Arrate - El ciclismo no tiene nada que ver con el fútbol al margen de que es un deporte colectivo, si bien la gloria es para uno solo. Ambos se encuentran en las antípodas, aunque la presente edición de la Itzulia bien podría hacer suya esa frase que dice que “el fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre gana Alemania”. En el mundo de las dos ruedas son bastantes más que 22 los protagonistas, pero el dominio del Bora, el conjunto germano, está siendo incontestable.
Maximiliam Schachmann, ganador de tres de las cuatro primeras etapas, solo Julian Alaphilippe evitó su pleno, cedió ayer el liderato de la carrera en favor de su compañero de equipo Emanuel Buchmann, también alemán, quien se impuso en la etapa reina de la carrera vasca. “Nuestro plan inicial era defender el maillot de Max, pero éramos conscientes también de que estábamos en una buena posición en la clasificación general, con tres corredores entre los seis primeros. Hemos esperado el curso de los acontecimientos y cuando ha atacado Luis León no podíamos dejarle ir”, apuntó el nuevo portador del maillot amarillo.
Buchmann no pudo ocultar su alegría por su doble gesta de ayer. “Sabía que existía la posibilidad de lograr el liderato, pero haber cruzado la meta en primer lugar me llena de satisfacción”. En Arrate logró el que hasta la fecha es su triunfo más prestigioso, que le vistió de amarillo, color que deberá defender hoy en la última etapa. Astana saldrá al ataque y el Bora, a defenderse como gato panza arriba: “Me veo capacitado para defender el liderato. Somos el equipo más fuerte y lo hemos demostrado ganando cuatro etapas y teniendo tres corredores entre los seis primeros. Lo vamos a dar todo para ganar, aunque somos conscientes de que va a ser una etapa muy rápida en la que todos querrán ir a por nosotros”.
El rodillo alemán que representa el Bora, el equipo que anima a sus corredores en los minutos previos al comienzo de las etapas a ritmo de rock&roll y música electrónica, encontrará hoy, camino de Eibar, a un duro hueso de roer en el Astana, el equipo de Vinokourov, todo raza, coraje y pundonor. Sus muchachos tienen también mucho de eso. “No será fácil, pero se puede”. Es el mensaje de guerra que lanza el Eustana, que quiere ganar con Ion Izagirre en la carrera de casa. - A. Martínez