BRASIL - Si el público es el alma del fútbol, la Copa América de Brasil 2019 está carente de ella, con estadios casi vacíos en los primeros días de competición que muestran el escaso interés que los brasileños han puesto en este torneo donde su selección tiene mucho que perder y poco que ganar.
En Brasil, un país que vive y respira por y para el fútbol, la Copa América resulta indiferente para la mayoría de su población, desinteresada en gran parte en seguir a la Canarinha y aún menos al resto de equipos.
El contraste es todavía mayor si se compara con la exitosa edición especial de la Copa América Centenario de 2016 que batió el récord de espectadores del torneo al concentrar a 46.373 personas en promedio por partido en Estados Unidos.
En la actual edición, el promedio de espectadores en los cinco primeros partidos ha sido de 25.801, casi la mitad menos que hace tres años.
La gran cantidad de butacas desocupadas en los estadios construidos para el Mundial de 2014 deja una atmósfera fría, atípica y casi íntima, que por momentos da la sensación de un partido a puerta cerrada, a las antípodas del fervor e intensidad con que las aficiones sudamericanas viven los partidos de sus selecciones.
Así pasó el domingo cuando para el Paraguay-Catar (2-2) acudieron menos de 20.000 espectadores al mítico Maracaná, un estadio que tiene el récord de asistencia en la Copa América al reunir a 150.000 personas en la final de 1989, aunque actualmente su aforo está limitado a 74.000 espectadores.
Los dos encuentros que maquillan de momento el promedio de asistencia de esta Copa América es el Argentina-Colombia (0-2) que presenciaron más de 35.000 espectadores en el Arena Fonte Nova, de Salvador de Bahía y el partido entre Brasil y Bolivia (3-0) jugado en el Morumbí de Sao Paulo, al que fueron 47.000 personas.
No se llenará tampoco, en principio, el Arena Fonte Nova para recibir hoy a la Canarinha ante Venezuela en Salvador, una de las regiones de Brasil más seguidoras de su selección, donde un día antes del encuentro aún hay entradas disponibles.
Al inicio del torneo solo la final del 7 de julio en el Maracaná tenía todas sus entradas agotadas, una muestra de la desafección con que Brasil vive esta Copa América.
A pesar de las malas asistencias, la recaudación ha sido muy buena. En el Brasil-Bolivia se batió el récord de dinero recaudado con entradas en la historia del fútbol brasileño con 5,1 millones de euros. Otra de las posibles razones puede ser el precio de las entradas, 13 euros para los brasileños y 27 euros para los extranjeros. - Efe