bilbao - Jon Rahm está construyendo su carrera profesional en el PGA Tour, donde compiten cada semana muchos de los mejores del mundo y donde están los premios más jugosos. Sin embargo, su rendimiento cada vez que ha dado el salto a Europa ha sido extraordinario. Su triunfo en el Irish Open es el cuarto que consigue en un torneo regular del Circuito Europeo, aunque uno de ellos se jugó en Dubai. Además, suma ya tres triunfos en las Rolex Series, la serie de citas con mayor premio que se puso en marcha en 2017. Nadie tiene más. Sin contar los majors y los campeonatos del mundo, ha jugado once torneos puntuables y solo en Valderrama hace dos años se quedó fuera del corte. En otro, el Open de Italia de 2017, acabó el decimoquinto y en todos los demás logró entrar en el Top 10.
Resulta curioso este palmarés porque dicen que el estilo de juego del golfista de Barrika no debería brillar en los campos europeos, sobre en los links que se juegan en las islas británicas, esos campos pegados a la costa y quebrados en los que el viento suele ser un enemigo para la pegada de Rahm. Pero a finales del pasado año ya dijo durante su periodo de descanso en Bizkaia que uno de los retos era mejorar en los golpes con los hierros a 100-150 metros de la bandera y a fe que lo está consiguiendo. En este sentido, su última vuelta en Lahinch fue modélica y diez hoyos los terminó en tres golpes. Con esa mejoría en el juego corto, si el putt acompaña Rahm siempre es candidato a los triunfos, como demuestra que lleva ya este año once torneos acabados entre los diez primeros y una victoria en cada circuito.
El vizcaíno ha regresado al Top 10 del ranking mundial tres meses después. Será la 97ª semana de Jon Rahm en esos puestos privilegiados que abren las puertas de la Ryder Cup. Ahora mismo es el cuarto europeo en esa clasificación por detrás de Rory McIlroy, Justin Rose y Francesco Molinari. Esta semana el de Barrika descansará y la próxima afrontará su siguiente reto frente a todos los mejores del mundo, para el que ya se ha convertido en uno de los favoritos. No en vano, el British Open se juega en el Royal Portrush, un campo similar a Lahinch, aunque algo más largo. Además, Rahm quiere “hacerlo bien” en el único major en el que hasta ahora no ha tenido un resultado destacado. “Voy al Open con mucha confianza. Es especial. Voy a tener muchos buenos recuerdos del Irish Open en Portrush porque nos quedamos en Portrush cuando gané en Portstewart hace dos años. Sí, me da buen rollo y espero que el público irlandés sea tan bueno conmigo como lo ha sido en los últimos años”, comentó tras su victoria del domingo. Jugar en Irlanda le ha servido de mucho “sabiendo que el Open este año es en Irlanda del Norte y hay que coger el toque con los hierros cortos, con el putt”. “Creo que estoy mentalmente preparado para el Open”, aseguró.