durana - Uno se acerca a Oier Lazkano e impresiona. A sus 19 años sus 189 centímetros de altura bien podrían servirle para otro deporte, pero él se siente cómodo dando pedales. Y encima gana. Como ayer en Durana en el LI Trofeo Eusebio Vélez para corredores sub’23. El vitoriano del Caja Rural cruzó la línea de meta con diez segundos de renta sobre el grupo perseguidor, comandado por otro local, Iker Ballarín al que siguió su compañero Unai Iribar. Lazkano firmó su primer triunfo de la temporada en su segunda campaña vistiendo el maillot verde de la escuadra navarra, con la que el pasado curso se anotó cuatro victorias, entre ellas una etapa en la Vuelta a Segovia. Es todo potencia y cuando se pone a rodar ahora mismo pocos rivales pueden seguirle. Ayer de hecho ninguno tuvo arrestos de hacerlo casi al coronar Salinas, ni posteriormente en la zona de Ullibarri, Arroyabe y Mendibil. El espigado alavés soltó su latigazo a 200 metros de la cima para adquirir unos preciosos segundos de ventaja y tirarse a tumba abierta hacia Landa. Cogió medio minuto de diferencia y con eso le valió para levantar después los brazos.

Trazó con una pedalada fácil cada curva que por el pantano se le aparecía. Como si fuera una contrarreloj individual afrontó los diez kilómetros finales lleno de fuerza. No hubo manera de que por detrás dieran con él, pese al trabajo grupal del Goierriko-Laboral Kutxa. Tuvo tiempo de saborear el éxito ante su familia y amigos para de paso ponerse a punto de cara a la Vuelta al Bidasoa, su siguiente gran reto en poco más de dos semanas. La cita alavesa reunió en la línea de salida a 170 participantes y constó como viene siendo habitual de 121 kilómetros con las dos subidas a Salinas. - M. Uriarte