madrid procedente de China, donde estaba jugando, en el Dalian Yifang, huyendo precisamente del coronavirus.

Bayern Múnich

Contra el guardarraíl viajando sin permiso

La multa que le ha cascado el Bayern al central internacional irá destinada a los hospitales de Múnich, anunció el club alemán. ¿Y que hizo Jerome Boateng para merecerla? Pues saltarse a la torera el confinamiento decretado por las autoridades del estado de Baviera. El caso es que el pasado 1 de abril abandonó su domicilio y se trasladó en coche hasta Leipzig, a 430 kilómetros de Munich, para visitar a su hijo, que vive con su madre. De vuelta, Boateng perdió el control del automóvil y se fue contra el guardarraíl de la autopista. El jugador, de 31 años y en 76 ocasiones internacional con Alemania, salió indemne, pero delatado y puesto en evidencia.

Schalke 04

Consejos vendo... pillado de fiestón en un bar

El centrocampista francés de origen marroquí participó en una campaña de sensibilización de su club, el Schalke 04, alentando a las personas a quedarse en casa, gesto muy sensato para evitar la propagación del coronavirus. Y, efectivamente, el pasado 21 de marzo la Policía alemana interrumpió un fiestón en el bar Shisha de Essen donde se encontraba Harit dándolo todo junto a varios amigos. La reprimenda pública del Schalke no fue para menos: hombre, ya que haces campaña aplícate el cuento, le dijo, más o menos, el director deportivo del club, Jochen Schneider,

Tottenham

De la burla al chino del covid-19 a otra de cóctel

Lo de este hombre, internacional inglés, merece un capítulo aparte. En febrero, cuando la amenaza del coronavirus en Europa aún parecía un cuento chino, a Dele Alli no se le ocurrió otra cosa mejor que compartir un vídeo en las redes sociales burlándose del covid-19 con un hombre asiático de fondo en la imagen. El jugador fue acusado por este gesto de racismo y tuvo que disculparse. El descerebramiento vino después, cuando su club, el Tottenham, pidió a todos sus futbolistas que se quedaran en casa, pese a que en Londres, sobre esas fechas (mediados de marzo), las medidas no eran aún demasiado restrictivas. Dele Alli fue pillado en dos ocasiones burlando el protocolo. Primero con su novia de fiesta por varios pubs y después tomando “cócteles y tragos”, detalla el tabloide The Sun, en la zona vip de un famoso local londinense con varios amigos. Entre los que se encontraba el también internacional inglés del Manchester City Kyle Walker, sin duda la estrella que más ha brillado en este microcosmos tan particular de descerebrados en confinamiento.

Leicester

De copas con los colegas del Manchester City

Parece claro que el diario sensacionalista The Sun ha estado muy pendiente de las andanzas de los futbolistas de la Premier League, confinados en sus domicilios, aunque no demasiado. Los jugadores del Leicester City James Maddison y Ben Chilwell, así como el ex de los foxes y ahora compañero de Walker en el Manchester City Riyad Mahrez, también han roto la cuarentena, y no precisamente para ir a comprar el pan. Es el precio de la fama: que son reconocidos allá por donde van. “Es una locura que lo primero que hayan hecho los jugadores ahora que se ha suspendido el fútbol sea irse de bares”, dijo un testigo a The Sun.

Manchester City

Orgía con una prostituta y su demoledora crítica

Kyle Walker está en casi todos los fregados, con el agravante de la hipocresía. El lateral derecho del Manchester City acudió a las redes para pedir todo lo contrario de lo que él estaba dispuesto a hacer. “Por favor, quedaos todos en casa, ayudaos los unos a los otros en estos momentos difíciles...”. Y, efectivamente, Walker buscó ayuda.

Junto a un amigo, contrató a un par de prostitutas. La que eligió el futbolista británico sin duda que supo ver la oportunidad de promocionarse. Y corrió a contárselo a The Sun. “Trabajo para una agencia de Manchester y recibí una llamada de mi jefe diciéndome que un conocido suyo buscaba a alguien elegante. Fui en taxi con otra chica. El amigo salió. Él (Kyle Walker) se presentó como Kai, pero su amigo me dijo que era futbolista. Entonces lo supe”.

Louise McNamara, de 21 años, publicó en Instagram fotos de la fiesta en el apartamento “de lujo” de Kyle. Louis ofreció detalles: la orgía duró tres horas y le pagaron por sus servicios 2.500 euros, pero sobre todo la muchacha dejó un epitafio demoledor: “Kyle debería saber mejor lo que hace. Invita a extraños a su casa contratando mis servicios y al día siguiente da un discurso a todos sobre la necesidad de mantener el confinamiento. Es un hipócrita y pone a las personas en riesgo”.

Aston Villa

Un fin de semana ‘desaparecido’

Tratándose del capitán del equipo, en el club de los villanos desde los seis años y en la agenda, se dice, del Manchester United, Chelsea y Liverpool, Grealish desapareció durante un fin de semana junto a un amigo, saltándose las órdenes de la directiva y las autoridades de Birmingham. Castigado con una fuerte multa, el jugador admitió en las redes que se sentía “profundamente avergonzado”.