estocolmo-oslo - En vísperas de recibir a la selección española en un partido clave de la clasificación para la Eurocopa 2020 Suecia se ha encontrado con una engorrosa controversia desencadenada nada menos que por su gran leyenda futbolista, Zlatan Ibrahimovic, que ha acusado de racista al seleccionador sueco, Jan Andersson.
Aprovechando la visita a su Malmoe natal para inaugurar una estatua, regalo de la Federación Sueca al considerado mejor jugador de su historia, Ibra, de ascendencia bosniocroata, atacó a Andersson por no convocar desde hace tres años a ningún jugador de origen inmigrante.
El exgoleador del acusó a Andersson de destruir lo que él había construido “en veinte años”, aludiendo a que la selección reflejaba la multiculturalidad de Suecia, con una población de origen extranjero del 20 por cien; a la vez que le reprochó que diese más oportunidades a veteranos como Granqvist y Berg, hablando incluso de una “secta”.
“Me puso muy triste y me decepcionó mucho que un antiguo jugador de la selección dijese eso. Me dolió”, admitió Andersson en la rueda de prensa previa al partido contra Malta. El técnico aseguró que las acusaciones no tienen ningún fundamento, que él no se fija en el origen de los jugadores al convocarlos y que hace tres años y medio que no habla con Ibra, a la vez que ha agradecido el “enorme” apoyo recibido.
“No hay ninguna sustancia en esas afirmaciones, apoyamos a Janne al cien por cien. Lo conozco muy bien, yo mismo lo contraté y sé cuáles son sus valores”, dijo por su parte el secretario general de la Federación Sueca, Håkan Sjöstrand.
Varios jugadores han salido a apoyar al seleccionador de las acusaciones del ahora delantero del LA Galaxy, aunque todos se han cuidado de no provocar una confrontación con el temperamental delantero, máximo goleador de la historia de la selección sueca.
“Tenemos a jugadores de origen inmigrante. No creo que Janne sea racista y, como no lo creo, no me influye. Tengo raíces extranjeras y estoy aquí...”, dijo el delantero Robin Quaison, de madre ghanesa.
El veterano Sebastian Larsson aseguró que reciben a todos los jugadores “con los brazos abiertos” y que no le interesa el apellido de nadie, además de recordar que el equipo arropó a Jimmy Durmaz cuando el pasado Mundial fue objeto de insultos en redes sociales por la falta que permitió a Alemania derrotar a Suecia.
El centrocampista de origen palestino Abbe Khalili, que jugaba en el equipo sueco que ganó la Eurocopa sub’ 21 en 2015 pero nunca ha sido convocado por Andersson, ha levantado en cambio las dudas sobre el apoyo unánime al seleccionador.
“He hablado con muchos de los jugadores de la selección y todos compartimos la misma opinión: Zlatan tiene razón a grandes rasgos”, dijo ayer al diario Expressen el centrocampista del Kasimpasa turco.
Mientras tanto, la selección española comenzó a preparar ayer con un entrenamiento en el Bislett Stadion de Oslo, el encuentro en el que puede sellar su clasificación a la Eurocopa 2020, el del martes ante Suecia, para el que es baja por sanción Sergio Ramos, que viajará con el grupo y no regresará a España.
Iñigo Martínez por Ramos Los internacionales españoles pusieron su mente ya en Suecia, en una sesión en la que el seleccionador Robert Moreno separó a los titulares de suplentes. Jugadores como Santi Cazorla, Rodri e Iñigo Martínez, que entraron en la segunda parte del encuentro en Oslo, trabajaron al mismo ritmo que el resto de suplentes. Uno de los centrales, todo apunta al del Athletic, será novedad en defensa por la sanción de Sergio Ramos, mientras que los cambios que introducirá Robert Moreno para certificar el pase a la Eurocopa pueden afectar a todas las líneas del campo. - DNA/Efe