Melbourne - El Open de Australia vivirá mañana en la primera semifinal masculina otro cara a cara entre Roger Federer y Novak Djokovic. Un duelo al que ambos tenistas llegan con sensaciones muy diferentes. El suizo, un viejo roquero que sigue destapando el tarro de las esencias, salió victorioso ayer de un duelo de infarto tras salvar siete puntos de partido para vencer al estadounidense Tennys Sandgren, número 100 del ránking mundial, por un ajustado 6-3, 2-6, 2-6, 7-6(8) y 6-3.
La relativa facilidad con la que el de Basilea ganó el primer set y, sobre todo, las dificultades del estadounidense para hacer valer su principal arma, el servicio, hicieron atisbar un partido sencillo para Federer. Sin embargo, Sandgren cambió todas las previsiones tras apuntarse los dos siguientes asaltos por un doble 6-2 que dejó al veterano jugador suizo contra las cuerdas. Ambos jugadores, conscientes de la delicadeza del momento, se centraron en conservar su servicio y mandar la resolución del partido al desempate, después de que Federer salvara tres pelotas de partido con el último juego al saque del estadounidense. Cuatro oportunidades más desperdició el número cien de la clasificación ATP para que el campeón de veinte grandes se adjudicara el parcial en su segunda oportunidad por 7-6(8). Está por ver cómo llega Federer a la semifinal, ya que acabó con problemas físicos.
velocidad de crucero Ni un inspirado Milos Raonic, que llegó a los cuartos de final tras eliminar a Stefanos Tsitsipas y a Marin Cilic, fue capaz de intimidar a un Novak Djokovic que volvió a estar supremo con sus servicio, con el que solo concedió dos ocasiones de rotura, que salvó sin problemas. El serbio venció al canadiense por 6-4, 6-3 y 7-6 (1).
El de Belgrado cuenta con un balance favorable de 26-23 sobre Federer, aunque el último choque se saldó con una victoria a favor del suizo en las recientes Finales ATP de Londres (6-4 y 6-3). - Efe