Vitoria - En pocos hogares se respira tanto triatlón como en el de Eneko Llanos y Ruth Brito. Ambos se han convertido en referencias del deporte tanto a nivel nacional como internacional y son grandes culpables de que la popularidad de la prueba de resistencia en Álava haya crecido exponencialmente durante los últimos años. Llanos lleva varias temporadas apoyando a Brito en el TriVitoria desde detrás de las vallas, pero la llegada de Ironman a la capital alavesa ha hecho que ambos vayan a volver a coincidir en el circuito gasteiztarra, como ya lo hicieran en el Campeonato del Mundo de larga distancia de 2012. En aquella ocasión, Brito logró el oro en su franja de edad y el alavés se proclamó subcampeón del mundo.
La entrada de Vitoria-Gasteiz en el calendario del Ironman lo cambia todo. “Es como pasar de Segunda División a Primera”, asegura Brito. Y no le falta razón. La prueba otorgará ahora cuarenta plazas clasificatorias para el Campeonato del Mundo de Hawaii, por lo que ha ganado mucho atractivo para los competidores de máxima categoría como Llanos. El gasteiztarra ya logró un hueco para Kona al ganar el Ironman de Arizona el pasado noviembre, lo cual no significa que el de Vitoria vaya a ser un pasatiempo para él: “Lo estoy preparando lo mejor posible, quiero estar en la lucha”. Volver a competir delante de su afición es una motivación más que suficiente para ir en busca de la victoria.
Ruth Brito, por su parte, tendrá una bonita oportunidad para clasificarse por primera vez en su carrera para el Mundial de Hawaii, aunque lo ve como un imposible. “Este año va a haber muchísimo más nivel que en ediciones anteriores, con mucha participación extranjera. Mi intención es salir ahí y disfrutar de la carrera. Será bonito poder probarme contra triatletas de tanta categoría”, comenta. El año pasado terminó en tercera posición en el triatlón de larga distancia, pero los escalones del podio se venderán muy caros en esta ocasión. Eso sí, contará con el empuje de la afición local, que ya la ha adoptado como una gasteiztarra más.
Entrenar y entrenar Finalizar una prueba de tales características (3,8 kilómetros a nado, 180 de bicicleta y 42,2 de carrera a pie), requiere una gran preparación física, y en casa de Brito y Llanos tienen doble ración. “Por un lado es positivo vivir con otro triatleta porque nos entendemos a la perfección, sabemos el esfuerzo que requiere la larga distancia y también podemos entrenar juntos. Por otro lado es difícil porque tenemos que organizarnos muy bien y dividir las tareas para cuidar de nuestro hijo”, asegura la canaria. Además, Brito trabaja por las tardes dando clases a niños en El Estadio, mientras que Llanos también suele tener tareas que hacer en el ordenador: “Al final llevamos una vida similar a la de un corredor aficionado, tenemos que coordinar los entrenamientos con nuestros quehaceres del día a día”.
En estos momentos solo piensan en rendir al máximo nivel en la prueba de Vitoria-Gasteiz, para lo que invierten entre 20 y 25 horas de entrenamiento a la semana. “Hacemos dos o tres sesiones de entrenamiento al día. Lo que esperas de un deportista profesional es que su rutina se base en entrenar, comer y descansar, pero en nuestro caso tenemos que estar pendientes de más elementos”, comenta Llanos.
Su hijo de cinco años es quien vive más de cerca esta realidad. “Yo creo que va a ser lo contrario a nosotros. ¡Va a acabar cansado de tanto triatlón!”, bromea Brito. El gasteiztarra, por su parte, no congenia con aquellos deportistas que ponen a entrenar duro a sus hijos: “Hará lo que más le guste”. En cualquier caso, ambos están de acuerdo en que Jon todavía es joven y no es plenamente consciente de todo lo que le rodea: “Ahora lo único que le preocupa es jugar y pasarlo bien”.
