Vitoria - Salma Solaun y Teresa Gorospe trabajan junto a su entrenadora Marga Armas cuatro horas al día durante seis días a la semana. “Casi pasan más tiempo conmigo que con sus padres”, bromea la técnica. Quizá haya sido este el secreto de su exitosa participación en el Campeonato del Mundo Junior de Gimnasia Rítmica en Moscú, al que viajaron las tres juntas. “Tantas horas compartidas hacen que nos conozcamos perfectamente las unas a las otras. Sé cuándo están pasando por un mal momento y cuál es la manera de sacar lo mejor de cada una. También ellas se dan cuenta rápido de cuándo no tengo un buen día”, comenta la entrenadora.
Tener a dos gimnastas de tan alto nivel en un mismo club puede resultar delicado debido a la feroz competencia, pero en el caso de Solaun y Gorospe ha resultado ser una bendición. “Ellas dos suelen estar siempre entre las mejores clasificadas de los campeonatos en los que participan, por lo que la victoria de una significa en muchas ocasiones la derrota de la otra. Obviamente ambas entrenan siempre para ganar, pero son muy buenas amigas y siempre se alegran cuando su compañera lo hace bien”, asegura Marga Armas.
En este caso, la meritoria novena posición de Gorospe, que se quedó a un paso de lograr el pase para la final en el ejercicio de pelota y que fue muy celebrada en la jornada del sábado, quedó eclipsada por el bronce de Solaun el domingo, la primera medalla del conjunto español en un Mundial en los últimos 23 años. “Yo me alegré mucho por Salma, lo mejor fue poder vivir esa experiencia juntas y me gustaría seguir entrenando con ella muchos años”, asegura Gorospe.
Los estilos de hacer gimnasia de cada una, según explica su mentora, son muy distintos el uno del otro: “Salma es muy plástica y talentosa, más física, mientras que Teresa es todo aparato y trabajo duro”. Para ella, la gimnasta perfecta sería una “fusión” de sus dos pupilas. “Ellas siempre se ayudan la una a la otra con los aspectos que se les dan peor. Se complementan muy bien y creo que esto también les ha ayudado a crecer y alcanzar el nive que tienen ahora”. Está claro que contar con una compañera de la misma calidad en un club con tantas gimnastas es un elemento muy positivo a la hora de trabajar y de preparar entrenamientos en común.
El objetivo ahora es que este trío pueda mantenerse unido durante mucho tiempo, algo que requerirá una pequeña ayuda del Ayuntamiento para que el Beti Aurrera pueda competir con las prestaciones que ofrecen los centros de alto rendimiento. Mientras tanto, no les vendrá mal pasar un tiempo de vacaciones por su cuenta para volver al trabajo con más fuerza el próximo 26 de agosto. - Asier Pérez