Vitoria - Cualquiera diría estando al lado de Nefer León que apenas le contemplan 19 primaveras. Con una cabeza bien amueblada y la determinación propia de alguien que quiere labrarse un buen porvenir en la vida, esta base vitoriana optó el pasado verano por vivir su particular sueño americano. Ante la dificultad que implica triunfar en casa, cada vez son más las jugadoras españolas que deciden bien temprano cruzar el charco para compatibilizar los estudios y el fervor por el baloncesto. De ahí que no dudase en iniciar esta experiencia fascinante que acaba de cumplir su primer año en los Spartans de San José (California) y tendrá continuidad a partir de la próxima temporada en Oklahoma en la Southern Nazarene University.
Para hacer realidad este objetivo, Nefer necesitaba poner de su parte todo el sacrificio del mundo para abandonar el calor de sus padres residentes en Argómaniz y, por descontado, una beca que sufragase los costosos gastos derivados de su estancia en tierras estadounidenses. Ambas premisas se cumplieron y la base por entonces del Araski -simultaneaba su presencia en el equipo junior con el de Primera Nacional y el senior de la LF- no titubeó a la hora de coger ese avión que le trasladara hacia el gran sueño de su vida.
“Desde pequeña he estado viendo mucho baloncesto, la Liga Femenina y la WNBA. En las películas ha surgido la típica chica que entra en la universidad y juega en la NCAA. Siempre he tenido ese objetivo y ha sido una ilusión. No tuve ni que pensármelo dos veces”, explica Nefer, cuyos escasos 1,65 metros tampoco han representado un impedimento para codearse con las mejores en la segunda competición más potente del mundo. La oportunidad le llegó tras un Campeonato de Euskadi en Llodio cuando recibió un mensaje de una agencia encargada de tramitar la solicitud de una beca para jugar a baloncesto en Estados Unidos.
Desde entonces, el proceso para poner rumbo a lo desconocido resultó meteórico. “Se lo comenté a mis padres y ellos me dijeron que sería algo bueno para mí. Hicieron unos highligths míos y los colgaron en una página privada de youtube en la que todo entrenador americano puede acceder. Varias universidades se pusieron en contacto conmigo y luego fue ir hablando con cada una de ella y la que mejor se acoplara a mis estudios”, recuerda esta vitoriana, que tenía una buena base de inglés adquirida en el colegio Olabide para, al menos, no sufrir en los primeros meses de su andadura yankee.
mejoría física Antes de emigrar a Estados Unidos, Nefer León había dispuesto de la pintipirada oportunidad de debutar en la Liga Femenina con el Araski, donde pasó tres temporadas (2015-18) procedente de San Viator. En 2016 recibió la alternativa por parte de Madelén Urieta en un partido que las vitorianas disputaron en el polideportivo Maloste de Gernika. Por entonces tenía 16 años y tuvo el descaro de lanzar tres triples. Aquello fue una especie de premonición que denotaba su ambición a raudales. Pese a ser una niña que competía en inferioridad de condiciones, esta pujante alavesa deseaba rebelarse y comerse el mundo en una especialidad como el baloncesto femenino convertida en el patito feo y donde contadísimas jugadoras consiguen hacerse de oro.
En California no ha vivido un año fácil a nivel deportivo, si bien Nefer aclara que “he notado un cambio increíble” en todos los sentidos. No en vano, tras sus madrugones a las seis de la mañana ha invertido muchas horas en el gimnasio para ganar masa muscular y responder a la exigencia física de una competición como la NCAA. “Estando allí he visto vídeos míos de mis años junior y la verdad es que el cambio ha sido abismal. He progresado en la técnica individual y he ganado músculo. Mi potencia física ha mejorado muchísima. Ahora tengo un tren superior más desarrollado, al igual que los brazos. También he pulido el tiro y conseguido asentarme como base, no incurrir en errores y aprovechar el tiempo que me dan en la cancha. Luego, destaco los avances en mi capacidad mental para ver las cosas y dar los pases correctos”, desvela Nefer, cuya vida se ha concentrado en el campus de la universidad.
Tan solo ha habido un aspecto negativo hasta la fecha de esta experiencia. Al ser freshman (novata), la pasada temporada únicamente participó en 18 partidos con los Spartans de Jamie Craighead. La jerarquía de las jugadoras sophomore, junior y senior en los equipos de la NCAA ha dejado en un segundo plano a Nefer, que ha promediado apenas 5 minutos en pista. La vitoriana se define como alguien “súper competitiva a la que le gusta estar siempre sobre la cancha” y no estaba dispuesta a vivir un segundo año parecido. “Me costó entender que las senior y las junior eran las principales jugadoras del equipo por experiencia, edad y el respeto que les tienen allí. Al final me tocó amoldarme, hacer mi trabajo y dar lo mejor de mí misma cuando surgía la oportunidad”, recalca.
cambio necesario La Southern Nazarene University, participante en la División II de la NCAA, la acogerá en el futuro. Su casa será a partir de ahora Oklahoma, donde también dispondrá de más facilidades para realizar la carrera de Enfermería. Un paso atrás que acepta gustosa para volver a coger impulso, adquirir experiencia y gozar de un rol importante en la rotación. Nefer emprenderá su viaje hacia Estados Unidos el próximo 16 de agosto y allí coincidirá con otras tres jugadoras españoles, otro factor positivo para continuar creciendo.
“Al ser una universidad privada, le doy mucha importancia a los estudios y quiero centrarme en enfermería. Quizás, luego haga un quinto año un máster si tengo la posibilidad. Al ser privada, cuenta con su propio hospital. Nunca sabes al acabar los cuatro o cinco años lo que vas a hacer. En segundo lugar, quiero desarrollarme y jugar. Ellos se han sentido interesados y han visto lo que he crecido como jugadora. Me han dicho que en ese equipo no van a valorar si soy freshman, sophomore, junior o senior. Si eres buena, los minutos en la cancha te los van a dar. Aunque baje una categoría, me sentiré mas cómoda y tendré la oportunidad de competir. Una jugadora se hace jugando. Es un equipo top de la Conferencia e iré a campeonatos grandes”, analiza.
De momento, el viaje emprendido de Nefer es de ida y carece de fecha de vuelta. Ni siquiera descarta la posibilidad de quedarse a vivir en Estados Unidos, donde las oportunidades laborales son más grandes. La vitoriana mantiene vigente su aspiración de “jugar algún día a nivel profesional, ya sea en España -el Araski-, Europa o Asia. Estoy abierta a muchas opciones y no me cierro puertas”, remarca la base, confiada en que “la gente vaya sintiendo cada vez más atracción por el deporte femenino” y que tan solo echa de menos la comida.
aventura nefer león compagina en usa su fervor por el basket con los estudios de enfermería
Edad. 19 años (21 de septiembre de 2000).
Posición. Base.
Altura. 1,65 metros.
Trayectoria. Antes de recalar en el Araski, donde militó entre 2015 y 2018 llegando a debutar en la Liga Femenina, hizo sus primeros pinitos en Olabide y San Viator. La pasada campaña dio el salto a la División 1 de la NCAA para jugar 18 partidos con los Spartans de la Universidad de San Jose (California). A partir de ahora, competirá en la Southern Nazarene University de Oklahoma.