Duración: 44:45 minutos de juego.

Saques: Ninguno.

Faltas de saque: Ninguna.

Pelotazos: 399 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 3 de Bengoetxea VI, 6 de Ezkurdia y 5 de Zabaleta.

Errores: 5 de Bengoetxea VI, 6 de Imaz, 3 de Ezkurdia y 2 de Zabaleta.

Marcador: 1-0, 1-1, 1-5, 2-5, 2-14, 6-14, 6-20, 7-20, 7-21 y 8-22.

Apuestas: Se cantaron posturas de salida de 100 a 40 a favor de Ezkurdia-Zabaleta.

Incidencias: Final de la feria de San Fermín de la LEP.M disputada en el frontón Labrit de Iruñea. Lleno. En el primer partido, Elezkano II-Bikuña ganaron a Laso-Ibai Zabala (22-15). En el tercero, Arretxe II-Iturriaga vencieron a Mendizabal III-Jaunarena (18-15).

pamplona - ¡Bum! Una explosión. Y José Javier Zabaleta obró su particular Big Bang para que el Labrit de Iruñea se enamorara de su pelotazo inteligente y elegante en tres actuaciones para enmarcar. El tríptico se cerró ayer con un capítulo final que tuvo un protagonismo absoluto de la combinación de Aspe, dominadora absoluta sobre Oinatz Bengoetxea y Ander Imaz, sometidos, arrasados por la corriente del espectacular momento del guardaespaldas de Etxarren. Únicamente existió un color en La Bombonera, el azul, el del incendio. Y un nombre: Zabaleta, el pirotécnico, el exterminador. Fue el dominador absoluto del partido, el rey en la fogata iruindarra: alabarda, ariete y cañón. A base de dentelladas de gloria, José Javier masticó el triunfo sanferminero, eclipsando a un sacrificado Joseba Ezkurdia, que jugó de cara por la bestial y exagerada prestación de Zabaleta, cuyos pelotazos a medio frontis fueron puñaladas al plexo solar de sus adversarios, de menos caballaje pero con el trabajo tatuado en el entrecejo.

Pero no hubo final, ni historia, ni emoción, ni pimienta, ni, casi, ruido de cuchillos en los cuadros alegres. No fue posible. La culpa fue del pegador. Su músculo y sus derechazos deshilacharon una final que murió virgen de pasión. La distancia marcada por Zabaleta secuestró el paladar de Bengoetxea VI e Imaz, al que amargó la tarde. Siempre peleando a la contra, los colorados se vieron desdibujados, atenazados, achicharrados. No tuvieron oportunidades. Las únicas, de hecho, o llegaron por los pocos errores azules o por la creación del leitzarra, que tuvo que tirar de entretelas porque el trasiego fue una auténtica tortura debatida en menos de tres cuartos de hora y 400 pelotazos. Zabaleta en llamas dinamitó la final de San Fermín y guió a Joseba Ezkurdia a su tercer trono consecutivo en la primera feria del verano manista y, posiblemente, la de mayor brillo.

¡Bum! Y la explosión comenzó después de un gancho de Oinatz Bengoetxea, que inició la cita sacando del txoko para buscar las cosquillas a sus poderosos rivales. Imaz naufragó en mares salvajes. Bailar con la más fea. Zabaleta talló el abismo, la cordillera del Himalaya, el Valhalla, con sus propias manos. El de Oiartzun, siempre dispuesto a la refriega, se asomó a la laguna Estigia. La cita se desnortó. No hubo necesidad de negociar en los cuadros alegres. 1-5 y 2-14. Dos tirones con tintes dramáticos. Dos zarpazos de elegante brutalidad. Reventó San Fermín al no poder soportar la fuerza del de Etxarren como si fuera una tubería de papel de seda.

Atado al potro de lidiar a contrapelo, ni la magia de Oinatz ni el oficio de Imaz sirvieron para nada. No hubo más opción que aguantar el chaparrón. Ezkurdia apuntaló en defensa en los cuadros alegres y disfrutó del paisaje desolador de la fuerza de la naturaleza del de Etxarren, que ganó su primer título de San Fermín y se llevó con todo merecimiento el trofeo a mejor pelotari del torneo.

Regreso de Elezkano II Por otro lado, Danel Elezkano regresó ayer a la actividad con triunfo después de tres semanas fuera de combate por una pubalgia. El delantero de Zaratamo formó una buena combinación con Iñigo Bikuña, que cuenta sus tres partidos en profesionales por victoria. Los de Aspe superaron a Unai Laso e Ibai Zabala por 22-15. “He pasado tres semanas duras. Hay que estar parado y sin hacer mucho ejercicio y se me hicieron largas. Espero de aquí en adelante no volver a tener dolor”, dijo Elezkano II, quien fue al Labrit con cierto “miedo”, pero acabó contento con el devenir del envite, que se alargó hasta los 661 pelotazos. Mañana está programado en Amorebieta.