El baloncesto llora por la desaparición de uno de sus máximos referentes en las dos últimas décadas. Kobe Bryant, uno de los mejores deportistas que haya dado el deporte de la canasta, falleció el pasado domingo junto a su hija Gianna, de 13 años, y otras siete personas más en un accidente de helicóptero. La vida se deshace en un momento. Se diluye entre los dedos sin saberlo, en este caso para contribuir al nacimiento de una leyenda. Hijo de Joe Bryant, un ala-pívot de 2,06 que jugó siete temporadas en Italia, donde destacó por su tiro de tres puntos (su media superaba el 40%), retirado en 1991, y de la modelo Pamela Cox, su nombre se debió a la pasión de sus padres por la comida japonesa. Un día quedaron tan impresionados con la deliciosa carne de ternera de la ciudad nipona de Kobe que decidieron llamar así a su hijo. Nacido en Philadelphia en 1978, sin embargo dio sus primeros pasos en el baloncesto en el país transalpino, siguiendo a su progenitor. Dicen que, con ocho años de edad, desafió a un concurso de triples en el descanso de un partido de las estrellas de la Lega al que fuera jugador del CAI y posteriormente del Baskonia J.J. Anderson. Se acostumbró a que el público vitoreara sus canastas cuando saltaba al parqué de niño. Debutó en la NBA con 18 años y ganó el concurso de mates con la misma edad, siendo el más tierno en hacerlo. Con 19 ya era All Star y lo fue hasta en 18 ocasiones.

El cuarto máximo anotador de la NBA -recientemente desbancado de la tercera plaza por LeBron James-, se despidió del baloncesto en activo en 2016 anotando 60 puntos frente a los Jazz. El que le dio buena parte de los pases en ese partido y el resto de la temporada fue Marcelinho Huertas. A lo largo de su carrera logró la misma anotación o más en otras cinco ocasiones. El 26 de enero de 2006 llegó a firmar una tarjeta de 81 puntos -55 tras el descanso, en el que su equipo perdía por 49 a 63- de los 122 que sumaron finalmente los Lakers frente a los Raptors (104) de José Manuel Calderón, la mejor marca de la era moderna y la segunda en la historia de la NBA, por detrás solamente de los míticos 100 de Chamberlain en 1962. Michael Jordan nunca pasó de 69.

A la postre, 33.643 puntos anotados en 48.637 minutos, 7.047 rebotes y 6.306 asistencias en 20 temporadas de carrera siempre como angelino, en las que sumó cinco títulos de la mejor liga del mundo. "Mi favorito fue el último que logré frente a los Celtics por lo que supusieron esos duelos en la historia del baloncesto cuando era niño". A todo ello hay que sumar dos oros Olímpicos con Estados Unidos para un jugador que hablaba el español como los ángeles -nunca mejor dicho- fruto de la relación con su mujer Vanessa, de origen mexicano. "Aprendí a hacerlo mirando telenovelas como La Madrastra, junto a mi esposa y mi suegra, y viendo el programa de televisión Sábado Gigante", el espacio chileno de variedades más longevo de la televisión mundial con 53 años de emisión ininterrumpida.

Era un hombre especial. Lo decían sus ojos, su porte elegante y su sonrisa. Un elegido. El documental Kobe Bryant's Muse/La musa de Kobe Bryant, estrenado en 2015, cuenta su vida aunque no el final que le tenía reservado. La industria del cine también le premió con un Oscar al mejor corto de animación en 2018 -Dear basketball/Querido baloncesto- basado en la carta que escribió el ahora fallecido jugador de los Lakers al retirarse de la actividad. "Como jugadores de baloncesto, se supone que solo tenemos que lanzar y driblar. Pero me alegro de que hagamos un poco más que eso", dijo al recibir la estatuilla.

En la ACB hicieron nuestras delicias de niños y adolescentes pívots como Mike Phillips -pívot puro, blanco y de riguroso bigote con 23 puntos de media en sus ochos años en el baloncesto español- o el gran Greg Stewart -una leyenda en Gran Canaria-. Para el recuerdo queda el que dejó el alero Mike Schlegel -hasta en cuatro franquicias de la ACB- o el de los filatélicos Quino Salvo o Lalo García, por distintas circunstancias. Más recientes son las ausencias de los ex de Unicaja Adam Wojcik y Robert Archibald o del estudiantil Glen Whisby.

Jugadores del Baskonia como Juanma Conde, Abdul Jeelani -el hombre que anotó la primera canasta de los Mavs-, Sherron Mills, debido al ELA, o el gran Carlos Salinas, también se fueron a destiempo. Las gracias a Solobasket por tener a gran parte de ellos en su recuerdo y permitirnos tenerles en el nuestro.