Vitoria, carrera predilecta Ruth Brito y Eneko Llanos esperan con impaciencia el Ironman de Vitoria-Gasteiz, marcado en rojo en los calendarios de ambos. “Eneko tiene en octubre el Mundial de Hawaii, pero para mí la de Vitoria es la prueba más importante del año”, afirma Brito. Para Llanos es una prueba muy atractiva sobre todo por la implicación de los aficionados y de los voluntarios: “El triatleta agradece mucho el apoyo del público y la colaboración de los organizadores. En esos aspectos Vitoria saca pecho y es algo que va a hacer que muchos se decidan por esta prueba. El boca a boca ayudará a que más deportistas se animen en las siguientes ediciones”. En estos momentos hay 2.100 triatletas inscritos en representación de 53 países diferentes.
Otro de los aspectos diferenciadores de la carrera alavesa es su recorrido a pie por el corazón de la capital: “Las cinco vueltas que damos por Vitoria son preciosas, además es muy fácil para los aficionados moverse de una parte a otra del recorrido, vamos siempre muy arropados”. Brito recuerda en concreto cómo el público se volcó con Llanos cuando disputó el Mundial en casa: “Cuando los espectadores empezaban a rugir sabíamos que era porque llegaba Eneko”. Aunque ella es originaria de Lanzarote, no cambiaría el Ironman que allí se celebra por el gasteiztarra. “Me gusta ir allí por mi familia y por el clima, pero me quedo sin duda con la prueba de aquí. Nunca olvidaré esa sensación de llegar a la Plaza Nueva y ver a la multitud asomándose por los Arquillos para recibirnos. Además, el tramo en bicicleta de Lanzarote suele ser incómodo por el viento, se hace muy duro”, admite.
Aunque el tramo final sea el más espectacular, el resto tampoco se queda atrás. Según Llanos, “el recorrido en bicicleta es muy vistoso y rápido, lo que ayuda también a conseguir buenas marcas”, mientras que “el de natación atrae a muchos espectadores, la salida en el pantano de Ullíbarri-Gamboa es espectacular”. Todo esto ha ayudado sin duda a que la compañía Ironman se decidiera a incluir Vitoria en su calendario.
Una vida ligada al triatlón Si hay algo que une a Eneko Llanos y Ruth Brito eso es su pasión por el deporte que practican desde los 16 años. Si se les pregunta cuál de las tres disciplinas (bici, carrera a pie o natación) es su favorita la respuesta es contundente y unísona: El triatlón. “Un día no te apetece nada tirarte al agua y al siguiente te mueres de ganas por el calor. Depende el día se te hace más duro un deporte u otro, pero con lo que realmente disfrutamos es con los tres en su conjunto, con el triatlón”, asegura Llanos.
Según Brito, ambos comparten inquietudes por el deporte en general, pero no tienen tiempo para practicar todas las disciplinas. A ambos les gustan las carreras de montaña y Llanos se declara también fan de la mountain bike. Puede que en el futuro tengan la oportunidad de disfrutar de estas opciones, ya que no piensan dejar de practicar deporte.
Otra cosa es que con más de 60 años puedan seguir compitiendo en triatlones de larga distancia como lo hace el también gasteiztarra Pedro Oviedo. “Es muy difícil que lo podamos lograr, él empezó a competir con 40 años y nosotros tenemos ya muchos triatlones sobre nuestras espaldas”, admite Llanos. Brito, por su parte, toma a Oviedo como un referente, “no solo por lo que ha logrado, sino también por su mentalidad y calidad personal”. Ella no tuvo una figura a seguir en la disciplina durante su juventud, aunque sí se crió en un entorno muy ligado tradicionalmente al triatlón como es Lanzarote. Llanos, sin embargo, tuvo de referente a su hermano mayor Hektor, que comenzó a practicar la disciplina antes que él.
En cualquier caso, no es momento para pensar en el futuro ni en el pasado. Lo que en estos momentos realmente preocupa a Eneko Llanos y Ruth Brito son los 3,8 kilómetros a nado, 180 en bici y 42 de carrera a pie que deberán recorrer en el mínimo tiempo posible el próximo 14 de julio. Se dice pronto.