Barcelona - El gran dominador de LaLiga en lo que va de siglo y vigente campeón, el Barcelona, arrancó ayer en San Mamés el curso 2019-20 con la obsesión de ampliar su trono doméstico a dominios continentales, pero sin olvidar las traumáticas consecuencias que la carrera por la Liga de Campeones ha dejado los dos últimos cursos.

El final de la pasada campaña estuvo marcado por la humillación en las semifinales de Champions ante el Liverpool. Ese 4-0 encajado por los hombres de Ernesto Valverde en Anfield, unido a la derrota en la final de la Copa del Rey, estuvo a punto de costarle el puesto al extremeño.

Sin embargo, Valverde nunca entró en la zanja en la que todo el mundo le daba por enterrado, porque su gran valedor, el presidente azulgrana Josep Maria Bartomeu, le apoyó en público y en privado para que liderara el nuevo proyecto. Ese nuevo panorama, del que ya no forman parte en los despachos ni el exvicepresidente deportivo Jordi Cardoner ni el exmánager de fútbol Pep Segura, estará liderado en el campo por los pesos pesados del vestuario catalán y por varias caras nuevas.

A la espera de cómo se resuelve finalmente el futuro de Neymar da Silva y su posible regreso al Camp Nou, el Barça se ha reforzado con un jugador por línea. Neto Murara ha llegado del Valencia para cubrir el puesto de Jasper Cillessen como portero suplente y el exbético Junior Firpo para poner a prueba el reinado de Jordi Alba en el lateral izquierdo.

Pero las incorporaciones estrella han llegado del centro del campo hacia adelante. El holandés Frenkie de Jong, tras brillar en el Ajax, encarna la ilusión azulgrana por recuperar el fútbol de posición y de posesión desde la medular. Su visión de juego y calidad en el pase, confirmado durante los amistosos de pretemporada, recuerdan al fútbol que más grande hizo al Barcelona.

Al mismo tiempo, el francés Antoine Griezmann ha dejado el Atlético de Madrid, previo pago de los 120 millones de su cláusula de rescisión, para recalar en el Camp Nou y convertir sus aspiraciones en títulos de la mano del club azulgrana. De su capacidad de asociación con Leo Messi y Luis Suárez dependen gran parte de los éxitos culés.

La guinda del pastel hubiese sido la contratación de Matthijs De Ligt, pero este finalmente decidió aceptar la oferta del Juventus, y Jean-Clair Todibo, que debía irse cedido, ocupará el puesto de cuarto central.

En el capítulo de bajas, Jeison Murillo y Kevin-Prince Boateng se marcharon tras su frustrada etapa como cedidos al conjunto azulgrana, Thomas Vermaelen finalizó contrato, Marc Cucurella fue traspasado al Getafe, André Gomes, al Everton, Denis Suárez, al Celta, Jasper Cillessen intercambiado con el Valencia por Neto Murara y Malcom Felipe de Oliveira vendido al Zenit.

Philippe Coutinho y Rafinha Alcántara, a quienes el club hace semanas que les busca un destino, e incluso Ivan Rakitic, podrían salir antes del cierre del mercado estival.

En cualquier caso, Valverde cuenta para aspirar de nuevo a todos los títulos con una plantilla de calidad contrastada, con todos las posiciones dobladas -quizá lo único que le falta es un perfil de 9 que pueda competir con Suárez- y cierta superpoblación en el centro del campo que aún debe solucionar.

El reto es mantener su hegemonía en el fútbol español pero volviendo a levantar de nuevo la Champions. Messi insistió en su mensaje en la presentación del equipo, convencido de que aspiran de nuevo a todo en el curso que empieza. Y si él cree, el Barça tiene mucho ganado.